Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 66 (Vg 65): Gracias por Una Liberación Milagrosa.
E ste salmo se divide netamente en tres partes:
a) himno de alabanza a Yahvé (1-7);
b) acción de gracias colectiva (8-12);
c) acción de gracias individual (13-20). En las dos primeras partes se destaca el aire colectivo de la composición: el poeta invita a todos los pueblos a alegrarse por los antiguos portentos realizados por Yahvé en favor de su pueblo paso del mar Rojo y paso del Jordán, que habían quedado en la épica popular de Israel como
símbolo del poder de Dios desplegado en favor del pueblo elegido y por haberles recientemente otorgado la liberación de un poderoso enemigo. La nación se hallaba en una situación crítica, con amenaza de su existencia como pueblo.
En la tercera parte, en cambio, habla un individuo con sus problemas personales. Por ello, no pocos críticos suponen que esta sección es un segundo salmo que ha sido yuxtapuesto al primero, de índole colectiva! Los que mantienen la unidad primitiva de todo el salmo suponen que en esta última parte habla el jefe del pueblo, lo que explicaría bien los abundantes sacrificios de bueyes y machos cabríos, conforme a las prescripciones mosaicas 2.
¿En qué circunstancia histórica fue redactado este salmo? En el título no se atribuye a David, y el contenido supone que el pueblo ha sido liberado de una gran catástrofe nacional. No pocos autores suponen, por ello, que fue redactado con ocasión de la liberación de Jerusalén de las tropas de Senaquerib en el 701 a.C.; y, en ese supuesto, el jefe que ofrece en nombre del pueblo sacrificios a Dios sería el propio rey Ezequías. En la oración de este rey pidiendo la liberación se expresa el deseo de que todos los reinos de la tierra reconozcan que Yahvé es el único Señor 3. El universalismo del salmo reflejaría así la
predicación de Isaías en unos tiempos en que el reino de Judá tenía relaciones con todos los pueblos del Antiguo Oriente 4. Sin embargo, muchos autores prefieren retrasar la época de composición del salmo a los tiempos postexílicos, empalmando su contenido universalista con la panorámica de la segunda parte de Isaías 5.
Literalmente se puede distinguir en el poema, primero, un preludio o invitatorio, separado del resto por un
seláh (¿indicación de alternancia de coro?); después dos partes simétricas, subdivididas cada una en dos estrofas, separadas una de otra por un
selah. Abundan los paralelismos sinónimos y sintéticos.
Preludio: Invitación a alabar a Dios (1-4).
1
Al maestro del coro. Cántico 7
. 2
¡Aclamad a Dios la tierra toda Salmodiad la gloria de su nombre, dadle la gloria de alabanza. 3
Decid a Dios: ¡Cuan admirables son tus obras! 8
Por la grandeza de tu poder te lisonjearán tus enemigos. 4
Póstrese toda la tierra ante ti y entone salmos a tu nombre. Seláh. Como en otras composiciones salmódicas 9, el poeta invita a
toda la tierra a asociarse en la alabanza del Dios poderoso, que obra prodigios sin cuento. Sus obras reflejan su inmenso poder, ante el que tienen que plegarse sus
enemigos, es decir, los que se oponen al pueblo de Dios en sus designios providenciales históricos. La omnipotencia divina ha domeñado y sometido a los que se oponían a sus designios sobre su pueblo; si ellos quieren subsistir, tienen que humillarse y reconocer su superioridad,
lisonjeándole para atraer su benevolencia. La expresión es antropomóríica y está tomada de la costumbre de adular los pueblos vencidos al vencedor. En realidad,
toda la tierra ha sido testigo de los prodigios obrados por Yahvé, y, por tanto, también ella por sus habitantes debe sumarse a la glorificación de su
nombre, es decir, de la manifestación de su gloria entre todas las gentes, ya que su nombre es el símbolo del poder supremo de la divinidad. Yahvé está vinculado por un pacto al pueblo de Israel,
y el nombre de Yahvé con sus manifestaciones portentosas constituye el timbre de
gloria del pueblo elegido.
Los prodigios de Yahvé (5-7).
5
Venid y ved las maravillas de Dios, admirables gestas en favor de los hijos del hombrel0
: 6
El transformó el mar en tierra seca, atravesaron el río a pie enjuto. Alegrémonos de ello. 7
El con su poder domina por la eternidad; sus ojos observan a las gentes, a los rebeldes, para que no se levanten contra El. Seláh. Muchas son las
gestas de Dios en favor de los hombres aquí el pueblo elegido , pero en la épica popular de la historia de Israel destacaban los portentos del paso del mar Rojo 11 y del Jordán 12. El poeta recuerda ambos portentos como prenda de aún mayores o similares actos de protección hacia su pueblo, como es en el caso presente, que declarará a continuación i3. En realidad, Yahvé es siempre el misino, pues
domina por la eternidad, y, en consecuencia, siempre está dispuesto ¿i desplegar su poder contra las
gentes que, atacando al pueblo elegido, se oponen a sus designios históricos (v.7). Con su omnisciencia
observa las reacciones de las gentes 14, conculcando a los
rebeldes que se levantan
contra El o su pueblo. Todos los acontecimientos de la historia están sometidos a la marcha impuesta por el Omnipotente, conforme a su inescrutable sabiduría.
