Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
24. Matrimonio de Isaac.
E ste relato maravilloso nos traslada a los tiempos patriarcales de Oriente, donde lo pintoresco y la poesía se dan la mano. Rebeca aparece como hija de Najor, hermano de Abraham, mientras que en el v.24 se dice que es hija de Batuel, hijo de Najor1.
Juramento de Eliecer a Abraham (1-9).
1Era Abraham ya viejo, muy entrado en años, y Yahvé le había bendecido en todo. 2Dijo, pues, Abraham al más antiguo de los siervos de su casa, el que administraba cuanto tenía: Pon, te ruego, tu mano bajo mi muslo, 3y júrame por Yahvé, Dios de los cielos y de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en medio de los cuales habito, 4sino que irás a mi tierra, a mi parentela, a buscar mujer para mi hijo Isaac. 5Y le dijo el siervo: Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿habré de llevar allá a tu hijo a la tierra de donde saliste? 6Díjole Abraham: Guárdate muy bien de llevar allá a mi hijo. 7Yahvé, Dios de los cielos, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi nacimiento, que me ha hablado y me juró, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, enviará a su ángel ante ti y traerás de allí mujer para mi hijo. 8 Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este juramento; pero de ninguna manera volverás allá a mi hijo. 9Puso, pues, el siervo la mano bajo el muslo de Abraham, su señor, y le juró.
Aunque Abraham se había despedido de Jarrán para no volver a él ni juntarse con los parientes que allí había dejado, no por eso los tenía olvidados. Las caravanas que de allí bajaban por Canaán hacia Egipto debían traerle, de vez en cuando, noticias de sus parientes de Siria, y por esto, al tratar de buscar esposa para su hijo, no quiso tornarla de entre las cananeos, raza para él extraña y, además, adoradores de otros dioses que el suyo. Abraham parece, igual que en las páginas precedentes, como un gran señor, llegado ya a aquella edad longeva que los hebreos miraban como una bendición de Dios. Debía de tener muchos siervos, y en esta ocasión llama a sí al principal, al que tenía como intendente de su casa y hacienda, para enviarle con una comisión grave a la tierra de su familia. Y para darle a entender el aprecio que él hacía del asunto, le pide un juramento de que cumplirá su misión. El rito del juramento es extraño: el siervo debe poner su mano bajo el
muslo eufemismo para designar los órganos sexuales, considerados como algo sagrado, en cuanto que son los transmisores de la vida, el beneficio por excelencia de Dios. En algunas tribus árabes parece que aún se cumple este rito primitivo2. Teodoreto dice que el gesto alude a la circuncisión, señal de su alianza con Dios3.
él patriarca insiste, como si hablara con su albacea, que no case a Isaac con una mujer de la tierra una lección para sus descendientes y, además, que no le vuelva a la de su familia en Jarrán, lo que significaría renunciar a la promesa que Dios le había hecho sobre la tierra de Canaán. En la Ley mosaica se prohibirá el matrimonio con mujeres cananeas para evitar el peligro de la idolatría4. Por esta misma razón, Jacob irá a casarse con sus primas a Siria5. Aunque la familia de Abraham en Siria fuera politeísta Raquel se llevará los
terafim o dioses domésticos, pero sin duda que el nivel moral era más alto que el de los cananeos, y, por otra parte, dada la lejanía en que se hallaba de la familia de Abraham, en Canaán no había posibilidad de influencia funesta sobre ésta. Aunque Abraham era oriundo de Ur de los Caldeos, en la Baja Mesopotamia, sin embargo consideraba como su segunda patria el país de Jarrán, en la Alta Mesopotamia, donde había vivido algunos años y donde permanecían sus parientes más cercanos. Por eso habla a Eliecer de su patria, el país de su parentela (v.4). Pero el siervo prevé el caso de que la mujer de su pariente, la que busca para Isaac, no quiera bajar a vivir a Canaán (v.5). Según las leyes asirias, la mujer casada podía permanecer en la casa paterna6. Es este caso previsto por Eliecer: que Isaac tuviera que ir a tomar
domicilio en la casa paterna de Rebeca. Abraham rechaza de plano esta hipótesis (v.6). Piensa en las promesas divinas, y el retorno de su descendencia a Mesopotamia era renunciar a ellas y oponerse a los designios divinos. Su experiencia pasada y las comunicaciones familiares con Dios le dan garantía de que esas promesas deben cumplirse y que él no debe oponerse a ellas. Yahvé, Dios del cielo y de la tierra la expresión es enfática, para respaldar la seguridad de las promesas, le ha sacado de su parentela para darle una nueva, tierra a su posteridad. Por eso está seguro que enviará su
ángel, que le acompañe y proteja, llevando a buen término su cometido7. Pero, en todo caso, si la mujer no quiere bajar a Canaán, el siervo queda libre de su juramento (v.8). Aclarada esta posibilidad, Eliecer presta juramento conforme al ritual consuetudinario de la época.
