Hechos 26, 19-23

Por donde, rey Agripa, no fui desobediente a la celeste visión, sino que a los de Damasco primeramente y a los de Jerusalén, por todo el país de la Jadea y a los gentiles anuncié que se arrepintiesen y convirtiesen a Dios, haciendo obras correspondientes al arrepentimiento. Por causa de estas cosas, los judíos, habiéndome prendido, mientras estaba yo en el templo, trataban de matarme. Favorecido, pues, con el auxilio de Dios, hasta este día me mantengo en pie, dando testimonio al pequeño como al grande, ninguna cosa diciendo fuera de las que los profetas y Moisés mismo dijeron que iban a sobrevenir: sobre que el Mesías estaría sujeto a padecimientos; sobre que, resucitado el primero de entre los muertos, había de anunciar la luz, así al pueblo como a los gentiles.
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