Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Capitulo 20.
C risto, que había dejado Galilea (
Mat_19:1), entrando en la región de Judea, va a subir a Jerusalén. Debió de atravesar el Jordán, pues aparecerá en Jericó. Precisamente el capítulo 21 de Mt presenta a Jesús en Âetfage, cerca de Jerusalén (
Mat_21:1). Esta ida de Jesús a Jerusalén es la subida al Calvario. Precisamente se lo va a anunciar por tercera vez a los apóstoles en esta subida definitiva a Jerusalén. De aquí la doctrina que va a darse en estos capítulos.
Jesús es plenamente consciente de su destino y de su obra.
Parábola de los obreros enviados a la viña,Mat_20:1-16.
1
Porque el reino de los cielos es semejante a un amo que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña. 2
Convenido con ellos en un denario al día, los envió a su viña. 3
Salió también a la hora de tercia y vio a otros que estaban ociosos en la plaza. 4
Díjoles: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo justo. 5
Y se fueron. De nuevo salió hacia la hora de sexta y de nona e hizo lo mismo, 6
y, saliendo cerca de la hora undécima, encontró a otros que estaban allí, y les dijo: ¿Cómo estáis aquí sin hacer labor en todo el día? 7
Dijéronle ellos: Porque nadie nos ha ajustado. El les dijo: Id también vosotros a mi viña. 8
Llegada la tarde, dijo el amo de la viña a su administrador: Llama a los obreros y dales su salario, desde los últimos hasta los primeros. 9
Vinieron los de la hora undécima y recibieron un denario. 10
Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero también ellos recibieron un denario. 11
Al cogerlo murmuraban contra el amo, 12
diciendo: Estos postreros han trabajado sólo una hora, y los has igualado con los que hemos llevado el peso del día y el calor. 13
Y él respondió a uno de ellos, diciéndole: Amigo, no te hago agravio: ¿no has convenido conmigo un denario? 14
Toma lo tuyo y vete. Yo quiero dar a este postrero lo mismo que a ti. 15
¿No puedo hacer lo que quiero de mis bienes? ¿O has de ver con mal ojo porque yo sea bueno? 6
Así, los postreros serán los primeros, y los primeros, postreros. Porque son muchos los llamados, mas pocos los escogidos. Parábola propia de Mt. Consta de muchos rasgos irreales, que es artificio pedagógico para que se destaque bien la enseñanza fundamental que quiere hacerse.
La escena, fundamentalmente, está tomada del medio ambiente palestino. Un señor dueño de una viña necesita jornaleros. Estos solían reunirse en una plaza, donde se hacía fácilmente la contrata. Pero ya en esta búsqueda de trabajadores se acusan elementos artificiales. Este amo sale a buscar operarios en diversas horas del día, cuando el trabajo requería los servicios ya desde la mañana.
Los judíos dividían el día, desde la salida del sol hasta el ocaso, en doce horas. Pero el uso ordinario utilizaba normalmente las horas de tercia (de las nueve al mediodía), sexta (del mediodía hasta las tres) y nona (desde las tres a la puesta del sol) 1.
Aquí sale este dueño de la viña a buscar operarios muy de mañana, a la hora de tercia, sexta, nona y undécima.
Ya a primera hora contrata operarios para su viña. El jornal se fijó en un denario al día. Es el equivalente que Tobías ofrece al guía de su hijo (
Tob_5:13-15).
Lo mismo repite en las diversas horas señaladas, y nuevamente los contrata por aquel día, y os daré lo justo (v.4).
Rasgos improbables es el que estén allí todo el día ociosos y el que el señor les pregunte qué hacen allí, lo mismo que el responderle que nadie los contrató.
Llegada la tarde, el señor manda a su administrador que llame a los viñadores y les dé su salario. Se decía en la Ley: al trabajador dale cada día su salario, sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita (
Deu_24:15; cf.
Lev_19:13).
Pero, al pagarse los jornales, a todos se les daba un denario. Y los que habían ido a trabajar a la viña en las primeras horas, y que habían cargado con más trabajo, murmuraban contra el dueño porque había igualado a todos en el jornal.
