Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
27. Elegía Sobre La Ruina De Tiro.
Después de anunciar la destrucción y aniquilamiento de Tiro, el profeta entona una bellísima elegía a la pasada gloria de la gran metrópoli comercial. La ciudad es presentada como una nave majestuosa construida con los mejores materiales. Todas las riquezas de Oriente y de Occidente iban a engrosar la secular opulencia de la ciudad fenicia. Pero esa nave majestuosa quedó un día anegada en las olas del mar.
El capítulo se divide en tres partes:
a) descripción de la nave (1-9a);
b) Tiro, centro comercial del mundo (9b-25a);
c) ruina de la nave (25-36).
Tiro, simbolizada en ana nave (l-9a).
1 Fuerne dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 2 Tú, hijo de hombre, compón a Tiro una elegía. 3 Di a Tiro: ¡Oh tú la que te asientas a la entrada del mar, la que comercias con los pueblos de numerosas islas! Así habla el Señor, Yahvé: Tiro, tú te decías: Yo soy (un navío) de perfecta hermosura1. 4En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron te hicieron perfectamente hermosa; 5de cipreses de Sanir hicieron tus quillas; de cedros de Líbano tus mástiles; 6 tus remos, de encinas de Basan; tus bancos, incrustado de marfil, traído de las islas de Kittim. 7De lino recamado de Egipto eran tus velas para servir de enseña; de jacinto y púrpura de las islas de Elisa tus toldos. 8 Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros, y los más expertos entre ti, ¡oh Tiro! tus pilotos. 9 Ancianos de Guebal, con sus más hábiles obreros, calafateaban tus junturas. Tiro, en su posición insular, era como una inmensa nave anclada
a la entrada del mar (v.3), y, como tal, con una vocación marinera comercial universal; las
numerosas islas o puertos del Mediterráneo son sus clientes comerciales. Es su vocación atávica y su mayor gloria. Las riquezas de todos los pueblos han afluido en masa hacia la metrópoli fenicia. Esta se sentía orgullosa por su opulencia material (
soy una nave de perfecta hermosura).
Pero esta altivez será la causa de su ruina. Es cierto que se halla en una posición geográfica inigualable:
en el corazón de los mares están sus
confines (v.4). Tiene factorías comerciales en todos los puntos principales del Mediterráneo. Tiro, como una nave majestuosa, se abre camino hacia el mar en su posición insular. Y a realzar esta posición privilegiada concurrieron los mejores artífices. Nada se ha ahorrado para dotar a la magnífica nave: los cipreses de
Sanir 2, los cedros del
Líbano, las encinas de
Basan 3 y la mejor madera de boj trabajado en marfil se ha puesto a su disposición para su estructura exterior (v.5). El mejor lino de Egipto, los toldos más bellos de color, de púrpura de
Elisa4, sirvieron para dar realce y magnificencia a la magnífica construcción. Y en correspondencia a la categoría de la espléndida nave estuvo el personal que la sirvió: los remeros de
Sidón y de
Arvad5 y los mejores armadores de
Guebal 6. Nada se ahorró para que la obra saliera perfecta. Tiro era realmente una reina entre los mares, y por su hermosura y su posición geográfica logró convertirse en centro comercial del universo. El profeta va a enumerar los distintos pueblos y mercancías que afluían a la gran ciudad fenicia. El fragmento es interesantísimo desde el punto de vista histórico y geográfico, ya que encontramos la enumeración de los distintos productos de las diversas regiones del mundo entonces conocido.
Tiro, centro comercial del orbe (9b-25a).
