Joel 2, 28-32
“
(Jl 3:1)
Acontecimientos anunciadores del día del Señor
Después º de estos sucesos, derramaré mi espíritu sobre todo ser humano: los hijos e hijas de ustedes profetizarán, soñarán sueños sus ancianos, y sus jóvenes verán visiones. (Jl 3:2) También sobre los siervos y las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días. (Jl 3:3) Haré prodigios en el cielo y en la tierra: habrá sangre, fuego y columnas de humo; (Jl 3:4) el sol se convertirá en tinieblas y la luna se volverá roja como sangre ante la llegada del día del Señor, día grandioso y temible. º (Jl 3:5) Pero todo el que invoque al Señor alcanzará la salvación, porque habrá un resto de liberados en la montaña de Sión y en Jerusalén según lo ha dicho el Señor: serán los supervivientes a quienes ha escogido el Señor. º ”