Mas él responde a las quejas de estos primeros que no les hace agravio. Convinieron en lo que era justo, y ese jornal se les entrega. Pero él es muy dueño de sus bienes y de hacer con ellos lo que quiera. A los primeros no les hace agravio, pues les da lo justo; pero con los otros quiere usar de magnificencia.
Por eso ellos no han de ver con mal ojo, con malevolencia, envidia, su conducta, pues fue con unos justo y con otros generoso.
El pasaje termina de la siguiente manera: Así, los postreros serán los primeros, y los primeros los postreros. Porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos (v. 16).
El v. l6 b es aquí de autenticidad muy discutida 2. Parece proceder de
Mat_22:14.
El v.l6 a plantea un problema que puede afectar a toda la interpretación de la parábola.
Si se admite (Calmet, Fonck, etc.) que el v.16 a los postreros serán los primeros, y los primeros. sería parte de interpretación de la parábola, su sentido sería: que los primeros en ingresar en el reino deberían haber sido los judíos (
Mat_8:11.12); mas, por negligencia y culpabilidad, vendrían a ser los últimos (Rom c.10 y 11), mientras que los gentiles vendrían a ser de hecho los primeros en su ingreso en la Iglesia. Ya, sin más, se ve que esto es muy artificioso en el cuadro de la parábola. San Juan Crisóstomo había observado que Jesús no deduce esta sentencia de la parábola. Puesto que los primeros no vienen a ser (en ella) los últimos; al contrario, todos reciben la misma recompensa 3. Esta argumentación es evidente. Esta conclusión, como en otros pasajes del evangelio, sólo tiene carácter de
apéndice por una cierta analogía y oportunidad con el desarrollo de la misma, incluso, v.gr., con la materialidad de los primeros y últimos obreros llamados en la parábola.
La doctrina formal que se destaca en la parábola
es la absoluta libertad y bondad de Dios en la distribución de sus bienes. Si a unos, que trabajaron más, les paga lo convenido, es justo en su obrar; si a otros, que trabajaron menos, les da igual, con lo que puedan vivir los suyos, es efecto de magnanimidad. Es una parábola con la que Cristo, seguramente, responde a las críticas farisaicas de buscar, aparte de gentes buenas, a publícanos y pecadores, llamándolos e ingresándolos a todos en su reino. ¿Por qué esta diversidad de dones, y por qué esta diversidad de horas? Porque Dios, pleno de bondad, es dueño absoluto de repartir sus dones 4. E implicado en ello está el contraste, destacado en el mismo pasaje (v.15b), entre la bondad desbordada de Dios y la estrechez mezquina y crítica del fariseísmo malo.
La enseñanza tenía una oportuna aplicación
en la Iglesia primitiva, no sólo por los orígenes de muchos de los que ingresaron en la fe, comenzando por los mismos apóstoles (cf.
1Co_1:26-29), y seguidos por multitud de pecadores.
Otras interpretaciones de elementos alegóricos, más que enseñanzas doctrinales secundarias de la parábola, quizá sean acomodaciones hechas sobre la misma 5.
Tercer anuncio de ¡a pasión,1Co_29:17-19 (Mar_10:32-34; Luc_18:31-34).
17
Subía Jesús a Jerusalén y, tomando aparte a los doce discípulos, les dijo por el camino: 18
Mirad, subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, que le condenarán a muerte, 19
y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten y le crucifiquen; pero al tercer día resucitará. Esta tercera predicción sobre su pasión y muerte está descrita muy minuciosamente: la más de todas. Si Cristo se atuvo en su enunciación literaria al género profético, de núcleo claro y contornos más oscuros que se hacen claros a la hora de su cumplimiento, esta redacción es la que estaría más matizada con el cumplimiento de los hechos. Cristo está consciente de su muerte y de su resurrección. En cambio, los apóstoles aparecen en una situación semejante a la que tuvieron en las dos primeras predicciones, las cuales tuvieron lugar antes y después de la transfiguración,
que debía iluminar, como vértice, la grandeza de Cristo. Pero la incomprensión (Lc-Mc), el asombro (Mc) estaba aún en ellos por no poder compaginar el medio ambiente
de un Mesías terreno y triunfador con la perspectiva de muerte que Cristo les ponía de su mesianismo 5. El anuncio por tercera vez más que debido a la afición de Mt por el número tres, debe de ser histórico, por la confirmación de los sinópticos.
