Romanos  2, 21-24

Pues bien, ¿por qué no aprendes, tú que enseñas a los otros? ¿Por qué robas, tú que exhortas a no robar? ¿Por qué cometes adulterio, tú que condenas el adulterio en los demás? ¿Por qué haces negocios en sus templos, tú que aborreces los ídolos? ¿Por qué presumes de la ley, tú que afrentas a Dios al no cumplirla? Aunque ya lo dice la Escritura: Por culpa de ustedes el nombre de Dios es denigrado entre las naciones. º
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