Salmos 139, 19-24

Dios mío, ¡ojalá abatieras al malvado º! Que los sanguinarios se alejen de mí: esos enemigos º que te injurian, que juran en falso contra ti. Señor, ¿no voy a odiar a quienes te odian? ¿no voy a aborrecer a tus enemigos? Yo los odio intensamente, ellos son mis adversarios. Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, pruébame, penetra mis pensamientos º; º mira si me conduzco mal y guíame por el camino eterno º.
Ver contexto