I Macabeos 3, 38-60

La invasión de Judea

Lisias eligió a Tolomeo hijo de Dorimeno, a Nicanor y a Gorgias º, personajes importantes entre los amigos del rey, º y con ellos envió cuarenta mil soldados de infantería y siete mil jinetes con el fin de invadir el territorio de Judá y arrasarlo, según lo había dispuesto el rey. Todas las tropas se pusieron, pues, en marcha, y acamparon cerca de Emaús º, en la llanura. Al saberlo, los comerciantes de la región se dirigieron al campamento con gran cantidad de plata y oro — y también con cadenas— para comprar israelitas como esclavos. Al ejército se le sumaron fuerzas de Siria y del país de los filisteos º. Judas y sus hermanos vieron que la situación era grave y que el ejército enemigo había acampado en el interior del país. Se enteraron también de que el rey había dado orden de destruir y exterminar al pueblo. Entonces se dijeron unos a otros: “¡Libremos a nuestro pueblo de la ruina! ¡Luchemos por nuestro pueblo y por el Templo!”. Luego se convocó una asamblea a fin de prepararse para la guerra, al mismo tiempo que oraban y suplicaban a Dios misericordia y compasión. Jerusalén estaba deshabitada y desierta, ninguno de sus hijos entraba ni salía. El Templo había sido pisoteado, y los extranjeros ocupaban la ciudadela convertida en morada de paganos. El júbilo de Jacob había desaparecido, la flauta y la cítara guardaban silencio. Una vez reunidos, se fueron a Mispá, frente a Jerusalén, porque en otro tiempo tuvo Israel en Mispá un lugar de oración. º Aquel día ayunaron, se vistieron de sayal, se cubrieron la cabeza de ceniza y rasgaron sus vestiduras. Abrieron el libro de la ley para descubrir en él lo que consultaban los paganos a sus ídolos; º trajeron también las vestiduras sacerdotales, las primicias y los diezmos; reunieron a los nazareos que ya habían cumplido el tiempo de su voto º º y clamaron al cielo, diciendo: — ¿Qué haremos con todos estos? ¿A dónde los llevaremos, pues tu Templo ha sido pisoteado y profanado, y tus sacerdotes están de luto y humillados? Los paganos se han aliado entre sí para exterminarnos: tú conoces lo que traman contra nosotros. ¿Cómo podremos enfrentarnos a ellos si tú no vienes en nuestro socorro? Después tocaron las trompetas y clamaron a gran voz. Judas nombró en seguida, de entre el pueblo, jefes con mando sobre mil, sobre cien, sobre cincuenta y sobre diez. Y, de acuerdo con la ley, permitió que regresaran a sus hogares los que estuvieran construyéndose su casa, los recién casados, los que estaban plantando una viña y los que tuvieran miedo. º Luego se puso en marcha el ejército, acampando al sur de Emaús. Judas les dijo: — ¡Prepárense y sean valientes! ¡Mañana, tan pronto amanezca, deben estar listos a luchar contra esos paganos que se han juntado para destruirnos a nosotros y a nuestro Templo! Más nos vale morir en la batalla que ver las desgracias de nuestra nación y de nuestro Templo. ¡Pero que se haga lo que Dios quiera!
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