Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Capitulo 18.
C on este capítulo comienza la sección del cuarto gran discurso del evangelio de Mt. En él se agrupan, artificiosamente, una serie de consignas, en parte morales, a sus discípulos, aunque en parte tiene un marcado carácter
eclesial. Mc y Lc refieren, a veces, estos temas en otro contexto 1.
El más grande en el Reino de los cielos, 18:1-5 (Mar_9:33-37; Luc_9:46-48).
1
En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién será el más grande en el reino de los cielos? 2
El, llamando a sí a un niño, le puso en medio de ellos, 3
y dijo: En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4
Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos será el más grande en el reino de los cielos, 5
y el que por mí recibiere a un niño como éste, a mí me recibe. Son recogidos varias veces en el evangelio estos celos y ambiciones de los apóstoles por los primeros puestos en el reino. Son todavía los hombres galileos y judíos que se figuran a su modo lo que será el Reino.
Por otra parte, aparecían especiales elecciones y distinciones entre algunos discípulos: Pedro, Juan y Santiago habían sido testigos de la transfiguración, lo mismo que en la resurrección de la hija de Jairo (
Mar_5:37). Abiertamente, un día la madre de Juan y Santiago le pedirá a Jesús los dos primeros puestos en su reino (
Mat_20:20-21;
Mar_10:35-37), lo que produjo una serie de protestas en los diez [apóstoles] que oyeron esto (
Mat_20:24;
Mar_10:41). Todavía a la hora de la última cena se producen estos altercados de ambición en ellos (
Luc_22:24); lo que hizo a Cristo darles una lección teórica sobre esto (
Luc_22:25-27) y otra práctica con el lavatorio de los pies (
Jua_13:6-17).
Con esta psicología aún ambiciosa, se suscitó un día en Cafarnaúm, en el camino (Mc v.33.34), una de estas discusiones sobre quién de ellos es el mayor en el reino de los cielos.
La pregunta responde a una pretensión, y ésta, en aquella mentalidad, no es de quién de ellos será más santo en el reino, sino quién de ellos tendrá una mayor dignidad de puesto o de mando; imbuidos del ambiente nacionalista judío lo conciben a su modo como temporal.
La respuesta de Cristo es una parábola en acto. Se sentó (Mc), más que para descansar, pues venían de camino, para expresar con un signo más su lección magisterial. Llama a un niño y lo puso junto a sí (Lc), pero en medio de ellos; la expresión griega en medio (åí ìÝóù) es equivalente a delante de ellos 2. La expresión: si no os volvéis y hacéis como niños., discutida por los autores, no es más que la manera hebraica y aramaica de expresar nuestra idea compleja de venir a ser 3. El pensamiento de Cristo se sintetiza en tres ideas.
a) El que se haga pequeño como niño que podrían ser también los desestimados en la comunidad eclesiástica , ése es el más grande en el reino de los cielos. Mc lo expresa con fórmula más primitiva:
el que quiera ser el primero, ése ha de ser el último de todos, el servidor de todos. Es la gran lección cristiana sobre la ambición y los honores. Los puestos de mando,
en el plan de Dios, son para servicio de la sociedad, que es el modo de servir a Dios. Naturalmente, no quiere decirse que de hecho vaya a haber una escala social en proporción a la humildad; aquí se habla, sapiencialmente,
de la actitud cristiana a tenerse en este asunto. El complemento de comprensión de esta enseñanza está en lo que dice a continuación.
b) Si no os volvéis como los niños, no
entraréis en el reino de los cielos.
Los fariseos se creían con derecho al reino (
Mat_3:9). Pero éste y ésta es la lección se da como puro don gratuito de Dios. Lo mismo que los puestos en él. Se lo ha de recibir con
la actitud de los niños. Acaso más que por sus condiciones morales inocencia, simplicidad , por la valoración social en que se los tenía en aquel ambiente: el niño era considerado como sin valor. En el tratado
Shabbat, después de analizar el poco valor social que tiene el niño, se dice esto: He aquí el principio: todo el tiempo que vive no es tenido ni como vivo ni como muerto; si muere, es considerado muerto a todos los efectos. 4 Hay que tener, pues, esta actitud moral para recibir el reino:
no como exigencia, sino como don gratuito de Dios. c) El tercer pensamiento es una consecuencia de lo dicho: el que recibe a un niño, sin aquel valor social,
sólo por amor a Cristo, recibe a Cristo y a quien lo envió (cf.
