Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Guerras y triunfos de David (8:1-18).
1
Después de esto batió David a los filisteos y los humilló, arrebatando de las manos de los filisteos las ciudades de la costa. 2
Batió también a los moabitas, y, haciéndolos postrarse en tierra, los midió echando sobre ellos las cuerdas; y dos de las medidas las condenó a muerte y a la otra le dejó la vida. Los moabitas quedaron sometidos a David y le pagaron tributo. 3
Batió a Hadadezer, hijo de Rojob, rey de Soba, cuando iba camino para restablecer su dominio hasta el Eufrates. 4
Tomóle David mil setecientos caballeros y veinte mil infantes; desjarretó a todos los caballos de los carros de guerra, no dejando más de cien tiros de carros. 5
Habiendo venido en socorro de Hada-dezer, rey de Soba, los sirios de Damasco, batió David a veinte mil de ellos; 6
puso guarniciones en la Siria de Damasco, y se le sometieron los sirios, haciéndose tributarios. Yahvé dio a David la victoria por dondequiera que fue. 7
Tomó David los escudos de oro que llevaban los de Hadadezer y los trajo a Jerusalén. 8
Tomó también gran cantidad de bronce en Tebaj y Berotai, ciudades de Hadadezer. 9
Cuando Tou, rey de Jamat, supo que David había derrotado a todas las fuerzas de Hadadezer, 10
mandó a Hadurán, su hijo, al rey David para saludarle y felicitarle por haber atacado y vencido a Hadadezer, pues Tou estaba constantemente en guerra con Hadadezer. Hadurán trajo vasos de oro, vasos de plata y vasos de bronce; 11
y el rey David los consagró también a Yahvé, como había hecho con la plata y el oro de las gentes que había sometido, 12
de Edom, de Moab, de los hijos de Ammón, de los filisteos, de Amalee, y el botín que había tomado a Hadadezer, hijo de Rojob, rey de Soba. 13
David adquirió gran fama, y, de vuelta de la victoria de Siria, combatió en el valle de la Sal, derrotando a dieciocho mil edomitas. 14
Puso guarniciones en Edom, y todo Edom le quedó sometido. Yahvé le daba la victoria por dondequiera que iba. 15
Reinó David sobre todo Israel, haciendo derecho y justicia a todo su pueblo. 16
Joab, hijo de Sarvia, era el jefe del ejército; Josafat, hijo de Ajilud, era cronista; 17
Sadoc y Abiatar, hijo de Ajimelec, hijo de Ajitub, eran sacerdotes; y Saraya, secretario. 18
Banayas, hijo de Joyada, era el jefe de los cereteos y los feleteos, y los hijos de David eran sacerdotes.
Estas pinceladas generales sobre la actividad bélica de David y el silencio casi absoluto sobre las relaciones diplomáticas con los pueblos vecinos hacen que tengamos muy poca información en torno a su reinado. Más que la historia de su reinado, tenemos la historia de la familia de David. De las luchas contra algunos enemigos habla esquemáticamente el presente capítulo.
Empleando el autor una mera fórmula de transición: Después de esto (2:1; 10:1), da noticia de la acción contra los filisteos. Decisivo fue el golpe que les infligió al principio de su reinado (5:22-25), apoderándose, según 1 Grón 18:1, de Gat y de sus dependencias. Durante todo su reinado estuvo atento a cortar rápidamente todo intento de amenaza de las fronteras por parte de este enemigo peligroso. La segunda parte del v.1 puede traducirse: De esta manera tomó David de la mano de los filisteos las riendas del poder (
meteg ha ammah).
Siguiendo a Schulz, Ubach traduce las palabras hebreas mencionadas por el dominio de la costa. La dificultad textual no justifica el recurso de sustituir las mencionadas palabras por la lección paralela de
1Cr_18:1 : Gat y las ciudades de su dependencia.
Como los filisteos, también los moabitas fueron en un tiempo aliados de David (
1Sa_22:3). Habitaban en TransJordania, al este del mar Muerto. No sabemos cuándo, cómo y por qué comenzaron las hostilidades entre David y sus antiguos aliados, de los cuales descendía David a través de Rut la moabita. En vez de condenar a los prisioneros moabitas a trabajos forzados, hizo que se tumbaran al suelo y, por medio de cuerdas, los sorteó; de cada tres, dos fueron condenados a muerte. No conociendo el número de prisioneros moabitas ni las razones que le movieron a tan cruel proceder, no podemos tildar a David de inhumano. Las guerras de nuestros tiempos y el trato a los prisioneros no son ciertamente modelo de humanitarismo.