Es de notar en todo esto cómo el padre, conforme a las costumbres orientales, trata de buscar esposa a su hijo sin consultarle para nada a Isaac. Es una cuestión familiar, y es al jefe-cabeza de familia a quien le corresponde escoger compañera para que su hijo le dé sucesión. Aun hoy día éste es el sistema seguido en las tribus árabes para formar matrimonios. Sin embargo, veremos cómo Esaú y Jacob se buscaron esposa por su cuenta; pero esto aparece como excepción.
En Busca de Novia Para Isaac (10-21).
10Tomó el siervo diez de los camellos de su señor y se puso en camino, llevando consigo cuanto de bueno tenía su señor, y se dirigió a Aram Naharayim, a la ciudad de Najor. 11Hizo que los camellos doblasen sus rodillas fuera de la ciudad junto a un pozo de aguas, ya de tarde, a la hora de salir las que van a coger agua, 12y dijo: Yahvé, Dios de mi amo Abraham, haz que me salga ahora buen encuentro, y muéstrate benigno con mi señor Abraham. 13Voy a ponerme junto al pozo de agua mientras las mujeres de la ciudad vienen a buscar agua; 14la joven a quien yo dijere: Inclina tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella me respondiere: Bebe tú y daré también de beber a tus camellos, sea la que destinas a tu siervo Isaac, y conozca yo así que te muestras propicio a mi señor. 15Y sucedió que, antes que él acabara de hablar, salía con el cántaro al hombro Rebeca, hija de Batuel, hijo de Melca, la mujer de Najor, hermano de Abraham. 16La joven era muy hermosa y virgen, que no había conocido varón. Bajó al pozo, llenó su cántaro y volvió a subir. 17Salióle al encuentro el siervo, y le dijo: Dame, por favor, a beber un poco de agua de tu cántaro. 18Bebe, señor mío, le contestó ella, y, bajando el cántaro, lo tomó con sus manos y le dio a beber. 19Cuando hubo él bebido, le dijo: También para tus camellos voy a sacar agua, hasta que hayan bebido lo que quieran. 20Y se apresuró a vaciar el cántaro en el abrevadero, y corrió de nuevo al pozo a sacar más agua, hasta que hubo sacado para todos los camellos. 21El hombre la contemplaba en silencio y se preguntaba si había prosperado Yahvé su camino o no.
El siervo de Abraham parte como enviado de un gran señor. Lleva diez camellos, que no van de vacío, porque en ellos cargó cuanto de bueno había en la casa de su amo. Son los regalos que ha de dar a la novia y a sus parientes como precio de compra, según las antiguas costumbres orientales8. El país adonde se dirige Eliecer es
Aram Naharayim (v.10), traducido por los LXX y la Vulgata por
Mesopotamiam. Es el
Naharin o
Naharima de los textos de Tell-Amarna (s.XV a.C.), y designa la región superior de Mesopotamia.
Naharayim significa los dos ríos, es decir, la región comprendida entre el Tigris y el Eufrates, o mejor, entre el Eufrates y el Orontes en Siria... La ciudad de Najor es, sin duda, Jarrán, donde moraba la familia de Abraham9. Como hemos visto comentando la tabla etnográfica (11:31), existe una ciudad que lleva el nombre de
Najiri en los textos cuneiformes capadocios, precisamente localizada por esta zona10.
