Eclesiástico 25 La Biblia (Traducción en Lenguaje Actual, SBU, 2004) | 22 versitos |
1

Tres cosas buenas y tres malas

Hay tres cosas que me agradan,

y que agradan también

a Dios y a los seres humanos:

la paz entre los hermanos,

la amistad entre los vecinos

y la armonía entre marido y mujer.

2 Pero hay tres clases de personas

que detesto por su modo de vivir:

la gente pobre y orgullosa,

la gente rica y mentirosa

y los viejos tontos y mujeriegos.

3

El orgullo de los ancianos

Si no ahorras cuando eres joven,

no tendrás nada cuando seas viejo.

4 (4-5) ¡Qué bonito es ver que los ancianos

saben dar buenos consejos!

6 Nada adorna más a los ancianos

que tener experiencia y obedecer a Dios.

7

Diez cosas que valen la pena

Hay nueve cosas que me gustan,

y hasta una décima voy a nombrar:

el estar contento con los hijos,

el ver la derrota de los enemigos,

8 el tener una esposa inteligente,

el tener buenos compañeros de trabajo,

el no pecar con la lengua,

el servir a un buen patrón,

9 (9-12) el tener sentido común,

el no hablarle a oídos sordos,

el unirse a Dios por la fe

y el obedecerlo.

¡Esto no se compara con nada!

¡Qué bueno es llegar a ser sabio!

¡Qué bueno es obedecer a Dios!

¡Obedecerlo es amarlo!

13

La mala mujer

No hay nada peor que todo esto:

ser rechazado por una mujer,

y sufrir por su maldad,

14 ser odiado por un enemigo

que sólo piensa en vengarse,

15 ser mordido por una serpiente,

y sentir el enojo de una mujer.

16 ¡Más vale vivir con un león,

y hasta vivir con un dragón,

que convivir con una mala mujer!

17 La maldad transforma a la mujer:

¡la convierte en fiera salvaje!

18 Su marido se queja amargamente

cuando se junta con sus amigos.

19 Ante la maldad de la mujer,

toda maldad resulta pequeña.

¡Quiera Dios darle el castigo

que merecen los pecadores!

20 No es fácil para un anciano

trepar por una duna de arena,

ni es fácil para un hombre tranquilo

vivir con una mujer charlatana.

21 No te enamores de una mujer bella,

ni te intereses por sus riquezas,

22 porque es muy feo y vergonzoso

que la esposa mantenga al esposo.

23 Si tu esposa no te hace feliz,

andarás triste y deprimido,

y con ganas de morirte.

24 Por la mujer comenzó el pecado,

y por la mujer todos morimos.

25 No dejes correr el agua

ni dejes hablar a una mala mujer.

26 Y si no quiere obedecerte,

¡más te vale apartarte de ella!


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Introducción a Eclesiástico

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Fuente: Traducción En Lenguaje Actual Con Deuterocanonicos En Orden Alejandrino (2004)

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Notas