Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
61. La proclamación de la buena nueva a Sión.
Este fragmento tiene muchas analogías con los cánticos sobre el
Siervo de Yahvé. No obstante, hay claras diferencias. Aquí es un profeta que, a modo de monólogo o soliloquio, expresa una profecía de salvación, pero sin presentarse él como realizador o instrumento de ella, como ocurre en los cánticos del
Siervo de Yahvé. Además, aquí no encontramos la misión universalista, y, por otra parte, se habla de un día de la venganza divina, lo que no parece adaptarse al carácter del
Siervo de Yahvé, modesto, humilde, que sufre
y trae personalmente un mensaje de salvación. El profeta aquí, en cambio, es un mero
heraldo de una nueva situación salvadora.
El profeta, heraldo de la salvación (1-3).
1 El espíritu del Señor, Yahvé, está sobre mí, pues Yahvé me ha ungido, me ha enviado para predicar la buena nueva a los abatidos y sanar a los de quebrantado corazón, para anunciar la libertad de los cautivos y la liberación a los encarcelados. 2 Para publicar el año de gracia de Yahvé y un día de venganza de nuestro Dios, para consolar a todos los tristes 3 y dar a los afligidos de Sión, en vez de ceniza, una corona; el óleo del gozo en vez del luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará terebintos de justicia, plantación de Yahvé para (su gloria). La expresión el
espíritu del Señor, Yahvé, está sobre mi (v.1), que aparece en otros oráculos profetices,
1 indica una intervención carismática de Dios en la vida del profeta en orden a una misión o manifestación nueva a la comunidad. El profeta se siente
ungido por el mismo Dios para el cumplimiento de esta misión. Es una consagración metafórica al servicio de Yahvé. Como los reyes y sacerdotes recibían una
unción real externa para desempeñar sus funciones profesionales, 2 así el enviado de Dios se siente escogido por Dios para una función especial que se le encomienda. Aquí
ungido parece equivaler a
enviado, dotado del
espíritu de profecía
para predicar la buena nueva a los abatidos (v.1b), la era de salvación a los
quebrantados de corazón, o fieles israelitas oprimidos por la injusticia y
abatidos por tantas desgracias sociales. Su misión es anunciar un glorioso e inaudito jubileo de emancipación:
anunciar la libertad de los cautivos (v.1c). Según las prescripciones mosaicas, en el año del jubileo debían considerarse libertados y emancipados todos los esclavos. 3 Aquí también el profeta anuncia un
año de gracia (v.2a) de parte de Yahvé, un año de remisión y de reconciliación con su pueblo. Será una amnistía general:
la liberación de los encarcelados (v.1c), aquí en sentido metafórico.
El profeta contrapone el
año de gracia y el
día de venganza (v.2). El primero será de favor para sus fieles, y el segundo, de castigo para los pecadores enemigos de Israel, y aun del mismo Israel.4 Quizá haya en las palabras
año y
día una contraposición buscada por el autor para hacer ver
que Dios siempre es más largo en perdonar que en castigar: la remisión dura un
año, mientras que la
venganza un solo
día. Aunque quizá en la expresión
día de venganza haya una influencia de la otra estereotipada,
día de Yahvé, de la literatura profética, que simboliza el juicio vengativo de Dios en la historia de Israel.5
Este
año de gracia y este
día de venganza servirá para
consolar a todos los tristes, es decir, los fieles
abatidos de que hablaba antes, los cuales al ver, por un lado, la manifestación misericordiosa de Dios en ese
año de gracia en favor de sus fieles, y la justicia de Dios en el
día de la venganza, sentirán una íntima satisfacción, ya que Yahvé, al fin, salió por sus derechos conculcados, y el camino de la virtud queda públicamente vindicado. Una nueva era se abre para los
afligidos de Sión (v.3a), los cuales dejarán la
ceniza del duelo para recibir la
diadema, signo de alegría. 6 Juntamente serán ungidos con el
óleo del gozo, empleado en las ocasiones solemnes y festivas. 7
Se sentirán fuertes y optimistas, como encinas con profundas raíces de justicia y rectitud; de ahí que se les llame
terebintos de justicia (v.5). Son en realidad
la plantación de Yahvé para su gloria (v.3c). La comparación de los justos a árboles frondosos era tradicional en la literatura profética y sapiencial. 8 Aquí se destaca más su vigor, ya que aparecen como plantados por el mismo Yahvé. 9
Los extranjeros, al servicio de los ciudadanos de Sión (4-9).