El autor sagrado no nos dice nada de las incidencias del largo viaje emprendido por Eliecer; podemos suponer que subió por la via maris, bordeando la costa palestina, internándose después por encima del lago de Genesaret, Damasco, Alepo, siguiendo el itinerario caravanero de la época y el actual ferrocarril de Damasco a Mesopotamia. El hagiógrafo tiene prisa por relatar el resultado de la misión del criado de Abraham, y así lo coloca ya a las afueras de la ciudad donde moraban los parientes del patriarca. Llega de tarde a la ciudad y se dirige al pozo para abrevar sus camellos y para buscar ocasión de entablar conversación con las muchas mujeres jóvenes que salen a aprovisionarse de agua, para enterarse sobre los parientes de su amo. La escena es típicamente oriental y encantadora. Aún hoy día, al atardecer, se pueden ver numerosas jóvenes que van con sus cántaros al pozo de la localidad11. Eliecer, con un sentido profundo de la providencia divina sobre los asuntos de su amo,
pide a Dios que muestre su voluntad para elegir él conforme a ella a la que ha de ser esposa de Isaac. El mismo propone un signo que exprese la voluntad divina: la joven que le ofrezca de beber a él y a sus camellos es la que Dios escogerá (v.14). Que una joven le ofrezca a él de beber, teniendo en cuenta su edad y venir fatigado, sería un hecho corriente; pero que se ofrezca a tomarse el sacrificio de bajar varias veces al pozo para abrevar a sus diez camellos, será algo fuera de lo normal
y un signo de que Dios quiere que sea ella la elegida de Dios para Isaac. Al punto aparece una joven, llamada Rebeca, con su cántaro sobre la espalda (v.15). Era la resobrina de Abraham12. El hagiógrafo la describe como extremadamente bella, joven y virgen13. Esta desciende a la fuente por las escaleras del pozo y sube al punto con su cántaro lleno. Eliecer le pide amablemente le dé de beber. Esta no sólo accede a ello, sino que se ofrece a abrevar a los camellos (v. 18-20). Esto le hace pensar al siervo de Abraham: ¿no era la señal propuesta por él mismo? Queda perplejo, y quiere saber si esta joven pertenece a la parentela de Abraham, que era la condición impuesta por el patriarca a su mayordomo (v.23).
Identificación de Rebeca (22-48).
22Cuando hubieron acabado de beber los camellos, tomó el siervo un arillo de oro de medio siclo de peso y dos brazaletes de diez siclos, también de oro, y, dándoselos, 23le preguntó: ¿De quién eres hija tú? Dime, por favor, si no habría lugar en casa de tu padre para pasar allí la noche. 24Ella contestó: Soy hija de Batuel, el hijo que Melca dio a Najor. 25Y añadió: Hay en nuestra casa paja y heno en abundancia y lugar para pernoctar. 26Postróse entonces el hombre y adoró a Yahvé, 27diciendo: Bendito sea Yahvé, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de hacer gracia y mostrarse fiel a mi señor, y a mí me ha conducido derecho a la casa de los hermanos de mi señor. 28Corrió la joven a contar en casa de su madre lo que había pasado. 29Tenía Rebeca un hermano de nombre Labán, que se apresuró a ir al pozo en busca del hombre. 30Había visto el arillo y los brazaletes en la mano de su hermana y le había oído decir: Así me ha hablado el hombre. Vino, pues, a él, que seguía con sus camellos junto a la fuente, 31y le dijo: Ven, bendito de Yahvé; ¿por qué te estás ahí fuera? Ya he preparado yo la casa y lugar para los camellos. 32Fue, pues, el hombre a casa. Labán desaparejó los camellos, dio a éstos paja y heno, y agua al hombre y a los que le acompañaban, para lavarse los pies, 33y después le sirvió de comer; pero el hombre dijo: No comeré mientras no diga lo que tengo que decir. Respondióle: Di. 34 Este dijo: Yo soy siervo de Abraham. 