La petición de la mujer del Zebedeo,Luc_20:20-23 (Mar_10:35-45).
20
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose, para pedirle algo. 2
l Díjole El: ¿Qué quieres? Ella contestó: Di que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda en tu reino. 22
Respondiendo Jesús, le dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber? Dijéronle: Podemos. 23
El les respondió: Beberéis mi cáliz, pero sentarse a mi diestra o a mi siniestra no me toca a mí otorgarlo; es para aquellos para quienes está dispuesto por mi Padre. Mt-Mc, que son los que narran este episodio, lo ponen inmediatamente después de la tercera predicción de la pasión. La ambición que reflejan aquí los dos apóstoles está en la misma línea de
incomprensión de un Mesías doliente y de su reino espiritual. En Mt-Mc hay una divergencia narrativa, debida acaso a las fuentes. En Mc la petición se la hacen directamente a Cristo Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo; en Mt, su madre, Salomé (
Mar_15:40; cf.
Mat_27:56). Procedimientos semejantes se encuentran en los evangelios (cf.
Mat_8:5-13, comparado con
Luc_7:1-10).
Se pide para Santiago y Juan los dos primeros puestos en su reino. Se lo concibe como terreno (
Hec_1:6). La petición no miraba sólo a los puestos de honor, sino también a los de ejercicio y poder 6. Estos dos puestos correlativos de su derecha e izquierda eran los dos primeros puestos de una serie 7. Se pensó si tuvieron esta pretensión basándose en posibles razones de parentesco (
Jua_19:25), lo que pudiera tener más fuerza en las costumbres orientales de vinculación a la familia, tribu o clan.
En la respuesta de Cristo hay dos partes, que acaso pudieran responder a dos temas combinados.
Con el primero les corrige el enfoque de su concepción terrena del reino. Este es de dolor. ¿Podrán ellos beber el cáliz que a El le aguarda, y ser bautizados en el bautismo de su pasión? Se ve que este tema no responde directamente a la petición que le hacen; más directamente es el segundo, aunque sea para hablarles del plan del Padre. Por eso, la primera parte puede ser histórica en este momento, pero también podría tener un contexto lógico, para precisarles bien la naturaleza del reino. El martirio testimonio estaba bien experimentado en la Iglesia a esta hora.
La literatura judía presenta frecuentemente el cáliz como imagen de alegría y fortuna, derivando acaso su uso de los festines (Sal 16;5;
Jua_23:5;
Jua_116:13;
Lam_4:21); pero luego, por influjo de la copa de la venganza divina, que usaron los profetas, vino a significar también, y preferentemente, el sufrimiento y la desgracia (
Sal_75:9;
Isa_51:17.22;
Eze_23:31-33;
Rev_15:7.16). El mismo sentido tiene en la literatura rabínica 8. El cáliz que Cristo bebería era el de su pasión y muerte (
Mat_26:39 par.;
Jua_18:11).
En Mc se les pregunta además si están dispuestos a recibir el bautismo (âÜðôéóìá) con que yo voy a ser bautizado.
Este bautismo de Cristo es igualmente la inmersión total en su pasión y su muerte (
Luc_12:50). Era expresión usada también en la lengua profana para indicar el ser afectados por males muy grandes 9.
A la pregunta que les hace Cristo si estarían dispuestos a beber este cáliz y a sumergirse, como El, en este bautismo de dolor, le respondieron que sí. No era un respuesta de fácil inconsciencia. Y Cristo les confirma, con vaticinio, este martirio de dolor. Pero no se ve exigencia, por este vaticinio, cíe que ambos hubiesen de tener que sufrir lo mismo que Cristo, sino ser sumergidos, bautizados, como indica el nombre, en una fuerte pasión.
