Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 12 (Vg 11): Deprecación Contra los Impíos.
E ste salmo es una lamentación colectiva,
seguida de una súplica de intervención divina. Yahvé anuncia por
un oráculo su intervención liberadora. El salmista termina expresando su confianza en la palabra y omnipotencia divinas. Los autores no están concordes al determinar si el salmista habla en nombre propio o de la comunidad de fieles que vivían asediados en medio de una sociedad corrompida por el engaño, la insolencia y la hipocresía.
También el título introductorio lo atribuye a David, y en ese caso,se supone que el poeta regio reflejaría
la situación religiosa precaria en la corte de Saúl, en la que no faltaban hombres sin escrúpulo que poco a poco iban pervirtiendo la mente del rey, incitándole contra el joven David i. En realidad estas quejas del salmista contra una sociedad corrompida encuentran su paralelo en las predicaciones de los grandes profetas, como Oseas, Amos, Isaías y Miqueas 2. Por razones lexicográficas, no pocos autores suponen que esta composición salmódica es posterior al exilio, de los tiempos de la literatura sapiencial 3. Literariamente, el salmo parece que se divide en cinco pequeñas estrofas: las dos primeras y la última, de dos esticos, mientras que la tercera y la cuarta son de un trístico cada una4.
Queja contra la corrupción general (1-3).
1
Al maestro del coro. A la octava. Salmo de David 5
. 2
Salva tú, ¡oh Yahvé! porque no hay piadosos, ya no hay fieles entre los hijos de los hombres. 3
Engaña cada uno a su prójimo, hablan con labios fraudulentos y con doblado corazón. No hay fidelidad ni sinceridad en las relaciones sociales y humanas. Con palabras dolosas y dobles, cada uno procura engañar a su prójimo. El salmista piensa en los dirigentes de la sociedad, que en su autosuficiencia procuran organizar la vida sobre relaciones falsas (v.4-6). Es la misma acusación que los grandes profetas preexílicos lanzaban contra sus contemporáneos6. El salmista, llevado del pesimismo, llega a decir que ya
no hay piadosos ni
fieles, es decir,
gentes que sigan escrupulosamente la Ley de Dios. Son afirmaciones hiperbólicas para encarecer la situación corrompida reinante; pero por ello no han de tomarse al pie de la letra. En la historia de Israel siempre ha habido un grupo selecto que ha transmitido la antorcha de
la esperanza religiosa y mesiánica a través de los siglos. Primero los profetas y después los sabios, gentes
que vivían de la mejor tradición yahvista de Israel.
Súplica a Yahvé para que haga justicia (4-5).
4
Extermine Yahvé todo labio fraudulento, toda lengua jactanciosa; 5
a los que dicen: Con nuestra lengua dominaremos; nuestros labios son con nosotros: ¿quién es nuestro amo? El salmista pide intervenga Dios contra los que utilizan la lengua como medio de dominio sobre los demás. Con sus calumnias y engaños procuran imponerse a los débiles y desamparados 7. Y cínicamente proclaman el éxito de su palabrería fraudulenta:
Con nuestra lengua dominaremos (v.5). En su insolencia, creen que están desligados de toda vinculación a un poder superior:
¿quién es nuestro amo? 8
Yahvé se alza en defensa de los oprimidos.
6
Por la opresión de los pobres, por los gemidos de los menesterosos, ahora mismo voy a levantarme, dice Yahvé, y les daré la salvación por la que suspiran. A la súplica anhelante del salmista responde Yahvé anunciando solemnemente un oráculo. Sus palabras son también una reacción contra los que insolentemente proclaman que no están sujetos a un poder superior, sino que con los artilugios de sus labios pueden triunfar en la sociedad. La declaración del oráculo salvador aparece en
Isa_33:10, donde se anuncia una intervención no sólo contra los enemigos de Israel, sino contra los pecadores de Sión. El salmista puede inspirarse en este texto para formular el oráculo de salvación, como ocurre otras veces en que se alude a las promesas mesiánicas 9.
Yahvé es el protector de los oprimidos, y no puede ser indiferente a los
gemidos de los menesterosos; por eso
les promete la salvación tanto tiempo anhelada por ellos.
Indefectibilidad de las promesas divinas.
7
Las palabras de Yahvé son palabras limpias, son plata depurada en el crisol, siete veces purgada de tierra. El salmista quiere sembrar confianza en los lectores respecto de las promesas divinas; son
limpias de todo error y mentira, en contraposición a las falsas de los hijos de los hombres antes mencionados (v.2-4) 10. Son como plata que ha sido acrisolada
siete veces, número que indica multiplicidad indefinida H. Por tanto, los oráculos de Yahvé son dignos de todo crédito. La formulación de estos pensamientos tiene un carácter gnómico sapiencial, pero se adapta bien al contexto,
y por eso no hay por qué dudar de su autenticidad.
Esperanza de salvación (8-9).
8
Tú, Yahvé, nos guardarás 12
, tú nos protegerás para siempre de esta generación. 9
Paséanse en torno los impíos, prevalecen insolentes sobre los hijos de los hombres 13
. Para terminar, el poeta
pone toda su confianza en Dios omnipotente, pues es el único contra esta generación de
insolentes que se pasean con displicencia y altanería,
despreciando a los temerosos de Dios. Son una
generación de impíos, que no saben alzar sus ojos hacia valores espirituales 14. Con este pensamiento se cierra el ciclo del salmo, justamente con la misma idea con que se inició.
1 Cf. Sam 26:19; 23:11.195. 2 Cf.
Ose_4:1-2;
Miq_7:2;
Isa_57:1;
Jer_7:28. 3 Así opina, entre otros, E. Podechard, o.c., 59. 4 Véase J. Calés, o.c., 173. 5 Sobre el sentido de estos títulos véase com. a
Sal_6:1. 6 Cf.
Miq_7:2;
Jer_7:28.? Cf.
Exo_2:24;
Isa_33:10. 8 Cf.
Stg_3:5s. 9 Cf.
Sal_21:95;
Sal_89:1-38;
Sal_132:11-13. 10 Cf.
Sal_18:31 ;
Sal_119:140;
Pro_30:5. 11 Cf.
Gen_4:15.24;
Sal_79:12;
Pro_6:21. 12 Así según los LXX. El TM: los guardarás. 13 El TM está oscuro y es muy diversamente interpretado. Los LXX: según tu altura. La Vg: multiplicasti. El NP: Cum se extollunt villissimi hominum. La
Bib. de Jér.: la bajeza está en la cima entre los hijos de los hombres. Podechard: Desde lo alto desafías a todos los hijos de los hombres. 14 Cf.
Pro_30:11;
Mat_17:17.