Mat_25:40) 4. Pero este versículo parece formar parte estructural del pasaje siguiente.
A la comunidad cristiana primitiva le era útil retener esta lección, pues en ella, para tener paz, no podía haber rivalidades. San Pablo alude en ocasiones a estos fallos.
Gravedad del escándalo,Mat_18:6-9 (Mar_9:42-48; Luc_9:49-50).
6
Y al que escandalizase a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valiera que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno y le arrojaran al fondo del mar. 7
¡Ay del mundo por los escándalos! Porque no puede menos de haber escándalos; pero ¡ay de aquel por quien viniere el escándalo! 8
Si tu mano o tu pie te escandaliza, sácatelo y échalo de ti: que más te vale entrar manco o cojo en la Vida, que con dos manos o con dos pies ser arrojado al fuego eterno. 9
Y si tu ojo te escandaliza, sácatelo y échalo de ti: que más te vale entrar con un solo ojo en la Vida que con ambos ojos ser arrojado en la gehenna de fuego. Concatenado parataxis y evocado por los pequeños, y en una arquitectura de carácter muy semita, se expone el tema del escándalo. Los tres sinópticos recogen la misma doctrina, pero en contextos distintos, aunque suponen el contexto
doctrinal de Mt, pues en los tres, el escándalo es censurado en función de uno de estos pequeños.
Habrá escándalos siempre. Dada la condición de los hombres, es inevitable. Se decía en un caso más concreto: Desgraciado el mundo por sus juicios. 5
Estos pequeños que creen en mí, no debe referirse a niños casi inconscientes de su hipotética fe, sino ser equivalente a discípulos o gentes sencillas, que creen en El5. Parecía pertenecer a otro contexto, unido aquí por su unión lógica con lo anterior. El sentido original de la frase, probablemente, se refería al reino y a las luchas farisaicas contra él. En el Mtg parece tener una mayor amplitud moralizadora todo este pasaje, incluso polémico.
La gravedad del escándalo se expone con el grafismo oriental. El amor al prójimo exige desearle el bien, y el escandaloso lo empuja al mal. Sapiencialmente hablando, esto le condena. Por eso, le valía más que lo arrojaran al mar con el grafismo descriptivo que utiliza, y que eran formas usuales de decir 6 que no a la gehenna (infierno)7.
Dada la enorme gravedad del escándalo, se expone la necesidad de
prevenirse contra él. Lo que se expone con unas hipérboles que sugieren, con su extremismo didáctico, el verdadero pensamiento.
Si a una persona la escandaliza el pie, la mano o el ojo, vale más cortarlos y echarlos de sí que entrar con todos los miembros en el infierno. En varios códices se añade al v.44 de Mt, y al v.43 de Mc: donde el gusano no muere ni el fuego se apaga; pero no parecen ser genuinos, y son suprimidos por las mejores ediciones críticas 8.
Naturalmente, no quiere decirse que esto se realice materialmente. Si escandaliza un ojo y se lo corta, queda el otro para seguir escandalizando. La comparación está hecha sobre un principio de la ley natural: hay que sacrificar la parte por el todo. Aquí, con este aviso, se alerta sobre la gravedad del escándalo, y el castigo que le corresponde en orden a evitarlo.