35Yahvé ha bendecido largamente a mi señor y le ha engrandecido, dándole ovejas y bueyes, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos. 36Parióle Sara, la mujer de mi señor, un hijo en su ancianidad, y a él le ha dado todos sus bienes. 37Mi señor me ha hecho jurar: No tomarás para mi hijo mujer de entre los hijos de los cananeos, de la tierra en que habito; 38sino que irás a la casa de mi padre, a mi parentela, y de allí traerás mujer para mi hijo. 39Yo dije a mi señor,: Quizá no quiera venir conmigo la mujer; 40y él me contestó: Yahvé, ante quien yo ando, mandará contigo su ángel y hará que tu camino tenga buen éxito, y tomarás mujer para mi hijo de mi parentela y de la casa de mi padre. 41 Quedarás desligado del juramento si fueses a mi parentela y no te la dieren; libre quedarás entonces. 42Llegué hoy a la fuente y dije: Yahvé, Dios de mi señor Abraham, te ruego que, si en verdad quieres prosperar el camino que traigo, 43hagas que, mientras yo me quedo junto a la fuente, la joven que salga a buscar agua y a quien diga yo: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro, 44y me diga ella: Bebe, y sacaré también para tus camellos, sea la mujer que Yahvé ha destinado para esposa del hijo de mi señor. 45 No había yo acabado de decir esto en mi corazón, cuando salía Rebeca con su cántaro al hombro, bajó a la fuente y sacó agua. Yo le dije: Dame de beber, te lo ruego. 46Bajó ella en seguida el cántaro de sobre su hombro y dijo: Bebe, y daré también de beber a tus camellos; y bebí yo, y ella dio también de beber a mis camellos. 47Yo le pregunté: ¿De quién eres hija? Ella me respondió: Soy hija de Batuel, el hijo de Najor, que le dio Melca. Entonces puse yo el arillo en su nariz, y los brazaletes en sus manos, 48y me incliné, postrándome ante Yahvé, y bendije a Yahvé, Dios de mi señor Abraham, que me había traído por camino derecho para tomar a la hija de su hermano para mujer de su hijo.
Inmediatamente Eliecer tomó la iniciativa, ofreciendo un
arillo de oro (v.22). Es el
nezem, que aún las beduinas llevan en la nariz 14, y dos
brazaletes de diez siclos de oro (el siclo son unos 13 gr.). Estos regalos eran desproporcionados al servicio que la joven había prestado; por eso ella, sin duda turbada, midió el alcance de ellos, suponiendo la intención del extranjero, que le pregunta por su casa y parentela (v.23). Al mismo tiempo muestra su interés en pasar la noche en su casa. La respuesta de la joven fue generosa, en conformidad con las leyes de la hospitalidad en Oriente. En su casa hay lugar para él y, además, aprovisionamiento suficiente para los camellos (v.25). Ante esta respuesta satisfactoria, Eliecer reconoce en ello la mano de Dios, y, prosternándose, le rinde gracias. Se ha encontrado con una joven de la parentela de Abraham, que es la más indicada para ser esposa de Isaac. La joven, por su parte, fue a comunicar la novedad a la
casa de su madre, lo que supone que es huérfana de padre. En su lugar tiene un hermano llamado Labán, que al punto sale a buscar al misterioso forastero. En el asunto del matrimonio de su hermana, Labán hará las veces de su padre. Según el
Código de Hammurabi, cuando muere el padre, la viuda puede permanecer en la casa de su marido difunto, y corresponde a los hermanos buscar esposa para el hermano más joven15. En el caso actual, Labán tiene particular interés en albergar al rico forastero, pues, a la vista de los regalos hechos a su hermana, tendría también él derecho a esperar algo bueno en premio a su hospitalidad (v.30). Por eso, al punto prepara el alojamiento y saluda halagando a su huésped:
Bendito de Yahvé (v.31). Sin duda que había oído de Rebeca la oración solemne que el forastero había hecho a su Dios: Bendito sea
Yahvé, Dios de mi señor Abraham... (v.27). Los enviados del rey Abimelec saludarán también a Isaac como el bendito de Yahvé,16 es decir, el protegido de Dios.
