Sabiduría 6 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 25 versitos |
1 ° Escuchad, reyes, y entended; | aprended, gobernantes de los confines de la tierra.
2 Prestad atención, los que domináis multitudes | y os sentís orgullosos de tener muchos súbditos:
3 el poder os viene del Señor | y la soberanía del Altísimo. | Él examinará vuestras acciones | y sondeará vuestras intenciones.
4 Porque, siendo ministros de su reino, | no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley, | ni actuasteis según la voluntad de Dios.
5 Terrible y repentino caerá sobre vosotros, | porque un juicio implacable espera a los grandes.
6 Al más pequeño se le perdona por piedad, | pero los poderosos serán examinados con rigor.
7 El Dios de todo no teme a nadie, | ni lo intimida la grandeza, | pues él hizo al pequeño y al grande | y de todos cuida por igual,
8 pero a los poderosos les espera un control riguroso.
9 A vosotros, soberanos, dirijo mis palabras, | para que aprendáis sabiduría y no pequéis.
10 Los que cumplen santamente las leyes divinas serán santificados, | y los que se instruyen en ellas encontrarán en ellas su defensa.
11 Así, pues, desead mis palabras; | anheladlas y recibiréis instrucción.
12 Radiante e inmarcesible es la sabiduría, | la ven con facilidad los que la aman | y quienes la buscan la encuentran.
13 Se adelanta en manifestarse a los que la desean.
14 Quien madruga por ella no se cansa, | pues la encuentra sentada a su puerta.
15 Meditar sobre ella es prudencia consumada | y el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones.
16 Pues ella misma va de un lado a otro | buscando a los que son dignos de ella; | los aborda benigna por los caminos | y les sale al encuentro en cada pensamiento.
17 Su verdadero comienzo es el deseo de instrucción, | el afán de instrucción es amor,
18 el amor es la observancia de sus leyes, | el respeto de las leyes es garantía de inmortalidad
19 y la inmortalidad acerca a Dios;
20 por tanto, el deseo de la sabiduría conduce al reino.
21 Así que, si queréis tronos y cetros, soberanos de las naciones, | honrad a la sabiduría y reinaréis eternamente.
22 Os explicaré qué es la sabiduría y cuál su origen, | sin ocultaros ningún secreto, | sino que la rastrearé desde su origen, | esclareciendo lo que se conoce de ella, | sin pasar por alto la verdad.
23 No haré camino con la envidia corrosiva, | pues nada tiene que ver con la sabiduría.
24 Abundancia de sabios salva el mundo, | y un rey sensato da bienestar al pueblo.
25 Así pues, dejaos instruir por mis palabras y sacaréis provecho.

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Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

Es este el último libro, cronológicamente hablando, del Antiguo Testamento. Su autor, que se presenta en la primera parte como el rey Salomón (un nuevo caso de ficción literaria), fue un judío profundamente religioso de la diáspora alejandrina. Abierto a la cultura griega y auténtico conocedor de la tradición de sus antepasados, escribió su obra probablemente en Alejandría de Egipto en los primeros años del reinado de Augusto (30 a.C.-14 d.C.). Se dirige en primer lugar a sus compatriotas judíos, cuya fidelidad al yahvismo estaba en peligro por el auge de la civilización alejandrina (escuelas filosóficas, religiones mistéricas, astrología, hermetismo, cultos populares) y también al mundo pagano, especialmente a los ambientes más sensibles a la problemática religiosa. Aunque en su composición se sirve de conceptos, categorías y términos de la filosofía platónica, del estoicismo y del epicureísmo para trasmitir su mensaje, su principal fuente de inspiración es, sin duda alguna, el Antiguo Testamento: Ley, Profetas y Escritos. Es un sabio de Israel, cuyo pensamiento se nutre de la Escritura y cuya máxima preocupación es exhortar a la búsqueda de la sabiduría como camino para llegar a Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Sabiduría 6,1-25*6-9 Estos capítulos forman la segunda parte del libro, dedicada a la sabiduría. Para dar más autoridad a sus palabras y poder dirigirse con mayor facilidad a los reyes y gobernantes, el autor se transforma en el rey Salomón, el rey sabio por excelencia según la tradición. Después de una exhortación de carácter universalista destinada a los que dirigen las naciones, Salomón hace un elogio de la sabiduría (Sab 7:1-30; Sab 8:1-21) y eleva una oración al Señor en la que le pide el don de la sabiduría para gobernar y juzgar al pueblo con justicia (Sab 9:1-18).