Daniel  6, 16-27

(6:17) El rey acabó cediendo y mandó que trajeran a daniel y lo arrojaran al foso de los leones. Antes le dijo: — Tu Dios, a quien tan fielmente das culto, te salvará º. º (6:18) Una vez dentro, trajeron una piedra para cerrar la boca del foso, y el rey la selló con su anillo y el de sus dignatarios para que, conforme a la sentencia, nadie pudiese hacer nada por daniel. º (6:19) El rey regresó a palacio y pasó la noche ayunando, sin la compañía de las concubinas y sin poder conciliar el sueño. (6:20) Se levantó al rayar el alba y fue a toda prisa al foso de los leones º. (6:21) Cuando estaba ya cerca, llamó a daniel con voz angustiada: — daniel, siervo del Dios vivo, ¿te ha podido salvar de los leones el Dios al que das culto diariamente? (6:22) daniel respondió: — ¡Larga vida al rey! (6:23) Mi Dios ha enviado a su ángel a cerrar la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno. Él sabe que soy inocente y que no he cometido nada irregular contra ti, majestad. º (6:24) El rey se alegró mucho y mandó que sacasen a daniel del foso. Una vez fuera, comprobaron que no tenía ni un rasguño º, porque había confiado en su Dios. (6:25) El rey ordenó a continuación que arrojasen al foso de los leones a los hombres que habían denunciado a daniel, junto con sus hijos y sus esposas º. Todavía no habían llegado al suelo, cuando los leones se lanzaron sobre ellos y les trituraron los huesos. (6:26) El rey Darío escribió la siguiente carta a la gente de todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: — ¡Que su paz aumente día a día! º (6:27) Ordeno que en todos los dominios de mi reino todos veneren y respeten al Dios de daniel. Él es el Dios vivo y eterno; su reino no será aniquilado, su imperio durará hasta el fin. (6:28) Es capaz de salvar y liberar, él hace señales y prodigios lo mismo en el cielo que en la tierra. Él ha salvado a daniel de morir en las garras de los leones.
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