Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
24. Puntualizaciones Litúrgicas.
Las Lámparas del Santuario y los Panes de la Proposición (1-9).
1
Yahvé habló a Moisés, diciendo: 2
Manda a los hijos de Israel que te traigan para el candelabro aceite puro de olivas molidas, para alimentar continuamente las lámparas. 3
Por defuera del velo que está delante del testimonio, en el tabernáculo de la reunión, Aarón las preparará para que ardan continuamente, de la tarde a la mañana, en presencia de Yahvé. Es ley perpetua para vuestros descendientes. 4
Dispondrás siempre las lámparas en el candelabro de oro puro, para que ardan continuamente ante Yahvé. 5
Tomarás flor de harina y cocerás doce panes de dos décimas cada uno, 6
y los colocarás, en dos rimeros de seis cada uno, sobre la mesa de oro delante de Yahvé. 7
Pondrás incienso puro sobre cada rimero, que sea para el pan perfume de combustión a Yahvé. 8
Cada sábado, de continuo, lo dispondrás así ante Yahvé, de parte de los hijos de Israel, en perpetua alianza. 9
Serán para Aarón y sus hijos, que los comerán en lugar santo, porque es para ellos cosa santísima entre las ofrendas de combustión hechas a Yahvé. Es ley perpetua.
En
Exo_25:235 se habla con mucho detalle del candelabro de los siete brazos y de la mesa de los panes de la
proposición, que se llaman así porque están delante de Yahvé1
. Ambas cosas debían estar colocadas delante de la cortina que separaba el
santísimo del santo. Aquí se trata de la preparación del aceite con que se había de alimentar el candelabro, el cual debía arder continuamente delante de Yahvé. Era el símbolo de la adoración perpetua en Israel, como ahora lo es en la iglesia la lámpara del Santísimo2.
Sobre la mesa debían colocarse, en dos rimeros, doce panes de dos décimas de
efá, casi unos siete kilos de harina pura. Sobre ellos se ponía incienso. Era el símbolo de la ofrenda perpetua de las doce tribus de Israel a su Dios, y se renovaba cada sábado. No se especifica si los panes debían ser con o sin levadura3. Entre los babilonios se presentaban a los dioses los panes de las ofrendas sin levadura y en número de doce, probablemente en relación con los doce signos del zodíaco4. En un monumento egipcio de la época de Tell-Amarna (s.XV a.C.) aparece una mesa de ofrendas de pan dispuestas simétricamente en tres pilas, encima de los vasos del vino5. En todos estos casos parece que late la idea de alimento a la divinidad.
El incienso que estaba sobre los panes era quemado sobre el altar de los holocaustos cuando se renovaban los panes en cada sábado6. Según los LXX, se añadía también sal7. El incienso era quemado como
'azkarah o
memorial a Dios8. Los panes eran destinados a los sacerdotes, los cuales tenían que comerlos en un lugar santo. David y sus compañeros, hambrientos, pidieron al sacerdote Ajimelec que les diera los panes de la proposición, y éste sólo les exigió el estado de pureza legal9. Cristo recuerda este hecho a los fariseos para hacerles ver que lo ritual está subordinado en ciertas ocasiones a necesidades más imperiosas10.
Respecto del origen de este rito de ofrecer panes a Yahvé, habrá que pensar que en el fondo hay una costumbre ancestral, que en sus orígenes pudo provenir de la creencia de que la divinidad necesitaba de la comida suministrada por los hombres. No obstante, esta idea es totalmente ajena a la legislación mosaica, en la que se destaca el
espiritualismo, trascendencia y omnipotencia divina11.
Sanciones Penales (10-23).
10
El hijo de una mujer israelita, pero de padre egipcio, que habitaba entre los hijos de Israel, riñó en el campo con el hijo de una mujer israelita y de un padre israelita; 11
y profirió el nombre de Yahvé y le maldijo. Su madre se llamaba Sulamit, hija de Dabri, de la tribu de Dan. 12
Le encarcelaron hasta que Moisés pronunciase de parte de Yahvé lo que había de hacerse; 13
y Yahvé habló a Moisés, diciendo: 14
Saca del campo al blasfemo; que cuantos le han oído le pongan su mano sobre la cabeza y que toda la asamblea le lapide. 15
Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Quienquiera que maldijere a su Dios llevará sobre sí su iniquidad; 16
y quien blasfemare el nombre de Yahvé será castigado con la muerte; toda la asamblea le lapidará. Extranjero o indígena, quien blasfemare de Yahvé, morirá. 17
Quien hiera a otro mortalmente, morirá. 18
Quien hiera mortal-mente una bestia, restituirá bestia por bestia. 19
Al que maltrata a su prójimo se le hará como él ha hecho: 20
fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma herida que él haya hecho a su prójimo. 21
Quien matare una bestia, pagúela; pero quien matare a un hombre, será muerto. 22
una sola ley tendréis para el extranjero, igual que para el indígena, porque yo soy Yahvé, vuestro Dios. 23
Moisés se lo comunicó a los hijos de Israel, y conducido el blasfemo fuera del campamento, le lapidaron, haciendo lo que Yahvé había mandado a Moisés.