Llegado a casa de Labán, Eliecer es recibido con todos los honores de la hospitalidad: agua para sus pies y de sus acompañantes (mencionados ahora por primera vez), provisiones para las bestias y comida para los huéspedes. Pero el enviado de Abraham no quiere perder tiempo, y dice que no comerá nada hasta que haya comunicado el fin de su viaje (v.33). Con gran tacto diplomático les comunica que viene enviado de un amo que es inmensamente rico gracias a las copiosas bendiciones de Dios. Quería impresionar a Labán, que ya estaba interesado por la imponente caravana camellera cargada de regalos, de cuyas primicias había disfrutado ya su hermana. Eliecer sigue redondeando su discurso, diciendo que su rico amo tiene un hijo único, heredero de una inmensa fortuna, y dando detalles del modo como Abraham le encomendó la misión de buscar una esposa de su parentela para su hijo. Después narra las vicisitudes del encuentro feliz con Rebeca, recordando las coincidencias habidas al ofrecerle agua para él y los camellos, como él deseaba,
y que él consideraba como un signo de la benevolencia divina. De este modo insinúa se le permita llevar a Rebeca para esposa de Isaac.
Rebeca es Entregada como Esposa de Isaac (49-60).
49Ahora, si queréis hacer gracia y fidelidad a mi señor, decídmelo; si no, decídmelo también, y me dirigiré a la derecha o a la izquierda. 50Labán y su casa contestaron, diciendo: De Yahvé viene esto; nosotros no podemos decirte ni bien ni mal. 51Ahí tienes a Rebeca, tómala y vete, y sea la mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Yahvé. 52Cuando el siervo de Abraham hubo oído estas palabras, se postró en tierra ante Yahvé; 53y, sacando objetos de plata y oro y vestidos, se los dio a Rebeca, e hizo también presentes a su hermano y a su madre. 54Pusiéronse luego a comer y a beber, él y los que con él venían, y pasaron la noche. A la mañana, cuando se levantaron, dijo el siervo: Dejad que me vaya a mi señor. 55El hermano y la madre de Rebeca dijeron: Que esté la joven con nosotros todavía algunos días, unos diez, y después partirá. 56El les contestó: No retraséis mi vuelta, ya que Yahvé ha hecho feliz el éxito de mi viaje; dejadme partir, para que vuelva a mi señor. 57Dijéronle, pues: Llamemos a la joven y preguntémosle lo que ella quiere. 58Llamaron a Rebeca y le preguntaron: ¿Quieres partir luego con este hombre? Y ella respondió: Partiré. 59Dejaron, pues, ir a Rebeca, su hermana, y a su nodriza con el siervo de Abraham y sus hombres, 60y bendecían a Rebeca, diciendo: Hermana nuestra eres; que crezcas en millares de millares y se adueñe tu descendencia de las puertas de tus enemigos.
Con toda franqueza les plantea ahora la petición: quiere que le digan si acceden (hacer gracia y fidelidad) a la petición de Abraham; en caso contrario, desea que se lo digan tajantemente, para saber a qué atenerse:
y me dirigiré a la derecha o a la izquierda (v.50). Caso de que no accedan, volverá a Abraham para después buscar otra solución viable. Labán, en nombre de la familia 17, como hermano mayor, responde afirmativamente. Las circunstancias son tan providenciales, que ellos no tienen lugar a elegir: De Yahvé viene esto, no podemos decirte ni bien ni mal (v.50). Sin consultar a Rebeca se ha tomado el acuerdo. Era un asunto que decidía la familia, y Labán en su representación. Pero después, cuando se trata de partir, piden la opinión de Rebeca (v.57)18. Eliecer, una vez conseguida la entrega de Rebeca como esposa de Isaac, ofrece los regalos tradicionales a la novia, al hermano y a su madre19. Era el
mohâr20, equivalente al
tirjatu babilónico; es decir, regalos que eran como el precio por la novia. Eliecer ofrece a la novia joyas, oró, plata y vestidos. En una carta de Tell Amarna figuran como objetos de cambio, junto a la plata y el oro, vestidos21.
