1 El sol ¡Qué espectáculo tan grandioso es admirar el firmamento! |
2 Cuando el sol aparece, muestra la admirable creación de Dios. |
3 (3-4) Al mediodía, calienta el sol la tierra, y apenas si se aguanta su calor. ¡Los rayos del sol derriten las montañas, como derrite los metales un horno ardiente! |
5 ¡Qué grande es Dios, que hizo el sol y le ordena cumplir su recorrido! |
6 La luna (6-8) La luna va creciendo poco a poco, hasta que se convierte en luna llena. Después se hace más y más pequeña, hasta desaparecer por algún tiempo, pero pronto vuelve a salir. Así es como divide los meses y marca la llegada de las fiestas. La luna es, en el firmamento, la abanderada de los ejércitos del cielo. |
9 Las estrellas (9-10) La belleza del cielo resplandece con la hermosa luz de las estrellas. Dios las puso allí donde se encuentran, y les mandó no apartarse de sus puestos. |
11 El arco iris Miremos ahora el arco iris, y bendigamos al Dios que lo creó. ¡Qué admirable es su belleza! |
12 ¡Se extiende por todo el horizonte porque Dios mismo así lo ordena! |
13 Las maravillas de la naturaleza A una orden de Dios caen la lluvia, la nieve y el granizo; |
14 el ruido del trueno sacude la tierra, y las nubes vuelan como pájaros. |
15 Da gusto ver cómo cae la nieve, |
16 y cómo los montes se sacuden cuando se escucha el trueno. |
17 Dios da una orden, y del sur y del norte soplan los vientos, las tormentas y los huracanes. |
18 Caen entonces los copos de nieve, y corren por el suelo como saltamontes. ¡Su blancura nos deslumbra y nos deja boquiabiertos! |
19 (19-22) Dios ordena que vengan la suave brisa y los fuertes vientos. Sopla el frío viento del norte, y el agua se convierte en hielo; ¡se vuelve dura como el hierro! Otro viento calienta las montañas, y el desierto se convierte en fuego; ¡arde en llamas la hierba! Pero llegan la lluvia y el rocío, y traen al ambiente salud y frescura. |
23 Dios dominó el mar con su poder, y allí estableció las islas. |
24 Los marineros nos hablan de los peligros del mar, y cuentan historias increíbles. |
25 Allí hay toda clase de animales y extraños monstruos marinos. |
26 Pero Dios pone orden en todo por medio de su palabra, y se cumple lo que él ordena. |
27 No hace falta que digamos más, porque nunca terminaríamos. Simplemente, ¡Dios lo es todo! |
28 (28-29) Alabemos con todas nuestras fuerzas la grandeza de la creación, pero reconozcamos también que Dios es más grande todavía que la creación entera. |
30 Alabemos siempre a nuestro Dios, y no nos cansemos de alabarlo, aun sabiendo que nunca terminaremos. |
31 A Dios nadie lo ha visto como para poder describirlo, así que nadie podrá alabarlo por todo lo que él es. |
32 Hemos visto algo de su creación, pero hay mucho más que no hemos visto. |
33 Dios ha hecho todas las cosas, y a la gente buena le dio sabiduría. |