Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Los Matrimonios Mixtos (c.9-I0).
Grave Acusación (9:1-2).
1
Después de todo esto se me acercaron los jefes, diciendo: El pueblo de Israel, los sacerdotes y levitas no han estado apartados de las gentes de esta tierra e imitan sus abominaciones las de los cananeos, jéteos, fereceos, jebuseos, amonitas, moa-bitas, egipcios y amorreos; 2
pues han tomado de entre ellos mujeres para sí y para sus hijos y han mezclado su raza santa con la de las gentes de esta tierra. Los jefes y magistrados han sido los primeros en cometer este pecado. Al poco de llegar Esdras a Jerusalén
enteróse del clima religioso y moral de los judíos que habitaban en la ciudad y alrededores. No será aventurado decir que la mayoría de los deportados eran varones que buscaron mujeres entre las hijas del país. Con gran dolor supo Esdras que todos, autoridades y pueblo, habían contraído matrimonio con mujeres extranjeras. Esta mezcla de la raza santa con la de las gentes de la tierra constituía un grave pecado (
Deu_7:3;
Exo_23:32;
Exo_34:11-16;
Neh_13:25). En
Deu_7:3 había dicho Dios: No contraigas matrimonio con ellas, no des tus hijas a sus hijos, ni tomes su hija para tus hijos, para que no te arrastren a la idolatría. En el mencionado texto se citan los jéteos, guergueseos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos, jebuseos, de los que deben apartarse los hijos de Israel. Israel debe vivir separado de los pueblos gentiles (
Deu_6:21;
Deu_10:11;
Neh_9:2;
Neh_10:28). Israel pertenece a Yahvé; le pertenecía, y, por tanto, debía ser santo.
Sed santos para mí, porque yo, Yahvé, soy santo, y os he separado de las gentes para que seáis míos (
Lev_20:26).
Inútil buscar una indicación concreta temporal en las palabras después de todo esto. ¿Cuánto tiempo transcurrió entre los sucesos narrados anteriormente y el hecho que se refiere en este capítulo? No es posible fijarlo. Algunos hacen estos cálculos: entre el día 4 del mes quinto y la escena que aquí se narra, que sucedió cinco días antes del 20 del mes noveno (
Lev_10:9), transcurren más de cuatro meses. Lo más lógico es considerar las mencionadas palabras como fórmula general de transición.
Esdras examinó detenidamente
la situación religiosa y moral del pueblo. Como el mal estaba muy enraizado y los culpables eran muchos y de categoría, comprendió que debía proceder con prudencia, informándose de los abusos, identificando los culpables ganándose adeptos para su causa y estudiando las reformas que debían llevarse a cabo. El mal había sido provocado por el contacto con las gentes del país, envueltos en sus abominaciones idolátricas (
toeboth).
La prohibición de tomar mujeres extranjeras aparece, además del citado texto de
Deu_7:3, en
Exo_23:32;
Exo_34:11-16. El ejemplo de Salomón causó impresión en Israel: sus mujeres extranjeras torcieron su corazón, arrastrándole hacia los dioses ajenos (
1Re_11:3-13). Esta defección dolorosa debía servir de lección a Israel; ella sola justificaba el rigor de la ley referente a los matrimonios con mujeres extranjeras (
Neh_13:25).
