EPÍSTOLA A TITO

TITO. — Nació Tito de padres gentiles, acaso en Antioquia. Aparece por vez primera asociado a Pablo en su viaje al concilio de Jerusalén, donde los judaizantes intentaron en vano circuncidarle. Durante la tercera expedición del Apóstol fue enviado por éste dos veces a Corinto: una desde Efeso, otra desde Macedonia. Años más tarde, a su vuelta de España, Pablo evangelizó rápidamente a Creta, donde dejó a Tito para que completase su obra. De allí le llamó Pablo a Nicópolis, en el Epiro. Más tarde le hallamos en Dalmacia. Según una tradición, conservada por Eusebia, murió en Creta. Fue Tito el hombre de confianza de Pablo.

OCASIÓN Y OBJETO DE LA CARTA. — La Epístola a Tito guarda estrecha afinidad con la primera a Timoteo. Salvo las diferencias de lugares y personas, ambas Epístolas fueron escritas con ocasión parecida y con idéntico objeto: resistir a la propaganda de doctrinas malsanas, organizar definitivamente las Iglesias, custodiar intacto el depósito de la fe.

DIVISIÓN. — Tras el prólogo, más solemne que de ordinario (1:1-4), el cuerpo de la Epístola consta de dos partes principales. En la primera se proponen las cualidades de los presbíteros (1:5-16). En la segunda se inculcan, los deberes propios de cada estado (2:1-15), los generales a todos los fieles (3:1-7) y los particulares del pastor (3:8-11). Cierran la carta algunas recomendaciones, seguidas de saludos y la bendición (3:13-15).