El lugar del castigo es el infierno o gehenna de fuego. Era el concepto judío del lugar y castigo de los pecados. Designaba originariamente el valle de Hinnón
(ge-Hinnon), y en arameo con la vocalización en
a, que es la que aparece en gehenna. Era un lugar de Jerusalén que se extendía por el noroeste hasta el sudoeste, y en el que se cometieron grandes idolatrías. En tiempo de Acaz (733-727) y Manases (696-641) se habían quemado niños a Moloc (
2Re_23:10;
Jua_32:35;
2Cr_33:6). Para hacer aquel lugar execrable para siempre impuro, el rey Josías (639-608) lo había hecho llenar, profanándolo, con inmundicias. Un fuego, siempre mantenido vivo, quemaba constantemente todos los detritus y basuras. Isaías muestra los cadáveres de los impíos arrojados de la nueva Jerusalén, parte descompuestos y comidos por el gusano que nunca morirá y parte quemados en el fuego de la gehenna, cuyo fuego no se apagará (
Isa_66:24). La literatura apocalíptica hace de él el lugar del suplicio de los malos 9. En el lenguaje evangélico, la gehenna vino a ser el símbolo del infierno de los condenados 10.
Dignidad de los niños,Isa_18:10-11.
10
Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos. !! Porque el Hijo del hombre ha venido a salvar lo perdido. Otro tema concatenado al modo semita con la temática de los pequeñuelos. Estos versos de Mt 10-11, se unirían mejor con el v.6 que con el 9. Podría ser una inclusión semita l0, o efecto de las fuentes. Los pequeños aquí no parecen exigir ser sinónimos de niños, pueden referirse a discípulos o partidarios, social y culturalmente sencillos, frente a escribas y fariseos. En Mtg tiene amplitud ética, al menos no hay matiz de limitación temática específica.
Un motivo más para no despreciarlos es el que tienen ángeles custodios (
Sal_91:11), los cuales ven siempre la faz de Dios. Es una enseñanza contra la concepción rabínica, muy oscura, sobre los ángeles custodios 11 y especialmente sobre su protección sobre los despreciados (
Hec_12:15). Si Dios se ocupa de ellos, poniéndoles la privilegiada custodia de sus ángeles, merecen, por esto mismo, gran estima y acusan gran dignidad. Hay también una enseñanza teológica de importancia. Según la concepción judía, sólo los ángeles superiores eran admitidos a contemplar la majestad de Dios; los otros recibían sus órdenes detrás de una cortina 12. Quitada la metáfora, aquí todos los ángeles, incluso los custodios de estos pequeños,
gozan de la presencia de Dios, señal de que protectores y protegidos tienen la benevolencia celeste.
El v.11 es críticamente muy discutido en este lugar, y se supone sea una interpolación proveniente de
Luc_19:10 13.
El amor salvífico del Padre por los pequeños,Luc_18:12-14 (Luc_15:3-7).
12
¿Qué os parece? Si uno tiene cien ovejas y se le extravía una, ¿no dejará en el monte las noventa y nueve e irá en busca de la extraviada. 13
Y si logra hallarla, cierto que se alegrará por ella más que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. 14
Así os digo: En verdad que no es voluntad de vuestro Padre, que está en los cielos, que se pierda ni uno solo de estos pequeñuelos. Esta parábola la trae también Lc, aunque en contexto y con una matización distinta 14. En Mt el pensamiento es claro. La parábola va a ilustrar el gran amor del Padre por estos pequeños. La solicitud pastoral por una sola oveja hace ver la estima que por ella tiene el pastor. En su sentido histórico debe de referirse a la defensa de Cristo contra los fariseos por sus contactos salvadores con publícanos y pecadores, e incluso con llamar a El a todos estos pequeños. Mtg la utiliza para sacar de ella una comparación sobre estos pequeños despreciados: un aspecto parcial de su posible amplitud originaria. Si el pastor tiene una solicitud extrema por que no se pierda ni una sola oveja de su rebaño, hasta ir en busca de una que se extraviase, es ello señal de su amor por la misma. No se ha de perder ni una. Así es el amor y solicitud del Padre por es tos pequeños, por muy desestimados y despreciados que se los considerase socialmente. Las gentes así despreciadas tienen el amor del Padre, hasta tal punto, que el reino también es para ellos. Y el Padre tendrá la máxima solicitud por que ninguno se pierda. No se trata de la cooperación de la oveja perdida;
se destaca solo la iniciativa del Buen Pastor 14.
