Isaías 61, 1-3

El ungido, mensajero de liberación y de consuelo

El espíritu del Señor Dios me acompaña º, pues el propio Señor me ha ungido, me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones destrozados, a proclamar la libertad a los cautivos, a gritar la liberación a los prisioneros, º a proclamar un año de gracia del Señor y un día de venganza º de parte de nuestro Dios; a dar consuelo a los que están de luto, a cubrirlos de honor en lugar de polvo, de perfume de fiesta en lugar de penas, de traje festivo en lugar de abatimiento. Los llamarán “robles fruto de la justicia”, plantío º para gloria del Señor. º
Ver contexto