De hecho, Santiago el Mayor sufrió el martirio sobre el año 44, por orden de Agripa I (
Hec_12:2), siendo decapitado 10. Juan murió en edad muy avanzada (
Jua_21:23), de muerte natural. Pero, antes de ser desterrado a la isla de Patmos, sufrió ante portam latinam el martirio, pues fue sumergido en una caldera de aceite hirviendo, de la que Dios le libró milagrosamente 11.
Quedaba con ello corregido el erróneo enfoque sobre la naturaleza de su reino. Y les aprobaba su coraje cristiano, cuyo ímpetu se refleja en otras ocasiones (
Luc_9:54). Pero había en esta petición un plan más profundo del Padre que no competía a Cristo el cambiarlo; había en todo ello una predestinación (cf.
Jua_6:37.44): Dios dispone libremente de sus dones: de
la donación gratuita de su reino y de los puestos del mismo. A la hora de escribirse este relato, los judíos por su fe
y los cristianos por la suya, solían morir por ella.
Protesta de los apóstoles y lección de servidumbre,Jua_20:24-28
(Mar_10:41-45; cf. Luc_22:24-30).
24
Oyéndolo, los diez se enojaron contra los dos hermanos. 25
Pero Jesús, llamándolos a sí, les dijo: Vosotros sabéis que los príncipes de las naciones las subyugan y que los grandes imperan sobre ellas. 26
No ha de ser así entre vosotros; al contrario, el que entre vosotros quiera llegar a ser grande, sea vuestro servidor, 27
y el que entre vosotros quiera ser el primero, sea vuestro esclavo, 28
así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos. Esta pretensión y proposición de los hijos del Zebedeo la oyeron los otros diez no se dice si al hacerla allí mismo y se indignaron contra los dos hermanos. Acaso esta protesta abierta fue separados de ellos. Al ver aquella disputa, Jesús los llamó. Y va a restablecer la armonía con una gran lección de humildad, dada especialmente para los que van a tener puestos jerárquicos, para ellos, que son apóstoles y se sentarán en tronos en su reino (
Luc_22:30). Les va a dar una lección por capítulo doble, primero con la verdadera doctrina del mando, y luego con su mismo ejemplo.
En el mundo, los que gobiernan las naciones fácilmente abusan de su poder, y, en lugar de ser en servicio benéfico del bien común, lo es en provecho propio, y así oprimen a los pueblos. Los apóstoles comprendieron y asumieron como mision el hecho politico y social desigual de su epoca. Eran galileos y habían oído hablar de los abusos de Herodes el Grande, de Arquelao y Antipas, lo mismo que de los abusos de algunos de los procuradores romanos.
Pero, si esto sucede de hecho, ya que no es ésa la misión del poder entre gobernantes de pueblos, no ha de ser así entre vosotros, que son apóstoles y se sentarán en tronos del reino para juzgar a las doce tribus de Israel. Al contrario, la idea se da con todo el grafismo oriental. El que quiera llegar a ser grande
entre vosotros deberá ser vuestro servidor (äéÜêïíïò). Õ el que quiera ser el primero
entre vosotros, deberá ser vuestro esclavo (äïýëïò). Las frases son demasiado comprensibles en su misma hipérbole. No ha de haber ansias ni apetencias de los puestos del reino, puesto que éstos no son para honor ni provecho propio,
sino para ministerio, servicio y provecho directo del bien común. No siendo para provecho propio, en lugar de tener esos sentimientos de ambición, si alguno pensase en ello, que piense que ha de tener sentimientos, en este orden, de servidor y de esclavo. Pues ha de tener
los sentimientos de servicio. Deberá ser esclavo de todos (Mc). Así enfocados, los puestos jerárquicos y de mando cobran su auténtica proyección y excluyen automáticamente las apetencias en el Reino terreno. Pues nadie tiene apetencia por egoísmo de ser esclavo.