9 Todas las naves del mar, con sus navegantes, estaban dentro de ti para cambiar tus mercancías. 10 De Paras, de Lud y de Put eran los soldados de tu ejército, tus hombres de guerra. Suspendían en medio de ti escudos y yelmos, dándote esplendor. n Hijos de Arvad y de Jelec guarnecían tus murallas, y los Gammadim tus torres; todos en torno, en tus murallas colgaban sus escudos, coronando tu belleza. 12 Los de Tarsis traficaban contigo en gran abundancia de productos de toda suerte: en plata, hierro, estaño y plomo te pagaban tus mercancías. 13 Ja van, Túbal y Mesec comerciaban también contigo y cambiaban tus mercaderías por esclavos y objetos de bronce. 14 Los de la casa de Togorma pagaban sus mercancías con caballos de tiro, corceles y mulos. 15 Los hijos de Dedán traficaban contigo; el comercio de numerosas islas estaba en tus manos, y te pagaban con colmillos de marfil y con ébano. 16 Edom 7 cambiaba contigo sus muchos productos, y te pagaba con malaquita, púrpura, recamados, lino, coral y rubíes. 17 Contigo comerciaban Judá y la tierra de Israel, y te daban como precio el trigo de Minnit, perfumes, miel, aceite y bálsamo. 18 Traficaba contigo Damasco, pagándote con sus muchos productos y sus bienes de toda suerte, vino de Jelbón y lana de Sajar. 19 Los de Vedan y Yaván de Uzal te pagaban con hierro elaborado, casia y caña aromática. 20 Dedán traficaba contigo en sillas de cuero para monturas. 21 La Arabia y los príncipes de Cedar eran tus proveedores y comerciaban con corderos, carneros y machos cabríos. 22 Los mercaderes de Sebá y de Regma comerciaban contigo, cambiaban tus mercancías por los más exquisitos aromas, piedras preciosas y oro. 23 Jarán, Canne y Edén, Asiría y Kilmad traficaban contigo. 24 Negociaban contigo en muchas cosas, vestidos preciosos, mantos de jacinto recamado, tapices tejidos en varios colores, fuertes y retorcidas cuerdas. 25 Las naves de Tarsis eran las caravanas que traían tus mercancías. Esta sección está escrita en prosa y es considerada por algunos autores como adición erudita posterior. El autor sagrado declara en principio que todos los pueblos se daban cita con sus
navegantes para llevar y cambiar las mercancías con la reina del comercio de la época. En primer término enumera los pueblos que contribuían con sus mercenarios de guerra a crear el gran imperio fenicio: de
Paras, Lud y Put8, regiones del nordeste de áfrica, cuyas gentes habían sido tomadas como soldados mercenarios de los comerciantes de Tiro. También contribuían con gentes de guerra al servicio de Tiro las gentes de
Arvad y de
Jelec y los
Gammadim, de la costa siria 9.
Después de enumerar a los pueblos que suministraban sus guerreros a Tiro, el autor comienza a enumerar las regiones con que traficaba y los productos que recibía a cambio de sus múltiples mercancías. En primer lugar, la lejana
Tarsis con sus tradicionales productos'metálicos de plata, hierro y estaño 10. Dentro de la zona del Mediterráneo estaban
Javan, Túbal y Mesec 11, que proporcio naban esclavos y bronce. Los pueblos de origen indoario ofrecían sus característicos caballos y corceles 12. En el mar Rojo estaba
Deddn 13, que ofrecía el marfil recibido de la India.
Edom, al sudeste del mar Muerto, servía de intermediario para recibir los productos típicos de la península arábiga,
púrpura, recamados, coral y rubíes, productos todos provenientes de otros comercios del mar Indico. Entre los pueblos con los que comerciaba Tiro no faltaban
Juda e Israel, que entregaban sus recursos naturales de aceite, miel y
trigo de Minnit, ciudad de Amón, en TransJordania 14, que daba nombre a una clase de trigo que después se cultivaba en Palestina.
Damasco ofrecía sus finos
de Jelbón y lana de Sajar 15. Las ciudades de Arabia, como
Vedan y Yaván de Uzal, ofrecían sus característicos productos aromáticos y aun hierro 16.
Deddn, también en esta zona del desierto arábigo, ofrecía sus
sillas de montar 17. Las tribus típicamente beduinas de
Cedar 18 aportaban la carne de sus rebaños esteparios. Y de nuevo las ciudades de Arabia
Sebd y Regma traían sus aromas y piedras preciosas 19. No faltaban las aportaciones de Mesopotamia:
Jarán, Carine,
Edén, Asiría
y Kilmad 20. Con estos nombres se cierra la prolija enumeración de los pueblos que traficaban con Tiro. El autor sagrado ha logrado en ella dar una profunda impresión de la opulencia de la ciudad fenicia, que ha de contrastar con la trágica suerte que le espera.
Ruina de la majestuosa nave de Tiro (25b-36).
