Deuteronomio  28, 3-14

Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo. Benditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu tierra, las crías de tu ganado, las terneras de tus manadas y las crías de tus rebaños. Bendita será tu cesta y bendita tu artesa º. Bendito serás al salir y bendito al entrar º. El Señor te entregará vencidos a los enemigos que se alcen contra ti: vendrán a atacarte por un camino, y por siete caminos huirán de ti. El Señor tu Dios bendecirá tus graneros y todo el trabajo de tus manos; te bendecirá en la tierra que él te da. Si cumples los mandamientos del Señor tu Dios y sigues sus caminos, el Señor hará de ti un pueblo consagrado a él, tal como te ha jurado. Todos los pueblos de la tierra verán que con razón eres llamado pueblo de Dios º, y te respetarán. El Señor te concederá abundancia de bienes: te dará muchos hijos y multiplicará tus ganados y tus cosechas en la tierra que prometió darte según juró a tus antepasados. El Señor abrirá los cielos —su rico tesoro— para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Prestarás a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado. El Señor te pondrá a la cabeza, nunca a la cola; estarás siempre encima, nunca debajo; sólo es preciso que obedezcas los mandamientos del Señor tu Dios que yo te prescribo hoy, que los pongas en práctica, y que no te apartes jamás, ni a derecha ni a izquierda, de ninguna de las palabras que yo te prescribo hoy, y que no sirvas ni rindas culto a otros dioses. º
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