Y luego de la doctrina, pone el gran ejemplo de su vida, que es el Rey-Mesías. No vino a ser servido. Sus sufrimientos, su pobreza, las intrigas armadas contra El, la perspectiva de su pasión y muerte, hacían ver bien que no vino a ser servido, sino a servir (äéá÷ïíçóïê); al contrario, vino a dar su vida (øõ÷çí) como rescate de muchos. Esta enseñanza de Cristo tiene una gran portada dogmática.
a)
Rescate. La expresión rescate que aquí se usa (ëýôñïí) ha de ser precisada.
Esta palabra griega aquí usada aparece usada veinte veces en la versión de los LXX del A.T. 12 Siempre traduce a cuatro palabras hebreas, que significan:
1) La compensación ofrecida en dinero por causa de una muerte o de una ofensa grave.
2) El precio pagado por un objeto.
3) El precio pagado por el rescate de un esclavo o de un cautivo para libertarlo.
4) En el libro de los Números significa incluso la liberación por sustitución. Así, los levitas sustituyen a los primogénitos en el servicio del templo (
Num_3:12).
Por eso, el
uso bíblico impone indudablemente al término la idea de
rescate; y, de todos los términos hebreos, el que mejor responde a esta idea es el término
kofer, porque designa exclusivamente la liberación por rescate.
El
uso corriente también daba, en la época de Cristo, a este término la idea de liberación por rescate. En el lenguaje de la
koine, en inscripciones y papiros, y en el clásico, este término se usaba en ocasiones para indicar el precio del rescate de un esclavo. Y a veces, con este término, se expresaba una liberación mediante un sacrificio. Así, Filón de Biblos cuenta que los reyes fenicios tenían la costumbre, en las calamidades públicas, de aplacar a los dioses, y salvar así a todo el pueblo, entregando a la muerte, como ëýôñïí, rescate, al más querido de sus hijos 13.
Por tanto, en el primer siglo de nuestra era, la palabra ëýôñïí evocaba de un modo totalmente natural la idea de precio pagado por una liberación, y como este precio podía ser, a veces, una persona (
Num_3:12; y el ejemplo citado por Filón de Biblos), no había posibilidad de extrañeza de entender que el Hijo del hombre iba a dar
su vida en
rescate por los otros. 14 Precisamente San Pablo dirá cómo eran los hombres esclavos del pecado (
Rom_6:20), del cual Cristo los liberó (v.22) con su muerte.
Por eso es insostenible el interpretar metafóricamente este término, en el sentido de
que este rescate era por el buen ejemplo que Cristo daba, sus ejemplos, su doctrina, etc.15 En este ambiente, tanto bíblico como el profano contemporáneo de Cristo, la expresión dar su vida en rescate por los no puede tener otro sentido que el que su muerte es el rescate, el precio, por tanto, del rescate de los hombres. Y, en consecuencia, que su muerte tiene un valor de
expiación y de
liberación en los hombres, de una
deuda, que, naturalmente, es el pecado. Sin embargo, San Pablo, que insiste tanto en esta doctrina, no utiliza este término estricto para exponerla (
1Ti_2:6;
Tit_2:14). Prueba de
la no interferencia del paulinismo en la redacción evangélica de esta doctrina.
b)
Por muchos. Este beneficio de la muerte de Cristo va a aprovechar (áíôß) a muchos (ðïëëþí). La frase literaria podría desorientar, como si la redención de Cristo no fuese por todos los hombres, sino sólo por algunos, aunque éstos fue se ç muchos.
En primer lugar, esta forma muchos es evidentemente equivalente a todos los hombres en San Pablo. En un mismo pasaje permuta, para hablar de la redención de todos los hombres, el término muchos con todos (
Rom_5:15.18.19).
A esto se añade que se trata de un semitismo. Esta palabra corresponde al hebreo
rabbím. Y
rabbím en hebreo postbíblico no significa
muchos pura y simplemente, sino la
multitud en general, el pueblo, es decir, todos los seres humanos
sin distinción 16. Pero es, sobre todo, el influjo del pasaje de Isaías (
Rom_53:11-12)
del Siervo de Yahvé, en el que se dice que
El expiará el pecado por muchos, que es la obra redentiva.