La blasfemia contra el dios nacional, de cuya benevolencia dependía la salud del pueblo, solía ser castigada en la antigüedad con la pena capital. Era una injuria dirigida contra la divinidad, pero que podía redundar en grave daño del pueblo. Por esto no es de extrañar esta severa sanción. La ocasión de esta ley en la legislación levítica es un incidente que resulta inesperado en un conjunto de tipo legislativo, sobre todo insertado entre las leyes de las fiestas y el año jubilar. Parece desplazado, y debe pertenecer a otra sección legislativa. Los críticos independientes niegan la historicidad del hecho del castigo del blasfemo, que habría de considerarse como un
midrash o relato imaginado para inculcar más la gravedad del pecado de blasfemia. Pero fuera de lo extraño del incidente en el conjunto legislativo, el hecho es perfectamente verosímil y concebible en la vida campamental del desierto. Como se dan determinaciones concretas patronímicas y familiares, no hay motivos para suponer que se trate de una invención12. El blasfemo es hijo de madre israelita y padre egipcio; por tanto, pertenecía a la categoría de los prosélitos, asimilados en parte a la sociedad israelita que salieron de Egipto con los hebreos13. El autor sagrado destaca su carácter de extranjero, pues no concibe tal blasfemia contra Yahvé en un auténtico hijo de Israel. Según el Decálogo, no se podía abusar del nombre de Yahvé14, y en el
código de la alianza se prohíbe expresamente la blasfemia15. La pena impuesta por Moisés fue la lapidación. Los que habían oído la blasfemia debían poner sus manos sobre el culpable para testificar solemnemente su culpabilidad y para hacer que la ira divina recayera sobre él y no sobre Israel. En
Deu_17:7 se ordena que los que habían oído la blasfemia debían ser los primeros en arrojar las piedras.
San Esteban fue lapidado por la acusación de blasfemo16, y San Pablo tuvo que defenderse de la acusación de haber proferido palabras contra la Ley y el templo17. La noción de blasfemia era muy amplia en tiempos de Cristo,
pues se consideraba blasfemia la usurpación de los atributos divinos, como el poder de remitir los pecados18.
A continuación de señalar la pena de muerte por la blasfemia, se repite la ley del talión (v. 17-22); sus prescripciones son análogas a las que hemos visto en el
código de la alianza19
. Estas disposiciones alcanzan por igual al israelita, al indígena y al extranjero, lo que judicialmente es un progreso notable en comparación con otras legislaciones20.
1 Panes de la proposición es la traducción del gr. Üñôïé ôÞ? ðñïèÝóåùò, que encontramos en
Mat_12:4; se los llama también panes sagrados, pan perpetuo (cf.
1Sa_21:6;
Num_4:7). En hebreo la denominación común es
lejem happanim (panes de la faz: Üñôïé ôïõ ðñïóþðïõ, porque estaban ante la
faz de Yahvé). 2 Cf.
Heb_9:2. 3 Según Fl. Josefo, eran panes sin levadura (
Ant. Jud. III 7,6; 10,7). 4 Cf. Dhorme,
La religión assyro-babylonienne p.267. 5 Cf. DBV IV (1958). 6 Cf. Fl. Josefo,
Ant. Jud. III 10,7. 7 Cf. Filón,
De vita Mosis III 10. 8 Cf.
Lev_2:2. 9 Cf.
1Sa_21:1-6. 10 Cf.
Mat_12:4. 11 Cf. M. J. Lagrange,
études sur les religions sémitiques p.245. 12 Cf. P. Heinisch
, Das Buch Leviticus p.108; A. Clamer, o.c., p.179. 13 Cf.
Exo_12:38;
Núm_11:4. 14 Cf.
Exo_20:7 15
Exo_22:28. 16
Hec_7:51s 17
Hec_25:8. 18 Cf,
Mat_26:64-65. 19
Exo_21:12-14;
Exo_21:23;
Exo_21:33-36. 20 Sobre las relaciones entre la ley mosaica y las orientales véase el com. a
Exo_21:12-14;
Exo_21:23;
Exo_21:33-36.