Sobre el sentido del gozo de recuperarla, aunque no se aplica a la conclusión, está basado en un hecho de experiencia ante una pérdida, y expresado con una hipérbole oriental.
La Iglesia primitiva tenía en ella una enseñanza de solicitud del pastor jerarquía frente a los apóstatas y a los expuestos catecúmenos a errores ambientales. Aunque la amplitud moralizadora de Mtg se acusa. Pero es, sobre todo, regla para los jefes de la comunidad: maestros, catequistas, etc. 15
La corrección fraterna,Luc_18:15-17 (Luc_17:3).
15
Si pecare tu hermano contra ti, ve y repréndele a solas. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. 16
Si no te escucha, toma contigo a uno o dos, para que por la palabra de dos o tres testigos sea fallado todo el negocio. 17
Si los desoyere, comunícalo a la Iglesia, y si a la Iglesia desoye, sea para ti como gentil o publicano. Lc lo trae en otro contexto. En él, hermano es equivalente a hombre; en Mt hermano es, por el contexto (v.17), equivalente a cristiano. Se parte de una falta del prójimo para exponerse la actitud cristiana ante la misma. La expresión contra ti es lección críticamente muy discutida 15.
Si se trata de una verdadera falta, se ha de buscar el bien del hermano; por eso, lo primero es hacérselo notar para remediarlo. Pero a solas, por justicia, caridad y actitud pedagógica. Si oye, se habrá ganado un hombre para Dios.
Si no hace caso, queda la prueba testifical, que ya exigía la Ley (
Deu_17:6;
Deu_19:17). Pero en esta perspectiva cristiana no excluye, sino destaca preferentemente, la testificación privada, no jurídica. Naturalmente que no se condena ni excluye ésta. Es otra la perspectiva. Es la benevolencia en el castigo (
1Co_6:1-8).
Si tampoco es eficaz, queda el recurso a la Iglesia, probablemente jerárquica (v.18), aunque alguno piensa en el influjo benéfico que puede recibir de la asamblea, sentido que quieren dar a åêêëçóßá ?6.
Si no oye, es ya mala voluntad o cerrazón, y puede considerarlo como gentil o publicano. Parece ser esto ya redacción de alguna Iglesia con necesidades especiales. Lo que ya aparece es la Iglesia constituida, por lo que su redacción refleja este estadio. Aparte de la testificación judicial, se decía en la
Torah: El que reprende a su prójimo (judío) por amor a Dios, tendrá parte con Dios. 17
No se trata, desde luego, de establecer una reglamentación jurídica; se supone la Iglesia ya constituida, y se da una instrucción sobre el buen uso de la misma en la comunidad. Cristo no estableció reglas, sino principios.
En el momento histórico en que Cristo pronuncia la sentencia, acaso pudo ser una censura sobre el rigorismo juridicista de la sinagoga, y que se aplicaría ahora a los usos disciplinarios de una comunidad eclesial, posiblemente siro-palestinense.
¿Exige esta enseñanza de Jesucristo la realización sistemática de ese triple estadio de recursos? Los incluirá en ocasiones. Pero la enseñanza directa de Jesucristo es el
celo y
discreción en el ejercicio de la caridad. Puede ser una argumentación por acumulación y analógica a otra enseñanza sobre la caridad, dada por Jesucristo, en la que aparece un triple estadio ante el juicio, el sanedrín y la gehenna de fuego (
Mat_5:21-22).
Los poderes de la Iglesia,Mat_18:18.
El final del verso 17 lleva lógicamente a explicar justificar el porqué de remitir al que no se enmienda al juicio de la Iglesia.
