I Pedro 2, 4-5

Al integrarse en él, piedra viva rechazada por los humanos, pero escogida y preciosa para Dios, º también ustedes, como piedras vivas, se van construyendo como templo espiritual para formar un sacerdocio consagrado º que, por medio de Jesucristo, ofrezca sacrificios espirituales y agradables a Dios. º
Ver contexto