Lc, en 22:24-27, refiere este mismo tema del servicio, pero omite el final, en el que se dice que Cristo no vino a ser servido, sino a dar la vida por todos. Se pretendía un influjo del paulinismo. Pero Pablo no utiliza el término ëýôñïí, en esta forma estricta; aparte que el enfoque de este pasaje por Lc tiene otra finalidad que la de Mt-Mc.
Pretende dar a las diversas categorías de fieles helenísticos el concepto de servicio y prontitud en el mismo. Ni hay el menor inconveniente que esta frase ausente en Lc, acaso por ausencia en su fuente, esté en Mt-Mc en un contexto lógico, procedente de otra situación literaria.
Curación de dos ciegos, 20:29-34 (Mar_10:46-52; Luc_18:35-43; cf. Mat_9:27-31).
29
Al salir de Jericó les seguía una muchedumbre numerosa. 30
Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, oyeron que pasaba Jesús y comenzaron a gritar, diciendo: ¡Señor, ten piedad de nosotros, Hijo de David! 31
La multitud les reprendía para hacerles callar, pero ellos gritaban con más fuerza diciendo: ¡Señor, ten piedad de nosotros, Hijo de David! 32
Se paró Jesús, y llamándolos, les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33
Dijéronle: Señor, que se abran nuestros ojos. 34
Compadecido Jesús, tocó sus ojos, y al instante recobraron la vista, y seguían en pos de El. Mt-Mc colocan inmediatamente después de la petición de la mujer del Zebedeo la escena de la curación de estos ciegos; Lc, en cambio, suprimiendo la escena de los hijos del Zebedeo, acaso por tener menos interés para sus lectores gentiles, intercala el pasaje de Zaqueo. En todo caso, Cristo está subiendo camino de Jerusalén. Y en esta ruta llega a Jericó. Aquí se localiza la escena 17.
En la situación local de este pasaje hay una dificultad clásica.
Mt-Mc la localizan cuando Jesús y los suyos salen de Jericó. Lc, en cambio, la localiza cuando Jesús se acerca, en su venida a Jericó. Las soluciones propuestas son varias. Se indican las principales.
Una sería suponer una citación quoad sensum, sin cuidar excesivamente de un intento de detalle local, o suponer también lo que en otras ocasiones hace el mismo Le: que
adelanta literariamente la narración de la curación de este ciego, por concentrar principalmente su narración en la escena de Zaqueo y la parábola de las minas 18, lo que modificará literariamente este detalle.
También se ha propuesto como solución un procedimiento redaccional de Lc.
En Jericó narra la conversión de Zaqueo;
al salir de Jericó, o fuera de ella, pero narrada a continuación, tiene la parábola de las minas; por eso situaría Lc la escena de los ciegos al
acercarse a Jericó. Sería un procedimiento topográfico redaccional (Osty).
El segundo problema es el número de ciegos. Mt pone dos; Mc-Lc, uno, dando el nombre del mismo, Bartimeo = hijo de Timeo. Las soluciones propuestas son las siguientes:
Se trata de dos ciegos; si no, Mt no tendría motivo para fijar este número. Si Mc-Lc se fijan en uno, del que dan el nombre, acaso se debe a que sólo uno pasó, por más conocido, a la catequesis y a esos dos evangelios. ¿Acaso hacían falta dos testigos para testificar el mesianismo de Cristo? (v.30c).
Otra solución es que se trataría de una condensación complementaria hecha por Mt de dos curaciones individuales e independientes hechas por Mc (
Mat_8:22-26;
Mat_10:46-52 =
Mat_20:29-34).
Cristo muestra en esta escena un gesto de comprensión y se diría de
servicio, a tono con el pasaje anterior.
¿Por qué la turba manda callar a los ciegos? Podría ser por un gesto de admiración a Cristo, sobre todo si lo rodeaban o hablaban con EL Acaso por reflejarse aquí el ambiente del capítulo 17 de los
Salmos de Salomón, en los que el aspecto misericordioso del Mesías cede al aspecto del Mesías destructor de sus enemigos (Bonnard); aunque otra cosa refleja
Mat_12:23.