25 b Así llegaste a ser opulenta y muy rica en el corazón de los mares. 26 Pero en las grandes aguas, adonde te conducían tus remeros, el viento solano te precipitará al seno del mar. 27 Tus riquezas, tus mercancías, tu tráfico, tus marineros, pilotos y calafates, los mercaderes de tu tráfico, todos los guerreros que en ti hay, con toda la muchedumbre que te llena, caerán en el corazón del mar el día de tu ruina. 28 Al estrépito de los gritos de tus marineros temblarán las costas. 29 Bajarán de tus naves cuantos manejan el remo, y todos, marineros y pilotos del mar, se quedarán en tierra. 30 Alzarán a ti sus clamores y darán amargos gritos, echarán polvo sobre sus cabezas y se revolcarán en la tierra. 31 Se raerán por ti los cabellos en torno y se vestirán de saco; te llorarán en la amargura de su alma con acerba aflicción; 32 te lamentarán con elegías, y dirán de ti: ¿Quién había que fuera como Tiro, ahora silenciosa en medio del mar? 33 Con las mercancías que tú sacabas de los mares, tú saciabas a numerosos pueblos; con la muchedumbre de tus riquezas y de tu comercio enriquecías a los reyes de la tierra, 34 y yaces ahora sepultada en el mar, en lo profundo de las aguas, y contigo cayeron tu tráfico y toda la gran muchedumbre. 35 Quedáronse atónitos sobre ti i los habitantes de las islas, y los reyes de ellas están temblando de espanto, demudado el rostro. 36 Los mercaderes de los pueblos silban contra ti; has venido a ser objeto de espanto, ya no serás más por los siglos. A pesar de que Tiro se creía segura en su opulencia comercial, también para ella le llegará la hora del máximo castigo. Sus negocios han sido demasiado lucrativos, abusando de su posición comercial excepcional. Todos los pueblos dependían en cierto modo de sus mercancías, y en este sentido había mantenido una hegemonía tiránica sobre pueblos menos prósperos. Tiro caerá al mar empujado por el
viento solano (v.26), el ejército de Nabucodonosor, que viene del oriente en una primera embestida, y después el de Alejandro Magno, quien, después de vencer a Darío en Licia, cayó sobre la costa fenicia, subyugándola totalmente. La caída de Tiro en el
corazón del mar, con todos sus mercaderes y marineros, causará el estupor de sus admiradores (v.28). Los marineros de otras naves, consternados y temerosos de que les suceda lo mismo, se bajarán a tierra y entonarán una elegía por la triste suerte de la que era reina de los mares, con las típicas demostraciones de duelo: gritos de desesperación y de dolor, polvo sobre la cabeza 21, revolcones en tierra, rasura de los cabellos 22 e indumentaria de saco. Todos los que recibían beneficios de la gran metrópoli, los
habitantes de las islas (v.35), las costas del Mediterráneo, sentirán el escalofrío del miedo, pues no estarán seguros, habiendo caído la que parecía omnipotente.
Pero no faltará quien se alegre por la destrucción de Tiro. Ella se había alegrado de la ruina de Jerusalén 23, pero ahora los
mercaderes de los pueblos silbaran (v.3ü) irónicamente contra ella, pues ha desaparecido la gran competidora comercial, la monopolista de las riquezas de la tierra: la magnífica entre todas las ciudades se ha convertido en
objeto de espanto para todos los pueblos, porque han visto a donde ha llegado tanta gloria pasada:
ya no seras más por los siglos, es el terrible veredicto del que dirige los hilos secretos de la historia, del omnipotente Yahvé de Judá.
1 Por razones métricas parece que debe suponerse perdida la palabra hebrea equivalente a
nave, que caería por haplografía. 2
Sanir es el Antilíbano, o cordillera que desciende paralela al Líbano. Es el
Saniru de los textos asirios; el
Syrion de los fenicios. Cf.
Deu_3:9; véase Abel,
Géog. I 347. 3
Basan, en el norte de TransJordania, a los pies del Hermón, famosa por sus bosques y pastizales (
Deu_2:13;
Jos_12:2). 4
Elisa: para unos es el Peloponeso o Sicilia. Otros más bien la identifican con la
Alasia de las cartas del Tell-Amarna, y entonces sería Chipre (
Gen_10:4). 5
Arvad es la
Arwada de Tell-Amarna, la actual
Ruad, entre Trípoli (Líbano) y Lataquia (Siria). En asirio:
Armada o
Amada (
Gen_10:18). 6
Guebal, la actual
Gebeil (la
Byblos griega), al norte de Beyrut. 7 En el TM se dice
Aram (Siria), pero como en el v.18 se habla de los productos de Damasco, lo mejor es suponer con algunos manuscritos que en el texto primitivo estaba la pa-palabra
Edom, que en hebreo tiene una grafía extremadamente parecida a
Aram. 8 Estos tres pueblos hay que colocarlos juntos, porque así suelen aparecer en varios textos bíblicos (
Jer_46:9;
Eze_30:5;
Eze_30:38,
Eze_30:5;
Isa_66:19); parecen estar enclavados en el áfrica oriental. Algunas veces aparecen citados junto a
Kush (Etiopía).
