II Reyes  2, 1-18

Historia de Eliseo (2—8)

La ascensión de Elías

Cuando el Señor iba a ascender a Elías al cielo en el torbellino, Elías y Eliseo partieron de Guilgal º. Elías dijo a Eliseo: — Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir a Betel. Pero Eliseo contestó: — Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Bajaron a Betel y la comunidad de profetas º que vivía allí salió a recibir a Eliseo y le dijo: — ¿No sabes que el Señor te arrebatará hoy a tu maestro? Él respondió: — ¡Ya lo sé! ¡Cállense! Luego Elías dijo a Eliseo: — Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir a Jericó. Pero Eliseo contestó: — Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Fueron a Jericó y los profetas que vivían allí formando un grupo se acercaron a Eliseo y le dijeron: — ¿No sabes que el Señor te arrebatará hoy a tu maestro? Él respondió: — ¡Ya lo sé! ¡Cállense! Después le dijo Elías: — Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir al Jordán. Pero Eliseo contestó: — Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Y se fueron los dos. Fueron también cincuenta profetas y se detuvieron a cierta distancia, frente a ellos. Ellos dos se detuvieron junto al Jordán. Entonces Elías agarró el manto, lo enrolló y golpeó con él las aguas, que se partieron por la mitad y ellos atravesaron por lo seco. º Cuando cruzaron, Elías dijo a Eliseo: — Pídeme lo que quieras, antes de que sea arrebatado de junto a ti. Eliseo le dijo: — Déjame recibir dos tercios de tu espíritu º. º Elías respondió: — ¡Me pides demasiado! Pero si logras verme cuando sea arrebatado de tu lado, lo tendrás. Si no me ves, no lo tendrás. Mientras ellos seguían caminando y hablando, un carro de fuego tirado por caballos de fuego los separó y Elías subió al cielo en el torbellino º. º Eliseo lo miraba y gritaba: — ¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel º! Cuando dejó de verlo, rompió en dos su vestido, recogió el manto que se le había caído a Elías, se volvió y se detuvo a orillas del Jordán. Golpeó entonces las aguas con el manto que se le había caído a Elías y exclamó: — ¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías? ¿Dónde está? Volvió a golpear las aguas º, que se partieron por la mitad, y Eliseo las atravesó. Cuando lo vieron los profetas de Jericó que estaban enfrente, exclamaron: — ¡Eliseo lleva el espíritu de Elías! Entonces fueron a su encuentro y se inclinaron ante él. Luego le dijeron: — Mira, entre tus servidores hay cincuenta valientes. Deja que vayan a buscar a tu maestro, no sea que el espíritu del Señor lo haya arrebatado y arrojado en algún monte o valle º. Pero Eliseo respondió: — No los manden. º Pero le insistieron tanto que no tuvo más remedio que permitírselo. Enviaron a los cincuenta hombres que estuvieron buscándolo durante tres días, aunque no lo encontraron. Cuando regresaron a Jericó, donde se había quedado Eliseo, este les dijo: — ¿No les dije que no fueran?
Ver contexto