18
En verdad os digo, cuanto atareis en la tierra será atado en el cielo, y cuanto desatareis en la tierra será desatado en el cielo. En esta forma acumulativa se somete, por último, al que no reconoce su pecado, al juicio de la Iglesia. La doctrina que se enseña es de importancia capital. La Iglesia se halla dotada de verdaderos poderes judiciales: puede castigar, y esto supone que puede juzgar. No es más que la enseñanza de la Iglesia como sociedad perfecta, dotada de todos los medios poderes para poder realizar su fin. Por eso se dirá expresamente que todo lo que atareis en la tierra quedará atado en el cielo, y viceversa. Las expresiones atar y desatar, conforme a la literatura rabínica, significan permitir o prohibir 18. La Iglesia, por tanto, está dotada de estos plenos poderes. En el contexto se refiere a los apóstoles ìáèçôáé (
Mat_18:1). Si el recurso a la Iglesia supone en ésta tal tipo de poderes,
el destacarse aquí el poder de los apóstoles hace ver que se pone en cuanto eran jefes de la Iglesia. Este poder conferido a la Iglesia en nada va contra el pleno poder personal conferido a Pedro, y que relata el mismo Mt (
Mat_16:13-19). Pero este poder conferido a la Iglesia, en el contexto es a los apóstoles (v.18:1), y lo exige aquí el mismo texto: Cuanto
atareis. (
vosotros).
No es, pues, poder conferido al laicado ni a cada uno de los fieles. Porque el poder que tiene la Iglesia sociedad supone una jerarquía, que es la que formalmente está dotada de tales poderes. Y si el v. 18 estuviese desplazado de su propio lugar, habría que reconocer que su inserción aquí sería una interpretación de Mt al v.17, y siempre quedaría el poder que se concede a la Iglesia, sin decirse que se concede a cada uno de los fieles, lo que tiene que ser, además, interpretado en función de esta jerarquía, pues el díselo a la Iglesia supone el decírselo al que tiene el poder, que es la jerarquía. Lo contrario sería, sencillamente, imposibilitar el recurso al poder de la Iglesia. A lo que se une, con valor interpretativo, a la hora de la composición de los evagelios, la enseñanza y vida práctica de la misma.
Acaso podría sugerir el tenerlo como un pagano y un publicano19, el que estaban
separados, no pertenecientes a la Iglesia, o que ésta lo hubiese separado oficialmente de la misma excomunión (1 Coro 5:4-5) , por lo que se le podría tener por todos, sin escándalo, como a un pagano y a un publicano. Eran, por otra parte, los poderes que ya existían en la Sinagoga el
herem , y que eran eficazmente ejercidos por la jerarquía, como aparece incluso en el Evangelio (
Jua_9:22) 20. Sin embargo, el texto no pone expresamente una excomunión oficial, sino sólo sea para ti como un separado. Acaso sea un modo de suponerla o de advertir que es digno de ella.
Bonnard piensa que
atar y desatar, en este contexto, no significa, probablemente, prohibir o permitir, sentido corriente en la casuística rabínica, sino pronunciarse contra una medida disciplinar propuesta en la Iglesia contra un hermano. 20 El v.18 tiene todo el aspecto de estar fuera de su propio contexto, pues no tiene una conexión literaria inmediata con el v.17. Lo tendría mejor con el v.14; cf.
Mat_18:12 (vosotros). Por tanto, permanece con la amplitud de poderes que requiere la misión de la jerarquía de la Iglesia (cf.
Hec_15:6.23.28; comp.
Hec_15:22).
La oración colectiva,Hec_18:19-20.
19
Aún más: os digo en verdad que, si dos de vosotros conviniereis sobre la tierra en pedir cualquier cosa, os lo otorgará mi Padre, que está en los cielos. 20
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Este tema debe de ser evocado por la palabra
Iglesia. Esta presencia de Cristo haría ver la rectitud de sus juicios.