El motivo de esta prohibición es religioso (
Neh_9:1-11), pero se invoca también la pureza de la raza (
Neh_9:2). A la lista estereotipada de pueblos (
Exo_23:23;
Deu_7:2;
Deu_20:17;
Gen_15:19-21;
Exo_3:8) se añaden los egipcios; quizá debe leerse edomitas en lugar de amorreos (
Mal_1:2-5;
Lam_4:21). De vuelta del exilio se emplea la frase los pueblos del país (
Age_2:4;
Zac_7:5;
Dan_9:6); pero el sentido que tenía antes cambia en Esdras y Nehemías, en los cuales (Esdr 3:3; 9:1; 2; 11; 10:2-11;
Neh_9:30;
Neh_31:32) designa a los habitantes de Palestina que no son los judíos que obstruyen la obra de la restauración, dificultan la observancia del sábado y con los cuales se celebran matrimonios mixtos. Se oponen al pueblo de Judá en Esdr 4:4, al pueblo de Israel en Esdr 9:1. Es un cambio completo del sentido de la frase con relación al uso anterior al exilio, y se explica todavía por el sentido fundamental de la expresión. La comunidad de los repatriados no es el pueblo del país, porque no se rige por el estatuto político que había reconocido a los samaritanos, amonitas, moabitas; éstos son los pueblos del o de los países. De esta manera se prepara la tercera significación de la época rabínica: pueblo del país
son los que ignoran la Ley o no la practican 1.
Muestras de dolor (9:3-5).
3
Al oír esto rasgué mis vestiduras, mi manto, y me arranqué cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté desolado. 4
Juntáronse conmigo todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel por la prevaricación de los hijos de la cautividad. Yo estuve desolado hasta el sacrificio de la tarde; 5
y luego, al tiempo de la ofrenda de la tarde, me levanté de mi humillación y, con mis vestidos y mi manto rasgados, póstreme de rodillas y, tendiendo a Yahvé, mi Dios, mis manos, dije: Una vez examinado el estado religioso de los repatriados, que forman la
golah (
Neh_10:6;
Neh_10:8;
Neh_10:16), percatóse de la magnitud que el abuso de los matrimonios mixtos había alcanzado, con los consiguientes efectos religiosos.
Su alma sacerdotal sintióse transida de dolor, y así la expuso públicamente. No cabe hablar de un acto de debilidad senil, sino más bien de una manifestación previamente calculada. Desgarró Esdras la túnica y el manto, las dos prendas principales del vestido judío (
Gen_37:29-34;
Lev_10:6;
Jos_7:6;
Amo_8:10;
Mat_26:65). Al decir que se arrancó cabellos de su cabeza, acaso quiere aludir al hecho de raparse la cabeza, como solía hacerse en señal de pena o dolor (
Jer_7:29;
Miq_1:16). Lo mismo solía hacerse con
la barba, signo de distinción y virilidad (
2Sa_19:24;
Jer_41:5). Muchos judíos contemplaron las muestras de dolor de Esdras; unos siguieron su camino, otros se unieron a su empresa. No dice el texto cuándo empezaron estas muestras externas de dolor, pero asegura que duraron hasta las tres de la tarde (la hora nona), en que se ofrecía el sacrificio vespertino (
Exo_29:38-41). Fue entonces cuando Esdras, con la túnica y el manto rasgados,
oró en voz alta al Señor, consiguiendo con ello impresionar a gran muchedumbre de gentes, que derramaron lágrimas (
Exo_10:1). No indica el texto que Esdras rasgara los vestidos por segunda vez.
Israel ha pecado (Exo_9:6-7).
6
¡Dios mío! Estoy confuso y avergonzado, Dios mío, y no me atrevo a levantar a ti mi rostro, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de nuestra cabeza, y nuestros delitos suben hasta el cielo. 7
Desde los días de nuestros padres hasta hoy hemos sido muy culpables; y por nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados a las manos de los reyes extranjeros, a la espada, a la cautividad, al saqueo, a la vergüenza que cubre nuestro rostro. Con dos expresiones hiperbólicas (
Sal_38:4;
Sal_36:6) confiesa que Israel ha amontonado pecados sobre pecados. Esta apostasía de Israel no tenía justificación alguna, por lo cual, avergonzado (
Sal_10:1-6;
1Re_8:23),
no se atreve a levantar la cabeza delante de Dios ofendido. Pero estas prevaricaciones no quedarán impunes. Por el pacto de la alianza se compromete
Dios a velar por la prosperidad e independencia de Israel; si éste prevarica, Dios se desentiende de él y le castiga entregándole en manos de los enemigos. Aun en la actualidad, parte del pueblo judío vivía en el exilio, bajo el dominio de los reyes de Persia. Cuando cese el pecado y vuelva Israel a su Dios, se acabará el estado ignominioso actual y se reanudarán plenamente
las relaciones amistosas entre Yahvé y su pueblo.
