Romanos  7, 7-8

La ley y el pecado

¿Querrá todo esto decir que la ley es pecado? ¡De ningún modo! Claro que, sin la ley, yo º no habría experimentado el pecado. Por ejemplo, yo ignoraba lo que es tener malos deseos, hasta que vino la ley y dijo: No tengas malos deseos. º Fue el pecado el que, aprovechando la ocasión que le proporcionaba el mandamiento, despertó en mí toda clase de malos deseos; sin la ley, pues, el pecado sería ineficaz.
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