Si dos o más oran juntos al Padre celestial, lo conseguirán. En la perspectiva se supone que no pedirán nada al margen de lo que deba pedirse. Aparte que aquí en lo que principalmente se insiste es en la eficacia de la oración en común. ¿Por qué esta eficacia? Porque, cuando éstos están reunidos en mi nombre conforme al sentido rabínico, por causa de él., en nombre de él. 21 , allí estoy yo en medio de ellos. Era ya creencia en Israel la fuerza religiosa de la oración hecha en reunión, en sinagoga. Así decía un rabino que las oraciones hechas en las sinagogas, al momento en que la comunidad ora, son oídas. Esto se deduce del
midrasch de Job (
Hec_36:5): Dios no desprecia la multitud. 22
Pero Jesús potencializa esta oración cristiana por tres motivos:
a) por no exigir la oración en sinagoga, sino que le basta la reunión de dos o tres;
b) porque han de estar reunidos en
su nombre;
c) por la garantía de estar El mismo presente entre los que oran así. Esta reunión con Cristo, que no les hará pedir nada al margen de su voluntad (
Jua_15:7.17), les hará recibir, además de la fuerza de su vinculación (
Jua_15:5;
Jua_14:13.14;
Jua_15:16;
Jua_16:23.24), la presencia mística y complacida de Jesucristo en medio de ellos. El tono sapiencial con que está formulada la concesión de lo que se pida, indica el poder de Cristo.
Se defiende, por razones filológicas y alguna otra observación, que esta reunión de dos o tres se refiere a un acto litúrgico, y que precisamente estos dos o tres son los oficiantes 22. Sus razones, de interés algunas, no son decisivas. Aunque la redacción acuse un tono eclesial, el núcleo fundamental es de Cristo. Acaso, primitivamente, Cristo habló de la presencia de Yahvé en las reuniones religiosas ambientales, que, naturalmente,
se identificaron con Cristo al saberle Dios. Aunque también es muy probable que Cristo animase a los suyos
con la promesa de su presencia entre ellos (cf.
Mat_28:20), y que, conocida plenamente su divinidad,
se identificase con la presencia de Yahvé entre los suyos. Buzy ha hecho a este propósito una consideración sumamente sugestiva. Dice así:
Los judíos creían en la presencia de
la Shekina entre ellos; en suma, en la presencia de Dios. Rabí Ranina bar Teradjon (sobre 135) decía: Si dos personas están reunidas y hablan de la
Torah (la Ley),
La Shekina mora entre ellos.
La Shekina era la sensibilización de la presencia de Dios. Cuando los fieles se ocupan uno con otro, Yahvé los oye y los escucha. ¿Por qué Dios se llama
maqom, El Lugar? Porque, en todo lugar donde se encuentran los justos, allí también se encuentra Dios entre ellos. Pero después que Jesús habita entre los hombres, El es entre ellos una
Shekina, una
habitación concreta y viva de Dios. Hoy estamos acostumbrados a esta afirmación y a todas las afirmaciones semejantes. Pero es preciso que la costumbre (en su sentido ambiental) no nos vele el sentido y la fuerte intención de tales palabras. Ellas equivalen a una nueva afirmación de la divinidad. Todos los textos que mencionan una presencia misteriosa en el seno de una comunidad dicen que es la de Dios. Pero ahora Jesús sustituye a
La Shekina, a la Piedra, al Lugar. El reivindica para sí el tributo de la presencia y de la omnipresencia. ¿Quién osaría hablar así? Una criatura no podría, sin sacrilegio, sustituir a Dios. Aquel que osa compararse a Dios lo hace en un tono el más seguro y tranquilo. La sola explicación plausible es que Jesús se considera Dios. 23
El perdón de las ofensas,Mat_18:21-35.
21
Entonces se le acercó Pedro y le preguntó: Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si peca contra mí? ¿Hasta siete veces? 22
Dícele Jesús: No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. 23
Por eso se asemeja el Reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. 24
Al comenzar a tomarlas, se le presentó uno que le debía diez mil talentos. 25
Como no tenía con qué pagar, mandó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía y saldar la deuda. 26
Entonces el siervo, cayendo de hinojos, dijo: Señor, dame espera y te lo pagaré todo. 27
Compadecido el señor del siervo aquel, le despidió, condonándole la deuda. 28
En saliendo de allí, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándole, le ahogaba diciendo: Paga lo que debes. 29
De hinojos le suplicaba a su compañero, diciendo: Dame espera y te pagaré. 30
Pero él se negó, y le hizo encerrar en la prisión hasta que pagara ¡a deuda. 3
1 Viendo esto sus compañeros, les desagradó mucho, y fueron a contar a su señor todo lo que pasaba. 32
Entonces hízole llamar el señor, y le dijo: Mal siervo, te condoné yo toda la deuda porque me lo suplicaste.33
¿No era, pues, justo que tuvieses tú compasión de tu compañero, como la tuve yo de ti? 34
E irritado, le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda. 3
S Así hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonare cada uno a su hermano de todo corazón. Acaso sugerido por el tema de los pequeñuelos y pecadores, se trata aquí este tema de caridad. ¿Cuál había de ser la actitud cristiana ante las faltas reiteradas del prójimo?