El Dios de misericordia (1Re_9:8-9).
8
Con todo, Yahvé, nuestro Dios, acaba de hacer con nosotros misericordia, dejándonos un resto de libertad y dándonos refugio en su lugar santo, para hacer brillar nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre; 9
porque esclavos somos pero, en medio de nuestra esclavitud, Dios no nos ha abandonado. Nos ha conciliado la benevolencia de los reyes de Persia conservándonos la vida para que pudiéramos edificar la casa de nuestro Dios, levantando sus ruinas y dándonos un refugio seguro en Judá y en Jerusalén. Dios castigó a Israel entregándole en manos del enemigo. Sin embargo, Dios, de repente, ablanda el corazón de los reyes de Persia para que traten con benignidad a su pueblo, autorizándole incluso
el regreso a la patria. De ahí que, por un acto de misericordia de Yahvé, un resto (
peleta),
una porción escogida se ha salvado del naufragio general. Este resto será la simiente de la cual surgirá el nuevo Israel.
Permitió Dios que su pueblo fuera probado en el crisol de la cautividad y que la vergüenza cubriera su rostro, pero no permitió la ruina total. La nueva comunidad instalada en Palestina ha sido purificada por la prueba, pero a ella está vinculada la promesa de un futuro glorioso (
Isa_1:9;
Isa_4:23;
Isa_7:3;
Isa_10:21-22). El texto hebraico usa la siguiente imagen: Y dándonos una estaca de tienda (
yetad)
en su lugar santo (v.8). Con una imagen sacada de la vida nómada dice que Dios ha concedido al resto de los exilados el privilegio de fijar su tienda, o lo que es lo mismo, de establecerse de nuevo en Jerusalén. Pero esta tienda puede arrancarse y ser transportada a lejanas tierras en el caso de que los repatriados imiten la conducta de sus antepasados. Con la expresión hacer brillar nuestros ojos se expresa la nueva inyección de vida, de fuerza y energía (
1Sa_14:27). No goza Israel de completa independencia política, pero dentro de la esclavitud se le conceden privilegios inauditos, que sólo se explican por la acción de Dios en el corazón de los reyes de Persia. Ciro permitió a los cautivos regresar a su patria (
1Sa_1:2-4); Darío atajaba las intrigas de los samaritanos y contribuía con fondos del peculio real a la reconstrucción del templo (
1Sa_6:6-12); Artajerjes (
1Sa_7:12-26) hizo otro tanto. Dios ha conservado la vida de los repatriados para que éstos reedifiquen el templo, dándonos un refugio seguro en Judá y en Jerusalén. El término
refugio es una traducción de la palabra hebraica
gader. Ordinariamente significa muralla, muro de protección de un campo, viña, ciudad (
Num_22:24;
Pro_24:31;
Eze_42:7-10;
Isa_5:5). Los que admiten la prioridad de la llegada de Nehemías a Jerusalén toman el término en el sentido obvio de la muralla que levantó Nehemías en torno a la Ciudad Santa; los partidarios del orden Esdr as-Nehemías interpretan
gader en sentido traslaticio de refugio, abrigo, protección (
Eze_13:5;
Eze_22:30;
Ose_2:8). Este último sentido recomienda el contexto al hablar de un refugio en Judá, ya que no cabe la idea de una muralla protectora del territorio de Judea 2.
Nuevas transgresiones (Ose_9:10-15).