Los árameos, cuyo origen debe buscarse en el desierto siró-arábigo, emigraron hacia el norte, estableciéndose en las fértiles regiones de Mesopotamia y presionando hasta llegar a las de Asiría. Desaparecido el imperio hitita y empujados los amorreos hacia el sur por los asirios, los árameos se establecieron en el inmenso territorio que se extiende desde el Eufrates al Mediterráneo, notándose preferentemente su presencia en el valle del Orontes, en la llanura de Celesiria, sobre el Antelíbano y el Hermón, en las colinas de Galilea, en la región de Damasco y en las llanuras que se extienden hasta el Yarmuc, al norte de TransJordania. No obstante su número, no formaron los árameos un Estado unido, sino que aparecen fraccionados en tribus, en ciudades-estado, formando pequeños estados independientes. De ahí que en la Biblia se hable de árameos de Soba, de Damasco. Hadadezer, rey de Soba (
1Sa_14:47), en el Antelíbano, que gozaba de gran predicamento entre los árameos, pensó en reunir a los diversos clanes bajo su égida. Algunos reyezuelos, como el de Damasco, aprobaron su idea; otros, el de Jamat por ejemplo, la desaprobaron. No podía ver David con buenos ojos la formación de un gran imperio arameo unificado al norte de Palestina; por lo cual declaró la guerra a Hadadezer antes que éste lograra la meta de sus aspiraciones de grandeza, atacándole en Jamat, de Soba, y derrotándole, a pesar de la ayuda de los árameos de Damasco. El botín fue inmenso. Apoderóse de muchos carros de combate, que destrozó y abandonó sobre el campo. De entre los muchos caballos sólo se llevó David un centenar, que destinó a los servicios ordinarios del arrastre y como sementales (
1Sa_15:1). En cambio, se apropió de los escudos de oro, que debían serle de utilidad para la ornamentación de su palacio
y embellecimiento del santuario, cuya construcción creía inminente. En Tebaj y Berot, ciudades del Antelíbano; en la Beqa, rica región minera, se apoderó de gran cantidad de bronce, que, según
1Cr_18:8, utilizó Salomón para construir el mar de bronce.
El rey de Jamat, Tou, alegróse de la derrota del ambicioso Hadadezer, y en agradecimiento obsequió a David con ricos metales, que fueron consagrados a Yahvé. El hijo de Tou llevaba el nombre de Hadurán, cuyo primer elemento es Hadad, dios de la tempestad, la divinidad nacional aramea.
A la guerra contra los árameos siguió la de los edomitas, al sur, que hacían
razzias, a lo largo del Negueb, contra los calebitas y quenitas, aliados de David. Combatirlos no era fácil a causa de lo accidentado del terreno y por el tórrido desierto que le servía de escondite, Las victorias que sus tropas cosechaban por todas partes veíanse empañadas por la honda preocupación por la campaña de Edom. De estos sentimientos se tiene noticia por
Sal_60:8-11. Larga fue la lucha contra los edomitas; David bajó al sepulcro sin poderla ver acabada y asegurado el triunfo (
1Re_11:14-22). El valle de la Sal se identifica con la depresión que se encuentra al sur del mar Muerto, hacia el golfo de Aqaba, que en la Biblia (
Gen_14:3;
2Re_14:7) es llamado también valle de la Sal.
Josafat era el
mazkir, el que recuerda, lo que puede entenderse o bien como mensajero o como cronista. Algunos autores (De Vaux) traducen la palabra por
heraldo del rey, cuyo oficio propio sería preparar y dirigir las ceremonias del palacio real, reglamentar las audiencias, informar al rey de cuanto ocurría en el país, acompañarlo en sus viajes 1. Sadoc y Abiatar ocuparon sus cargos durante toda la vida de David. El primero desciende de Aarón por la familia de Eleazar. Sadoc estaba al frente del santuario de Gabaón; Abiatar, al servicio del arca en Jerusalén. Este último, descendiente de Helí, fue sacerdote de David desde el principio (
1Sa_22:20-23;
1Sa_23:6), siendo destituido por Salomón (
1Re_2:26-27). Sadoc quedó solo como sumo sacerdote. El estado defectuoso del texto original crea una dificultad al señalar a Sadoc como hijo de Ajitub, cuando, según
1Cr_5:29-34;
1Cr_6:35-38, era descendiente de Aarón por Eleazar, que los críticos solucionan proponiendo diversas traducciones del texto. Los jefes de culto son clasificados entre los funcionarios reales.
Saraya era secretario,
sofer, cargo semejante a ministro de Estado. Al cuidado y dirección de Banayas corrían los cereteos y feleteos, tribus filisteas establecidas al sur de Gaza antes de la gran invasión filistea. Los primeros eran de origen cretense; los segundos, filisteos; otras veces aparecen también juntos (
1Cr_15:18;
1Cr_20:7;
1Re_1:38-44). Modernamente se relacionan los cereteos con Keret, héroe de un poema de Rash Shamrah, que capitaneó un ejército filisteo al sur de Palestina en el segundo milenio 2. Formaban parte de la guardia personal de David (
2Sa_15:18;
1Re_1:38-44) y vivían junto a la puerta del palacio (
1Re_11:9).
Termina el capítulo con la noticia: Los hijos de David eran sacerdotes, palabras que los exegetas no están acordes en interpretar. Cree Dhorme que la mención de los hijos de David se debe a la preocupación de presentarlos como herederos del sacerdocio ejercido por el rey en 6:13-19. En
1Cr_18:17, los hijos de David son los primeros al lado del rey. 3