En Mt la curación se hace tocando sus ojos; Mt gusta describir a Cristo uniendo el gesto a la palabra.
En la escena se le aclama Hijo de David. Esta expresión
era título mesiánico 19. En Mt sale varias veces (
Mat_9:27;
Mat_12:23;
Mat_15:22;
Mat_21:9.15). Para explicar cómo aparece en boca de estos ciegos este título mesiánico no hace falta recurrir a un préstamo del evangelista; a esta altura de la vida de Cristo, ya había la sospecha en muchos y la creencia de que era el Mesías. Los ciegos podían oírlo allí mismo, entre las gentes y posibles aclamaciones que venían con Cristo: muchedumbre numerosa (Mt). Era lo anunciado por Is (
Mat_29:18b).
También
le llaman Señor (
xópte). En Mt es normal este título
para resaltar la divinidad de Cristo. Con él le proclamaba la primera generación cristiana. En Mc (v.51) se le llama Maestro, y en Lc (v.41), también Señor, probablemente con el mismo sentido que en Mt.
1 Dict. de la Bible II col.63ss. 2 Nestlé,
N.T. graece et latine (1928) ap. crít. a
Mat_20:16. 3 Mg 58:614. 4 Lebreton,
La vie et l'enseignement. vers. esp. (1942) II p.99-106; Brunec,
Multi vocati, pauci electi: VD (1948) 88-97.129-143.277-290. 5 Cf.
Vosté,Parabolae selectas. (1933) I p.413.431; Buzy, Les parábales. (1932) p.205-237; J. Dupont, La parábale des ouvñers de la vigne (
Mat_20:1-16): Nouvelle Rev. Théol. (1957) p.785-797; Vargha, Operarii in vinea: VD (1928) 302-304; J. Duplacy, Le maítre ge'néreux et les ouvñers égo'istes (
Mat_20:1-16): Bibl. et Vie Chrét. (1962) p.16-30; J. B. Bauer, Gnadenlohn oder Tageslohn? (
Mat_20:8-16): Bibl. (1961) p.224-228; J. Jeremías, Die Gleichnisse Jesu, vers. esp. (1970) p.46-49. 5 J. Schmid, Das Evangelium Nach Markus (1958) P.40. 6 Strack-B.,
Kommentar. I p.835ss. 7 Josefo,
Antiq. VI 11:9. 8 Strack-B.,
Kommentar. I p.836-838. 9
Pap. P. 47:13; Josefo, BI IV 3:3. 10 Cf. Eusebio,
Hist. eccl. II 9:3. 11 Tertuliano,
De praescñpt.: MG 2:49; cf. San Jerónimo:
Mal_26:143. 12 Hatche et redpath, Concórdame to the Septuagint. 13 Eusebio De C.,
Praepar. evang.: MG 21:95. 14 Sobre todo esto, cf.
Plrot',évang. s. St. Marc (1946) p.350-351; cf. Büchael, art. ?????? , en Th. Wórt. ? . ? ., p.341ss. 15 J. B. Frey, en Rev. Bib. (1916) 58-60. 16 D. Gonzalo maeso,
Ilustraciones eucarísticas (1957) p.206 nota 3; Barrett,
The Background of Mark 10:45: New Testament Essays (Studies in Memory of T. W. Manson, 1959) 1-18; J. A. Emerton,
The Aramaic Background of Mark 10:45: The Journal of Theolog. Studies (1960) p.334ss. 17 Pillarrella,
Sedebat secus viam mendicans (
Luc_18:35)
: Pal. Cler (1959) 0.1085-1087. 18 A. Fernández,
Vida de Jesucristo (1954) p.493; sobre las diversas interpretaciones cf. Simón-Dorado,
Praelectiones biblicae N.T. (1947) p.799-800; Osty,
'évang. s. St. Lúe, en
La Sainte Bible de Jérusalem 132-133. 19
Salmos de Salomón 17:23; Strack-B.,
Kommentar. I p.640.