4 Ellos reedificarán las ruinas antiguas y levantarán los asolamientos del pasado. Restaurarán las ciudades asoladas, los escombros de muchas generaciones. 5 Habrá extranjeros para apacentar tus ganados, y extraños serán tus labradores y viñadores. 6Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Yahvé y nombrados ministros de nuestro Dios. 7Comeréis lo exquisito de las naciones y os adornaréis de su magnificencia. Porque tuvieron el doble en cuanto a vergüenza y fue su parte el oprobio y la confusión, recibirán el doble también sobre la tierra y gozarán de eterna alegría. 8Porque yo, Yahvé, soy amante del derecho y aborrezco el rapaz latrocinio. Por eso les daré fielmente su recompensa y haré con ellos una alianza eterna. 9Su descendencia será conocida en los pueblos, y su posteridad en medio de las gentes. Y quien los viere reconocerá que son la progenie bendita de Yahvé. Al lado de esta satisfacción de tipo moral que sentirán los justos al ver sus derechos vindicados, estará la satisfacción material de ver las ruinas y muros de la ciudad reedificados. Y serán precisamente los extranjeros, súbditos de ellos, los que se ofrecerán para la mano de obra. Aquellos
escombros de generaciones (v.9b)
causados por las distintas invasiones asirías y babilónicas serán restaurados. El futuro de Jerusalén, pues, es esplendoroso. Los gentiles serán los siervos de los ciudadanos de Sión, ya que tendrán que
apacentar los ganados (v.5), y las faenas del campo les estarán encomendadas. De nuevo nos encontramos ante un desbordamiento de imaginación oriental. Son tales los daños que hicieron los extranjeros a Israel con motivo de las invasiones extranjeras, que la compensación consistirá en que aquéllos vengan como siervos de los antes humillados. El mesianismo se concibe aquí vinculado a un ideal un tanto nacionalista, que se irá depurando sucesivamente para dar cabida a un pleno universalismo en el que se reconocerán derechos de ciudadanía también a los no israelitas que se acerquen a Sión, admirando su privilegio como primogénito de Yahvé. 10 La situación de los ciudadanos israelitas aquí es totalmente privilegiada. Ante los otros pueblos serán considerados como
sacerdotes de Yahvé (v.6), en cuanto que pertenecen a un pueblo especialmente elegido por Dios para transmitir el mensaje mesiánico a través de las generaciones. Ya en el éxodo se decía que Israel sería un reino sacerdotal y un pueblo santo, como algo aparte entre todas las naciones. Los israelitas, frente a los gentiles, gozarán de unos privilegios análogos a los de los sacerdotes aronitas respecto de los demás ciudadanos israelitas. Serán como mediadores entre Dios y los pueblos gentiles: ministros
de nuestro Dios (v.6), acompañándoles en la presentación de las ofrendas.12 Los israelitas en esta situación de privilegio, como pueblo sacerdotal, vivirán del trabajo de los extranjeros, comiendo
lo exquisito de las naciones (v.7a), sus riquezas. En el capítulo anterior dice que beberán del
pecho de los reyes. Aquí la idea es análoga. Israel fue siempre un país pobre
y soñaba con las riquezas de otras naciones. Ahora Dios les depara todas esas riquezas inesperadas, como compensación por sus sufrimientos
y humillaciones a manos de los extranjeros:
porque tuvieron el doble en cuanto a vergüenza y fue su parte el oprobio y la confusión (v.7b). Aquí las palabras
doble y parte son equivalentes a
herencia. El primogénito tenía derecho al
doble de la herencia de los otros hermanos. Israel ha tenido el
doble en la
parte que le cupo de dolores, y justo es que ahora tenga también la primogenitura o
doble sobre la tierra como
herencia de bendición, que será el goce de
eterna alegría (v.7c).
