1 Pero no te avergüences de lo siguiente, | ni peques por respeto humano: |
2 de la ley del Altísimo y de su alianza, | del juicio que justifica a los impíos, |
3 de arreglar cuentas con el compañero de viaje, | de compartir tu herencia con otros, |
4 de usar balanzas y pesas exactas, | de obtener grandes o pequeñas ganancias, |
5 de obtener beneficios en el comercio, | de corregir con rigor a los hijos, | de tundir los lomos a un mal siervo. |
6 Donde hay mujer malvada bueno es usar la cerradura, | y donde hay muchas manos poner las cosas bajo llave. |
7 Lo que dejes en depósito, cuéntalo y pésalo, | el haber y el debe, vaya todo por escrito. |
8 No te avergüences de corregir al necio y al insensato, | ni al viejo decrépito que litiga como un joven. | Así serás verdaderamente educado | y apreciado por todos. |
9 ° Una hija es para su padre una secreta inquietud, | la preocupación por ella le quita el sueño. | Cuando es joven, por si le pasa la edad de casarse, | si está casada, por si el marido la aborrece. |
10 Mientras es virgen, por si se deja seducir | y queda embarazada en la casa paterna. | Si está casada, por si es infiel al marido; | en la relación conyugal, por si resulta estéril. |
11 Si tienes una hija atrevida, refuerza la vigilancia, | no sea que te convierta en el hazmerreír de tus enemigos, | comidilla de la ciudad, hablilla del pueblo | y te avergüence ante la gente. |
12 No te dejes fascinar por la belleza de nadie, | y no te sientes entre mujeres. |
13 Porque de los vestidos sale la polilla, | y de la mujer la malicia femenina. |
14 Vale más maldad de varón que bondad de mujer; | la mujer puede ser causa de la mayor vergüenza. |
15 ° Voy a recordar las obras del Señor, | voy a contar lo que he visto. | Por la palabra del Señor fueron hechas sus obras, | y la creación está sometida a su voluntad. |
16 El sol radiante todo lo contempla, | de la gloria del Señor está llena su obra. |
17 Ni siquiera los santos del Señor son capaces | de contar todas las maravillas | que el Señor omnipotente ha establecido firmemente, | para que el universo subsista ante su gloria. |
18 Él sondea el abismo y el corazón, | y penetra todos sus secretos. | Pues el Altísimo conoce toda la ciencia | y escruta las señales de los tiempos. |
19 Anuncia lo pasado y lo futuro, | y descubre las huellas de las cosas ocultas. |
20 No se le escapa ningún pensamiento, | ni una palabra se le oculta. |
21 Puso en orden las grandezas de su sabiduría, | porque él existe desde siempre y por siempre; | nada se le puede añadir ni quitar, | y no necesita de consejero alguno. |
22 ¡Qué deseables son todas sus obras! | Y lo que contemplamos es apenas un destello. |
23 Todas viven y permanecen eternamente, | y lo obedecen en cualquier circunstancia. |
24 Todas las cosas son de dos en dos, una frente a otra, | no ha creado nada imperfecto. |
25 Una cosa confirma la excelencia de otra, | ¿quién puede cansarse de contemplar su gloria? |