Romanos  9, 6-13

No tal, que ande por los suelos la palabra de Dios. Que no todos los descendientes de Israel, ésos son Israel; * ni porque son descendencia de Abrahán son todos hijos; sino que «en Isaac será llamada tu descendencia» (Gen 21:12). Esto es, no los hijos de la carne ésos son hijos de Dios, sino los hijos de la promesa son contados como descendencia. Que tal fue la palabra de la promesa: «Hacia este tiempo vendré, y tendrá Sara un hijo» (Gen 18:10; 14). Ni sólo esto, sino que también Rebeca, habiendo concebido de uno solo, de Isaac nuestro padre* — pues cuando todavía no habían nacido ni hecho cosa buena o mala (para que el designio de Dios, hecho por libre elección, se mantuviese, no en virtud de obras, sino por gracia del que llama)—, le fue dicho a ella que «el mayor servirá al menor» (Gen 25:23); según está escrito; «Amé a Jacob y odié a Esaú» (Mal 1:2-3).
Ver contexto