II Reyes  16, 10-15

Entonces el rey Ajaz fue a Damasco a encontrarse con Tiglatpiléser, el rey de Asiria; vio el altar que había en Damasco y envió al sacerdote Urías una reproducción del altar y un plano con todos sus detalles. El sacerdote Urías construyó el altar, siguiendo todas las instrucciones enviadas por el rey Ajaz desde Damasco y lo concluyó antes de que el rey Ajaz regresara de Damasco. Cuando el rey llegó, vio el altar, se acercó, subió a él, quemó su holocausto y su ofrenda, derramó su libación y lo roció con la sangre de sus sacrificios de comunión. Luego retiró de su sitio el altar de bronce que estaba ante el Señor, frente al Templo, entre el altar nuevo y el Templo, lo colocó al norte del nuevo altar y ordenó al sacerdote Urías: — Sobre el altar grande quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda y los holocaustos del pueblo con sus ofrendas y libaciones, y derramarás sobre él toda la sangre de los holocaustos y de los sacrificios. Del altar de bronce, ya me ocuparé yo. º
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