Deuteronomio  14, 3-21

Los animales puros e impuros

(Lv 11:1-47)

No comerás nada abominable. Estos son los animales que podrán comer: el buey, el cordero, el cabrito, el ciervo, la gacela, el venado, la cabra montés, el íbice, el antílope y el rebeco. Pueden, pues, comer cualquier animal rumiante que tenga la pezuña partida y hendida en dos partes. Sin embargo, aunque sean rumiantes o tengan la pezuña partida, no podrán comer el camello, la liebre y el conejo, porque aunque son rumiantes no tienen la pezuña partida. A estos considérenlos impuros; y lo mismo el cerdo que tiene la pezuña partida pero no es rumiante; no comerán su carne ni tocarán su cadáver. De todos los animales que viven en el agua podrán comer los que tienen aletas y escamas; pero los que no tienen aletas ni escamas no los pueden comer; considérenlos impuros para ustedes. Podrán comer cualquier ave que sea pura; pero no pueden comer el águila, el quebrantahuesos y el azor; tampoco el buitre, ni especie alguna de milanos, halcones º o cuervos. No pueden comer el avestruz, la lechuza, la gaviota, ni especie alguna de gavilanes; Tampoco el búho, el ibis, el cisne, el pelícano, el calamón, el cormorán, la cigüeña, la garza en cualquiera de sus especies, la abubilla y el murciélago. A los insectos con alas considérenlos impuros; por tanto, no son comestibles. Pero sí pueden comer cualquier animal volador que sea puro. No comerán ningún animal que encuentren ya muerto. Se lo podrás dar al inmigrante, que reside en tus ciudades, para que lo coma, o vendérselo al forastero. Pero tú eres un pueblo consagrado al Señor tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre º.
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