La liberación del pueblo de Yahvé (8-12).
8
Bendecid, ¡oh pueblos! a nuestro Dios; haced oír la voz de sus alabanzas. 9
El ha conservado en vida nuestra alma, no ha dejado que vacilaran nuestros pies. 10
Pues tú, ¡oh Dios! nos has probado, nos has probado como se prueba la plata; 11
Nos hiciste caer en la red, pusiste grave peso sobre nuestros lomos. 12
Hiciste cabalgar hombres sobre nuestras cabezas. Pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a refrigerio. Después de cantar las glorias pasadas de Yahvé en beneficio de Israel, el poeta invita de nuevo a todos los pueblos a asociarse
a las alabanzas del Señor, que acaba de obrar otro inaudito portento al salvar al pueblo elegido de una situación crítica que no determina, pero que puede ser la liberación de Jerusalén del ejército de Senaquerib, o cualquier otro momento de confabulación de los enemigos de Judá
contra el pueblo de Dios. Estando a punto de desaparecer como nación, el pueblo elegido ha conservado su existencia como colectividad
gracias a la intervención milagrosa de Yahvé (v.6). La prueba ha sido dura, pues Dios los ha acrisolado como a plata 15 para purificarlos (v.10). Los profetas explican los desastres de Israel como un medio que
utiliza Dios para castigar sus infidelidades y hacerle ver que sólo en El encuentra su felicidad. El salmista se sitúa, en la misma perspectiva teológica y atribuye a Dios el desastre nacional. Ha sido una pesada carga, pues los ha entregado a los enemigos, los cuales los han pisoteado y humillado hasta el extremo. El poeta utiliza el símil del ejército invasor que con sus caballos pasa por encima de los vencidos (v.12) l6. El pueblo elegido ha sido sometido a las pruebas extremas, teniendo que
pasar por el fuego y el agua, expresión proverbial para significar las penalidades máximas 17. Las pruebas del exilio babilónico explicarían bien estas alusiones del salmista. La liberación en tiempo de Giro sería entonces el
refrigerio ansiado de los deportados.
Sacrificios de acción de gracias (13-15).
13
Entraré en tu casa con holocaustos, te cumpliré mis votos, 14
los que pronunciaron mis labios y profirió mi boca en mi angustia, 15
Te ofreceré en holocausto víctimas pingües con perfume de carneros; te sacrificaré bueyes y machos cabrios, Selah. El tono colectivo desaparece, para ser reemplazado por la oración individual. Si es que no es un nuevo fragmento de otro salmo, tenemos que suponer aquí que un jefe toma la palabra en una solemne asamblea para ofrecer sus sacrificios como representante de la comunidad, aunque las palabras lleven el sello personal. Después de la liberación es necesario cumplir los fotos proferidos en momentos de
angustia (v.14). Las víctimas que ofrecen son las propias de un príncipe o jefe de la colectividad: carneros y machos cabríos 18, que se ofrecían en acción de gracias o sacrificios pacíficos.
Dios escucha la súplica de los que a El se dirigen (16-20).
16
Vosotros todos cuantos teméis a Dios, venid y escuchad, y os contaré cuanto ha hecho por mí. 17
Le invocaré con mi boca, le cantaré himnos con mi lengua. 18
Si hubiera tenido iniquidad en mi corazón, no me hubiera escuchado el Señor. 19
Pero me oyó Dios y atendió a la voz de mi plegaria. 20
¡Bendito sea Dios, que no desechó mi oración ni me negó su piedad! La experiencia de haber
sido salvado por Yahvé le fuerza a declarar su gratitud hacia El, para que los conciudadanos se acojan a El en los momentos de angustia. Públicamente, en la asamblea solemne, quiere relatar el beneficio recibido para que sirva de esperanza y estímulo a los que se hallen en similar situación. El v.18 parece sugerir que el que habla se refiere a una situación personal y no a la colectividad de un pueblo, ya que no tiene conciencia de culpabilidad moral, lo que no es concebible aplicado al pueblo prevaricador israelita de todos los tiempos.
Dios le escuchó porque vio la sinceridad de su corazón; en ello se manifestó una vez más su piedad para con sus fieles.
1 Así Ewald. 2 Cf.
Exo_29:18;
Num_7:173. 3
Isa_37:20. 4 Suponen que es de esta época Delitzsch, Kirkpatrick, Lesétre y Calés. 5 Así opina E. Podkcharu, o,c., 6 j.Galés, o.c., I 926. 7 Cf.
Sal_4:1;
Sal_46:1;
Sal_3:1. 8
Bib. de Jér.: Decid a Dios: Tú eres temible. 9 Cf. Sal 67; 96; 97; 98; ico. 10
Bib. de Jér.: temible por las gestas en favor de los hijos de los hombres, 11 Cf.
Exo_13:173. 12 Cf. Jos3:1s. 13 Cf. 15 11:15;
Sal_74:12;
Sal_88:12. 14 Cf.
Sal_11:4;
Sal_33:13-14;
Sal_113:4-6;
Sal_9:6-7, 15 Para la metáfora comp.
Sal_12:7;
Sal_26:2;
Isa_48:10;
Zac_13:9. 16 Cf.
Isa_51:23. 17 Cf. 1343:2. 18 Cf.
Num_7:173.