Paras pudieran ser los
Perossi de Plinio (
Isa_5:1.8;
Isa_6:35) y
Pharussi de Estrabón (II 131; Plin., 5:1.10).
Lud (
Gén_10:22) son los
Luddu de los textos cuneiformes, los
lidios. Put sería el actual Sudán. 9
Arvad: cf. v.8.
Jelec, seguramente Cilicia. Los
Gammadim serían los
Kamadu de los textos egipcios y los
Kumidi de las cartas de Tell-Amarna, es decir, el actual
Kamid-al-Loz, junto al Hermón. 10
Tarsis es la
Tartessos de los griegos, en Huelva, famosa por sus minas de plata, plomo, etc. Sus naves eran famosas por su mayor tonelaje. Cf. Polibio (3:24:2); S. De Ausejo,
El problema de Tartessos: Sefarad, 2 (1942) 171-191; cf. Is 23;
Jer_10:9;
1Sa_10:22;
Gen_10:4. 11
Javán son los
jonios o griegos:
Gén_10:2;
Isa_66:19.
Túbal es el asirio
Tabal, los
tibare-nos, al sudeste del mar Negro (
Gen_10:3;
Eze_32:26;
Eze_38:23).
Mesec es el asirio
Mushku, en Armenia. Junto a Tiflis se conserva el nombre
Mzjet. 12
Togorma (
Gen_10:3), también en esta región de Armenia, famosa por sus caballos (herod., I 194; estrabón, 11:14:9). Algunos lo identifican con el asirio
Tilgarimmu, en Capadocia. 13
Dedán, junto al mar Rojo, en Arabia, o al sur de Edom (cf. Abel, o.c., I 293)· 14
Minnit aparece en
Jue_11:33 como ciudad de Amón (Abel, o.c., II 388). 15
Jelbón, el actual
Jelbun (asirio:
Jilbunu), al noroeste de Damasco, famoso por su vino.
Sajar, no identificada, pero que se supone está en la región de Siria. Se la ha querido identificar con la actual
Sadad, al sudeste de Homs. Cf. abel, I 303. 16
Vedan, una localidad junto al mar Rojo, quizá la llamada en egipcio
Wdn. Yaván: nombre dudoso. Los LXX leen vino.
Uzal se supone que está en esta región, pero no está identificado. 17
Dedán, al noroeste de Arabia (
Gen_25:3). 18
Cedar, tribu árabe muy citada en la Biblia, en el desierto siró-arábigo (
Gen_25:13;
Isa_21:16;
Jer_2:10;
Sal_120:5;
Can_1:5). Plinio habla de los
Cedrei (Hist. nat. 2:12); en los textos cuneiformes se los llama
Qidri. 19
Sebá, al sur de Arabia, de donde era la famosa reina de Saba (
Isa_60:6;
Jer_6:20;
Gén_10:7), Era famosa por su incienso y especias. Cf. Abel, o.c., I 293.
Regma: Gén_10:7. Estrabón cita a los zammanitas (
Jer_16:4.24), junto al golfo Pérsico. 20
Jarán, asirio
Jarranu, en la Alta Mesopotamia (cf.
Gen_11:31;
Gen_12:5;
Isa_37:12). Es la segunda patria de Abraham.
Canne (asirio:
Kannu), quizá
Kaiwai, junto al Tigris; leyendo
Calne (asirio:
kullan1) sería la actual
Kullanhu o
Killani, en Siria.
Edén (asirio:
Bit-Adinu), en el Medio Eufrates (cf.
2Sa_19:12;
Isa_37:12).
Kilmad, la actual
Kilwadha, junto a Bagdad. 21 Cf.
Miq_1:10;
Lam_2:10. 22 Cf.
Lev_19:27. 23 Cf.
Eze_26:2.