Después tuvo lugar el banquete, y Eliecer, fiel servidor de su amo, no quiere dilatar el regreso para comunicarle el feliz éxito del viaje (v.54). Pero los familiares de Rebeca se resisten a dejarla tan pronto, y quieren retenerla por algún tiempo. Eliecer insiste, y entonces se pide la opinión a la propia Rebeca, la cual también, deseosa de conocer a su nuevo esposo, decide emprender el viaje sin tardanza. La madre y el hermano la despiden con ternura, deseándola una fecundidad dichosa (v.60)22. En su suerte será asociada a las bendiciones hechas por Dios sobre la descendencia de Abraham:
Y se adueñe tu descendencia de las puertas de tus enemigos.
Encuentro de Rebeca e Isaac (61-67).
61Montaron, pues, Rebeca, sus doncellas y su nodriza en los camellos, y se fueron tras el hombre, y éste se partió con Rebeca. 62Volvía un día Isaac del pozo de Jai-Roi, pues habitaba entonces en el Negueb, 63y había salido por la tarde para pasearse por el campo, y, alzando los ojos, vio venir camellos. 64También Rebeca alzó sus ojos, y, viendo a Isaac, se apeó del camello, 65y preguntó al siervo: ¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro? El siervo le respondió: Es mi señor. Ella cogió el velo y se cubrió. 66El siervo contó a Isaac cuanto había ocurrido, 67e Isaac condujo a Rebeca a la tienda de Sara, su madre; la tomó por mujer y la amó, consolándose de la muerte de su madre.
La caravana emprendió el regreso llevando a Rebeca con sus doncellas y nodriza. No se dice a dónde se encaminan, pero es de suponer que a Hebrón, donde habían dejado a Abraham; pero, sin dar explicaciones, la caravana pasa de largo y se dirige hacia el Negueb, al sur de Bersabé. Y allí estaba Isaac junto al pozo de
Jai-Roi (Viviente que ve), cuyo nombre recordaba la aparición de Dios a Agar23. Era por la tarde, cuando Isaac salía a pasear por la campiña24. De lejos ve la caravana, sin darse cuenta que eran los camellos de su padre. Tampoco Rebeca le conoce. Al decirle el siervo que es Isaac, su señor, Rebeca se
cubrió con el
velo (v.65). Según las antiguas costumbres orientales aún vigentes entre beduinos, el novio no puede ver a su novia hasta después del matrimonio25. Eliecer narró a Isaac todo lo ocurrido, y éste condujo a Rebeca a la
tienda de Sara, su madre (v.67), aceptándola por esposa y amándola,
consolándose de la muerte de su madre (v.67).
Es sorprendente que no se mencione para nada al patriarca Abraham, lo que indica que ya había muerto mientras el viaje de Eliecer. Es inconcebible que no hubiera parado la caravana en Hebrón, junto a la tienda del patriarca, y se dirigiera hacia el sur para encontrarse con Isaac. La muerte de Abraham es narrada en el c.25; 7-10 en un relato donde se habla de otros hijos de Abraham habidos de Quetura. Sin duda esta perícopa debe ponerse antes de la narración del c.24 sobre el viaje de Eliecer. Pues en 25:5 se dice que Abraham dio todas las cosas a Isaac, que es exactamente lo que dice Eliecer a Labán en 24:36. Por otra parte, según 25:11, Isaac habitó después de la muerte de su padre en
Jai-Roi, que es donde Rebeca le encuentra. En este supuesto, muchos autores creen que la frase consolándose de la muerte de su
madre (
amô)
se ha de cambiar: de la muerte de su
padre (
abô)
, que estaría reciente, pues la de Sara era ya lejana en la memoria de Isaac.
