Deuteronomio  26, 1-10

Ofrenda de las primicias

Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da en herencia, hayas tomado posesión de ella y ya estés establecido allí, recogerás las primicias de los frutos que produzca la tierra que el Señor tu Dios va a darte, las pondrás en una cesta e irás con ellas al lugar que el Señor tu Dios escoja como morada de su nombre. º Te presentarás al sacerdote que esté en funciones por aquellos días, y le dirás: “Yo declaro hoy ante el Señor tu Dios, que he entrado en la tierra que él prometió darnos, según juró a nuestros antepasados”. El sacerdote tomará la cesta que tú le entregues y la depositará ante el altar del Señor tu Dios; entonces tú dirás ante el Señor tu Dios º: “Un arameo errante era mi padre º. Bajó a Egipto y allí vivió como emigrante con un puñado de personas convirtiéndose en una nación grande, fuerte y numerosa. Pero los egipcios nos maltrataron, nos hicieron sufrir y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros antepasados, y él escuchó nuestras súplicas y vio nuestra miseria, nuestras fatigas y nuestra opresión. Por eso el Señor nos sacó de Egipto con gran poder y destreza sin igual º, con terribles portentos, señales y prodigios; nos condujo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora los primeros frutos que produce esta tierra que tú Señor, me has dado”. Acto seguido, pondrás la cesta delante del Señor tu Dios y te postrarás ante él.
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