10
¿Qué podemos, pues, decir después de todo esto, oh Dios nuestro? Pues hemos abandonado tus mandamientos, 11
los que nos prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra que vais a poseer es una tierra manchada por las abominaciones de los pueblos de esas regiones, que del uno al otro cabo la han llenado de sus inmundicias; 12
no deis vuestras hijas a sus hijos, ni toméis sus hijas para vuestros hijos, ni os cuidéis nunca de su prosperidad ni de su bienestar, y así vendréis a ser fuertes y comeréis lo mejor de los frutos de la tierra, y la dejaréis a vuestros hijos en heredad para siempre. 13
Después de todo lo que nos ha sucedido por nuestras maldades y grandes pecados que hemos cometido, porque tú, Dios nuestro, no nos has castigado en proporción de nuestras iniquidades, 14
¿vamos a comenzar de nuevo a traspasar tus mandamientos, a emparentar con esos pueblos abominables? ¿No se ensañaría contra nosotros tu cólera hasta destruirnos del todo, sin dejar ni resto ni escape? 15
Yahvé, Dios de Israel: Tú eres justo, pues que hemos quedado hoy un resto de escapados. Henos aquí ante ti como culpables, sin poder por eso permanecer en tu presencia. La oración de Esdras se parece algo a un sermón. De ahí que no debe extrañarnos que alegue el Deuteronomio y los profetas. Estos, aunque no condenaron explícitamente los matrimonios mixtos, señalan la contaminación de la tierra por los ídolos (
Jer_12:6). En la época de Esdras denuncia Malaquías (
Jer_2:10-12) estas uniones (Gelin). Esdras no se inspira en el espíritu cultual y formalista del código sacerdotal, sino en las palabras de los profetas, de los cuales el mayor de todos fue Moisés. Ninguna oposición entre la Ley y los Profetas: Moisés fue un legislador porque fue profeta. No cita un texto determinado, pero resume las enseñanzas contenidas en
Exo_34:16;
Lev_18:25-27;
Deu_7:1-3;
Deu_23:6;
2Re_17:23;
2Re_21:10;
2Re_24:2. El mayor pecado que puede cometer Israel es la idolatría, crimen que se caracteriza por las palabras
niddah mancha (
Lev_18:25),
to ebah = abominación,
turna = impureza. Israel debe cumplir los mandamientos de Dios, que señalaron los profetas, incluyendo en primer lugar el de servir a Dios con exclusión de los ídolos. Teniendo una experiencia de muchos años, sabiendo que el alejamiento de los mandamientos de Dios acarrea los males que sufre el pueblo, ¿querrán los repatriados, los que forman parte del resto de Israel, excitar de nuevo la ira de Yahvé y atraer sobre sí nuevos castigos? Los matrimonios mixtos, ¿no constituyen el primer peldaño que conduce necesariamente a la idolatría?
Estamos en un momento definitivo, viene a decir Esdras, momento en que se juega la supervivencia de Israel como pueblo de Yahvé. Si los escogidos, el resto (
Isa_11:11;
Isa_28:5;
Jer_31:7;
Jer_50:20); si los que han sido salvados (
peleta;
Jer_9:8;
Jer_9:13-15) delinquen, no quejará ni resto ni escape. Al término de la oración pone Esdras de relieve la justicia de Dios, que equivale a su voluntad salvífica y que le inclina a la misericordia, como demostró al reservarse el resto En la salvación de unos pocos pueden considerarse dos aspectos misericordioso, en cuanto que éstos fueron realmente salvados justiciero, en cuanto que sólo éstos se salvaron, mientras que todos los otros perecieron (Fernández). No quiere Dios que Israel, a pesar de sus graves pecados, desaparezca de la faz de la tierra. Pero exige que el pueblo pecador se arrepienta y confiese sus pecados, abandonando las sendas del mal para andar por los caminos que señalan los mandamientos de Yahvé. Esdras se incluye entre los pecadores por formar parte del pueblo judío, aunque individualmente llevara una vida perfecta.