La vida está llena de reincidencias en culpas perdonadas, y la vida social, ¿va a estar sometida al juego de indefinidos perdones? Tampoco
el perdón social externo debe ir contra la prudencia y el honor. Pero aquí se trata de la
actitud sincera de perdón ante Dios (
Mat_5:38-45).
Pedro, que plantea el problema, lo lleva al extremo de preguntar si incluso ha de perdonar siete veces, número muchas veces simbólico de lo universal (
Gen_4:24). La pregunta de Pedro es equivalente a saber si tiene que perdonar
siempre. El judaísmo discutía el número legal de veces a perdonar; generalmente eran cuatro. Pero era un perdón externo 23. La respuesta de Cristo es afirmativa, con el grafismo oriental, de perdonar no sólo siete veces, sino setenta veces siete. Y para hacer más gráfica la enseñanza se expone una parábola de Cristo.
El talento era una unidad fundamental de
peso; indicaba un peso determinado de dinero. El talento comprendía 60 minas = 6.000 dracmas áticas. La dracma ática era equivalente al denario. Y éste era la paga diaria de un jornalero (
Mat_20:1). Por eso la deuda de 10.000 talentos era equivalente a 60 millones de denarios. La deuda era, pues, fabulosa.
La escena, como parabólica, utiliza deliberadamente datos artificiosos por su exclusiva finalidad pedagógica. Por ejemplo, Perea y Galilea daban anualmente a Antipas 200 talentos; Idumea, Judea y Samaría daban anualmente a Arquelao 600 talentos 24. El servidor podría haber sido un valido que había defraudado la confianza del dueño.
Se manda, para compensar en parte, vender a su mujer, hijos y propiedades. En los contratos de entonces entraba la responsabilidad familiar (
2Re_4:1;
Dan_6:24; Est l6:18). Mas el análisis de los datos hace ver que se trata de la pintura de una corte oriental, pero no judía 25. Con ello se ve lo inverosímil de poder, con esta venta, lograr ni una cantidad respetable ante la deuda de los 10.000 talentos. Es un dato más alegorizante en la parábola para acusar la misericordia de su señor con él. Por lo que, no pudiendo pagar, el dueño se lo perdona todo.
Pero se contrapone la conducta de este siervo perdonado con lo que exige a otro consiervo para que le pague, inmediatamente, una pequeña deuda: 100 denarios. Y al no pagarlos, lo mete en la cárcel. Enterado el rey, lo manda encarcelar hasta que pague la deuda.
La parábola se alegoriza en parte. Son varios los puntos doctrinales que se destacan.
a) El
motivo por el que el consiervo debía haber perdonado: el que el rey Dios le había perdonado a él. Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (
Mat_5:43-48; cf.
Col_3:12-15;
Stg_2:13).
b) También se percibe, alegorizada, la distancia entre el perdón del rey al siervo (60.000.000 de denarios) y lo que no quería perdonar aquel otro siervo (100 denarios). Esto habla de la
deuda infinita del perdón de Dios a los seres humanos, y la pequeñez de perdón de los seres humanos entre sí26.
c) Pero el punto central e
s la necesidad de perdonar para que Dios perdone. Es el
Paternóster (cf.
1Jn_4:20).
A la hora de esta redacción evangélica se refleja los problemas internos eclesiales, que exigían resolverlos lo que no es destruir la justicia con la caridad y el perdón.
