Apocalipsis  6 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 17 versitos |
1 Y cuando el Cordero abrió el primero de los siete sellos, miré y oí a uno de los vivientes que decía con voz de trueno: «Ven».
2 Y vi un caballo blanco; el jinete tenía un arco, se le dio una corona y salió como vencedor y para vencer otra vez ° .
3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo viviente que decía: «Ven».
4 Salió otro caballo, rojo, y al jinete se le dio poder para quitar la paz de la tierra y hacer que los hombres se degüellen unos a otros; se le dio también una gran espada.
5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer viviente que decía: «Ven». Y vi un caballo negro; el jinete tenía en la mano una balanza.
6 Y oí como una voz en medio de los cuatro vivientes que decía: «Una medida de trigo, un denario; tres medidas de cebada, un denario; al aceite y al vino no los dañes» ° .
7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto viviente que decía: «Ven».
8 Y vi un caballo amarillento; el jinete se llamaba Muerte, y el Abismo lo seguía. Se les dio potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, hambre, epidemias y con las fieras salvajes.
9 Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados por causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantenían.
10 Y gritaban con voz potente: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin vengar nuestra sangre de los habitantes de la tierra?».
11 A cada uno de ellos se le dio una túnica blanca, y se les dijo que tuvieran paciencia todavía un poco, hasta que se completase el número de sus compañeros y hermanos que iban a ser martirizados igual que ellos.
12 Vi cuando abrió el sexto sello: se produjo un gran terremoto, el sol se puso negro como un sayal de pelo, la luna entera se tiñó de sangre,
13 ° y las estrellas del cielo cayeron a la tierra como caen los higos de una higuera cuando la sacude un huracán.
14 Desapareció el cielo como un libro que se enrolla, y montes e islas se desplazaron de su lugar.
15 Los reyes de la tierra, los magnates, los generales, los ricos, los poderosos y todos, esclavos y libres, se escondieron en las cuevas y entre las rocas.
16 Y decían a los montes y a las rocas: «Caed sobre nosotros y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero,
17 porque ha llegado el gran Día de su ira, y ¿quién podrá mantenerse en pie?».

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Introducción a Apocalipsis 

APOCALIPSIS

El Apocalipsis refleja los avatares de la acometida del Imperio Romano contra la Iglesia naciente (finales del siglo i). Se percibe una íntima relación con el evangelio de san Juan. Para entender este libro es preciso tener en cuenta adecuadamente el símbolo, que se convierte para la apocalíptica en constante recurso de su comunicación. El simbolismo proviene del Antiguo Testamento (la serpiente, el paraíso, las plagas...), de la apocalíptica judía y, especialmente, de la concepción original del autor, que incorpora los diversos elementos en una nueva síntesis. Se emplean simbolismos de tipo cósmico (sol que se torna negro), teriomórfico o animal (el gran dragón), cromático (el blanco aplicado a Cristo), aritmético (el siete y sus fracciones y múltiplos). Como claves de lectura cristiana pueden señalarse: la memoria viva de los mártires; el libro sapiencial y litúrgico de la comunidad cristiana; la invitación al compromiso y, finalmente, el libro de la esperanza de la Iglesia ante el misterio de la iniquidad.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Apocalipsis  6,2*6:2 El primer caballo designa a Cristo resucitado, que ha vencido por su misterio pascual y está dispuesto a seguir combatiendo contra las fuerzas negativas que invaden la historia, representadas en la visión de los otros tres caballos.


Apocalipsis  6,6*6:6 Una ración de alimentos necesarios cuesta tres veces más de lo normal. El caballo negro significa la carestía de la vida, provocada por la opulencia de unos pocos e infligida sobre los demás, oprimidos, empobrecidos y muertos de hambre.