Lo hecho por Abraham, considerado a la luz de la legislación posterior de Israel, tiene gran importancia, pues no podemos dudar de la intención del autor sagrado de proponer el ejemplo de los patriarcas a los hijos, que tan inclinados se mostraban hacia los cananeos a pesar de la Ley, que les decía: No pactes con los habitantes de esta tierra, no sea que, al prostituirse ellos ante sus dioses, ofreciéndoles sacrificios, te inviten y comas de sus sacrificios y tomes a sus hijas para tus hijos, y sus hijas, al prostituirse ante sus dioses, arrastren también a tus hijos a prostituirse.26 Los libros de Esdras y Nehemías nos muestran con cuánto rigor se impuso esta ley en los siglos posteriores a la cautividad27. Aparte de esta gran lección de conducta a los israelitas, el autor sagrado quiere hacer brillar la Providencia sobre la vida de los patriarcas, como lo hará más tarde el autor del libro de Tobías.
1 Según el texto
sacerdotal de 25,20 y 28,2-5, Rebeca era hija de Batuel, es decir, resobrina de Abraham. 2 Musil,
Arabia Petrea III 319.340.343. Citado por P. Heinisch,
Das Buch Genesis (Bonn 1930) 273. 3 PG 80,183. 4
Exo_34:15-16; 5
Gen_28:2s, 6 Colección de leyes asirias, arts.25.26.27.30.33.36.38. Véase R. d e Vaux, arte.: RB (1949) 29. 7 En
Gen_28:15 y 46:4 es Dios personalmente el que acompaña a los que protege. Aquí; en cambio, como en
Exo_23:20;
Exo_32:34 y
Tob_5:17;
Tob_5:22, es un
ángel enviado por Dios. Algunos autores. Creen que aquí
ángeles una inserción posterior para salvar la trascendencia divina. 8 Cf.
Gen_34:12;
Exo_22:16;
1Sa_18:25. 9 Cf.
Gen_27:43;
Gen_28:10;
Gen_29:4;
Num_22:5. 10 Véase R. De Vaux, arte.c: RB (1948) 323. 11 Cf.
Exo_2:16;
1Sa_9:11;
Jua_4:7. 12 La indicación coincide con
Gen_25:20;
Gen_28:2-5 (documento
sacerdotal).
En el v.48, Rebeca aparece como sobrina de Abraham, aunque el término
aj (hermano) tenga un sentido amplio de pariente. 13 Encontramos aquí el nombre específico para indicar
virgen: betulah (cf.
Exo_22:15;
Deu_22:14-21;
Deu_22:23-28). En el v.43 es llamada
almah, que, más que
virginidad, indica
juventud: mujer nubil. 14 Cf.
Isa_3:18-21. 15 Código de Hammurabi art.166. 16
Gen_26:29. 17 El TM añade
Batuel, lo que evidentemente es una glosa. Se suele leer, siguiendo a Kittel, su casa (
wabaito en vez de
Betuel). 18 En algunos contratos de Nuzu se dice en un caso similar en que por falta de padre lleva el hermano las negociaciones para casar a la hermana: Con mi consentimiento (de la hermana que se casa), mi
hermano me ha dado como mujer a tal. Véase R. De Vaux, art.c.: KB (1949) 29. 19 Según el
Código de Hammurabi, el regalo a la novia debía ser equivalente al
nudunun, o don del marido a la esposa (art.150, 171b
y 172). 20 Cf.
Gen_34:12;
Exo_22:16;
1Sa_18:25. 21 Sobre esto véase Cruveilhier, Le droit de la femme dans la Genése et dans le recueil des lois assyriennes: RB (1927) 357-359. 22 Gunkel ha visto un iuego de palabras entre
miles (
rebabah)
y
Rebeqah. 23 Véase com. a
Gen_16:13-14. 24 La palabra del TM
lasúaj es de sentido incierto. Los LXX traducen: conversar; Vg: ad meditandum. Leyendo
lasut tenemos pasear. Es la lectura de la Peshitta; es también la traducción propuesta por la
Bibl. de Jér. 25 Véase R. De Vaux, Sur
le voile des femmes dans l'Orient ancien: RB (1935) 408. 26
Exo_34:15; cf.
Deu_7:3s. 27 Esd 9-10;
Neh_13:23-31.