1 L. Vaganay, Le schematisme du discours communautaire a la lumiere de la critique des sources (
Mat_18:1-35, par.): Rev. Bib. (1953) 203-244. 2 Zorell,
Lexicón graecum N.T. (1931) col. 822. 3 Joüon,
L'évangüe., compte tenu du substract se'mitique (1930) p.112. 4 Bonsirven,
Textes. n.757. 4 Strack-B., o.c., I p.591; M. Black,
The Marcan Parable of the Child in the Midst: Exp. Tim. (1947-48) 14-16; G. Vaimar,
Jesús und die Kinder. über Mat_18:1-7 (Diss. Wien 1952). Una triple hipótesis sobre el
logion de
Mat_18:3 que ha sido transmitido originalmente aislado y situado en este contexto por la tradición, la expone J. Jeremías,
Die Gleichnisse Jesu, o.c. (1970) p.231-233. 5 Strack-B.,
Kommentar. I p.729. 5 Michel, en
Theol. Wórt. ? . ? . IV, 650-661. 6 Lagrange,
évang. s. St. Marc (1929) p.249. Para más datos, cf. Strack-B.,
Kommentar. I p.775-778. 7 S. TH.,
In evang. Matth. comm. c.18 h.l. 8 Nestlé,
N.T. graece et latine (1928) ap. crít. a
Mar_9:43.44.46. 9
Henoc 27:1-3;
Salmos de Salomón 12:5; 156:4;
Esd_2:29;
Oráculos sibilinos 1:103; 3:761; artículo
Gehínne, en Dict. Bib. Suppl.; Bonsirven,
Le judaisme palestinien. (1934) I p.327-340. 10 Cf. Lagrange,
évang. s. Matth. (1927) p.340-348. 10 J. Dupont,
Les Beatitudes (1951) p.49 nota 5. 11 Bonsirven,
Le juda'isme palestinien. (1934) I p.232-233. 12 Strack-B.,
Kommentar. I p.783-784. 13 Nestlé,
N.T. graece et latine (1928) ap. crít. a
Mat_18:11. 14 Una comparación de esta parábola entre Mt y Lc, cf. Buzy, en Revue Bibli-que (1930) 47-61; E. F. F. Bishop,
The Parable of the Lost or Wandering Sheep (Mat_18:10-14; Luc_15:3-7): Angl. Theol. Review (1962) p.44-57; J. Dupont.
La brevis perdue.: Lum. et Vie (1957) p.15-23. 14 Bonsirven,
Le regne de Dieu (1957) p.73 nota 60; 15 Bonnard, o.c., p.372-273. 15 Nestlé,
N.T. graece et latine (1928) ap. crít. a
Mat_18:15. 16 Strack-B.,
Commentar. I p.788 í 739-740. 17 Reuss, citado por Lebreton en
La vie et l'enseignement. vers. esp. (1942) I 18 Strack-B., K'ommentar. I p.379-740; cf. Comentario a
Mat_16:18.19. 19 Rev. Bib. (1924) 82ss. 20 Strack-B.,
Kommentar. I p.792-793. 20 Bonnard, L'évangiU selon St. Matth. (1963) p.275. 21 Strack-B., Kommentar. I p.591. 22 Strack-B., Kommentar I p.793. 22 P. Bonnard, L'évangüe selon St. Matthieu (1963) p.275-276. 23 Buzy, évang. s. St. Matth. (1946) p.241-242; G. Marchand,
Mat_18:20 dans la tradition des six premiers sudes (198s). 23 Y orna 5:13; Baba gamma 8:7. 24 Josefo,
Antiq. XVII 11:4; M. Borda,
Lares: la vita familiar e romana (1947) p. 79-80. 25 J. Jeremías,
Die Gleichnisse Jesu, o.c. (1970) p.254-259. 26 VOSTé,
Parabolae selectae. (1933) II p.636-652; LAGRAqNGE,
évangile s. Sí. Matth. (1927) p.357-364; Buzy,
Parábales (1932) p.629-651; E. Fuchs,
TheParableof the Ummerciful Servant (Mat_18:23ss): Stud. Evang. (1958) p.487-494.