La razón de esta justa compensación está en el sentido de equidad que preside los actos de Dios:
Porque yo, Yahvé, soy amante del derecho (v.8a); por tanto, no puede aceptar el
rapaz latrocinio (v.8a) que los pueblos extranjeros ejercieron contra Israel al ser invadida. Eran instrumentos de la justicia divina, pero sus desmanes no pueden recibir el beneplácito divino. Dios, siempre justo, les dará una
recompensa a los humillados israelitas, haciendo con ellos una nueva
alianza eterna (v.8b). La alianza del Sinaí había sido quebrantada; por eso Dios hará una nueva con ese núcleo de salvación que formará parte de la nueva ciudadanía mesiánica. 13 Las condiciones de esa
alianza serán tan favorables para Sión, que se convertirá en la admiración de los gentiles: Su
descendencia será conocida en los pueblos (v.9a). Aquí el sentido de
conocida equivale a
gloriosa, objeto de admiración, como
progenie bendita de Yahvé (v.9b). Antes había dicho que era una
plantación de Yahvé; ahora la reconoce como descendencia, objeto de las bendiciones de Dios.
Exultación ante la gloriosa perspectiva (10-11).
10 Altamente me gozaré en Yahvé, y mi alma saltará de júbilo en mi Dios, porque me vistió de vestiduras de salvación y me envolvió en manto de justicia, como esposo que se ciñe la frente con diadema14, y como esposa que se adorna con sus joyas. 11Porque, como produce la tierra sus gérmenes y como hace brotar el huerto sus semillas, así el Señor, Yahvé, hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las gentes. Este fragmento puede entenderse como una explosión lírica del profeta o de Sión personificada, que exulta jubilosa ante las nuevas perspectivas luminosas que se ofrecen a sus ojos. No hay razones suficientes para desconectarlo con lo anterior, como si fuese un bloque errático, insertado aquí posteriormente. 15 Jerusalén ha sido vestida con
vestiduras de salvación (v.10b), e.d., Yahvé le ha otorgado la
salvación, que aparece ante los pueblos como un nuevo Atuendo nupcial, según dirá a continuación. El
manto de justicia parece ser una frase paralela, con idéntico sentido, ya que
justicia muchas veces, en los profetas, es sinónimo de
salvación. La razón de que Sión se
ciña la frente como esposo. es precisamente la aparición inesperada de esa
justicia o
salvación (v.11b), que Yahvé mismo ha hecho
brotar en su pueblo como en
el huerto las semillas. Ese horizonte de
justicia hará que Sión sea objeto de
alabanza ante todas las gentes (v.11b).
1 Cf
Isa_11:1,
Isa_42:1;
Isa_48:16 2 Cf.
1Sa_9:16;
1Sa_10:1;
1Sa_16:13;
Exo_29:7;
Lev_7:35. 3 Cf.
Lev_25:10;
Deu_15:12;
Jer_34:8-15.17;
Eze_46:17. 4 Cf.
Isa_63:4;
Isa_59:16ss. 5 Cf.
Isa_63:4. 6 Cf.
2Sa_13:19;
Eze_27:30. 7 Cf.
Sal_45:8;
Luc_27:30. 8 Cf.
Jer_17:8;
Sal_1:3;
Sal_92:13-14. 9 Cf.
Isa_60:21. 10 Cf.
Isa_49:8;
Isa_58:12;
Isa_60:10. 11 Cf.
Exo_19:6;
Isa_59:21. 12
Isa_56:65. 13 Cf.
Isa_55:3;
Isa_59:21. 14 Lit. en hebreo: como esposo que lleva la diadema al modo del
sacerdote. La traducción dada arriba es conforme a los LXX, y se obtiene por un ligero cambio de letras. 15 Así lo consideran, entre otros, Cheyne, Duhm, Skinner.