Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
21. Oráculos sobre Babilonia, Edom y Arabia.
Estos tres oráculos se caracterizan por su expresión oscura, sus elementos visionarios y la simpatía por las naciones extranjeras, a las que se refieren las profecías. Muchos autores creen que éstas no son características literarias de Isaías; no obstante, reconocen que hay muchas expresiones isaianas en la primera parte (1-10).
Oráculo sobre Babilonia (1-10).
El horizonte histórico es similar al de los c.40-66 del libro de Isaías. De ahí que la solución al problema de su autenticidad tiene que ser también semejante. Esa caída de Babilonia debe de ser la conquista de Babilonia por Ciro en el 538 antes de Cristo, ayudado de medos y elamitas.
Anuncio de la invasión (1-4).
1 Oráculo sobre el desierto del mar. Como huracán del Negeb desencadenado, viene del desierto, de la tierra espantosa. 2 Me ha sido mostrada una dura visión: saqueadores saqueando, aseladores asolando, Sube Elam, asedia Media. Yo hago cesar todo gemido. 3 Por eso mis ríñones se han llenado de espasmo; soy presa de dolores como de parturienta; y aturdido, ya no oigo; espantado, ya no veo. 4 Pasmóse mi corazón, el terror me invadió; la hora del crepúsculo, por mí deseada, se trocó para mí en espanto. La profecía versa acerca del
desierto del mar, expresión que suele considerarse como paralela a la de
país del mar de los documentos cuneiformes2, que comprendía la Arabia desde el golfo Pérsico hasta el mar Rojo. Pero las palabras
del mar faltan en el texto griego, y por eso muchos creen que se titula profecía sobre
el desierto, porque de esa región proviene la invasión. Otros creen que es una designación enigmática de
Babilonia, que, según Herodoto, había sido un tiempo
mar 3. No olvidemos que el estilo de este fragmento profético es enigmático y lacónico en extremo, y se buscan intencionadamente las frases oscuras. El profeta presenta la invasión como un huracán procedente del
Negeb, o del sur de Palestina (v.1); viene del
desierto, e.d., la zona inmensa esteparia que separa Babilonia de Palestina. El profeta confiesa que su visión es
dura (v.2), por las cosas terribles que presencia, y que conmueven las entrañas del mismo. Ve a los
elamitas y
medos haciendo presa en la gran ciudad de Babilonia (v.2), y en su visión le parece percibir una voz que empuja a los invasores: Sube
Elam, asedia Media. El profeta se figura a Babilonia, como a Jerusalén, sobre una montaña, y así a los invasores subiendo hacia su objetivo militar.
Elam tenía por capital Susa, estaba al norte del golfo Pérsico y al este del Tigris.
Media estaba al norte de Elam. Ciro, príncipe de Anzán, provincia elamita, logró ponerse al frente de ambos reinos en el 549 antes de Cristo, y en el 539-38 cayó sobre Babilonia. La expresión
yo hago cesar el gemido (v.2) parece debe aplicarse a las poblaciones que se ven libres de la opresión babilónica. El profeta se siente conmovido ante tanta tragedia:
la hora del crepúsculo deseada se trocó para mí en espanto, e.d., la hora del frescor de la tarde, tan deseada después de un día de fatiga y de calor, en lugar de darle el reposo esperado, le ha fatigado más al contemplar tan trágica visión, que le conmueve y excita.
La invasión, en marcha (5-10).
5 Han puesto la mesa, han tendido el mantel, se come, se bebe. ¡Arriba, príncipes, a engrasar el escudo! 6 Porque así me ha dicho el Señor: Ve, pon un atalaya que comunique lo que vea, 7 y si ve un tropel de caballos, de dos en dos, tiros de asnos, tiros de camellos, 8 que mire atentamente, muy atentamente, y que grite: Ya veo.4 Así estoy yo, Señor, en atalaya, sin cesar todo el día, y me quedo en mi puesto toda la noche. 9 Y he aquí que llegan tropeles de gente, tiros de caballos, y comenzaron a hablar, diciendo: ¡Cayó, Babilonia ha caído, y todas las estatuas de sus dioses yacen por tierra destrozadas! 10 ¡Oh mi (pueblo) trillado e hijo mío de la era! lo que he oído de parte de Yahvé de los ejércitos, del Dios de Israel, yo te lo he hecho saber. El profeta describe gráficamente la llegada de los invasores cuando más descuidados estaban preparando el banquete los babilonios. El nerviosismo y preocupación del profeta contrasta con la despreocupación de los grandes de Babilonia, que se entregan a las orgías sin sospechar el peligro:
Han puesto la mesa. (v.5), y de pronto se oye la voz de alarma:
¡Arriba, príncipes, a engrasar el escudo! El enemigo está a las puertas y es preciso prepararse a la defensa, y para ello deben entesar el escudo de cuero, dándole de grasa, para que los cuerpos resbalen 5. De repente la descripción cambia, y aparece el profeta invitado por Dios a poner un centinela para comunicar lo que pasa:
Ve, pon un atalaya (v.6). Cuando éste vea tropeles de caballos con carros de guerra, comprenderá la visión. Los ejércitos entonces utilizaban el caballo como animal de tiro para los carros de combate, no como soporte del jinete, del caballero, que pondrían de moda los escitas. Los elamitas se dedicaban a la cría de asnos, y los medopersas empleaban los camellos. Con ellos iban los asnos y camellos para el abastecimiento general. Los persas los empleaban también como cabalgaduras para la batalla 6. El profeta mismo se ofrece de centinela:
Aquí estoy en atalaya (v.8), y es testigo de la invasión:
tropeles de gente, tiros de caballos (v.9). Y por fin se oye la aclaración del enigma:
¡Cayó, Babilonia ha caído! es el grito de una voz que resuena en el espacio. Con ello desapareció el culto de los ídolos. El profeta se vuelve, por fin, a su pueblo para consolarle por tantas aflicciones, y le compara al grano (
hijo de la era) batido en la era. Como el trigo es purificado en la era, así lo será Israel después de las aflicciones causadas por la opresión babilónica.
Lo que ha oído lo comunica para consolarles.
Oráculo sobre Edom (11-12).
11 Oráculo sobre Edom. Danrne voces desde Seir: Centinela, ¿qué hora es de la noche? Centinela, ¿qué hora es de la noche? 12 El centinela dice: Viene la mañana y también la noche. Preguntad si queréis, volved a venir. El oráculo es sumamente misterioso y enigmático. El autor juega con nociones oscuras, dando frases concisas, cuyo sentido es ambiguo. El texto hebreo no dice
Edom, sino
Duma, que era probablemente la actual
Dumat ed-Djendel, al norte de Tema, al sudeste de Seir, en Edom. El texto griego lee expresamente
Edom. Indudablemente que se refiere a esta región. Quizá haya escogido el nombre de Duma jugando con el nombre de
Edom, aludiendo al carácter misterioso del oráculo
(duma en hebreo significa silencio); así aquí sería el
oráculo del silencio, conforme a lo que sigue 7. Seir es la zona montañosa al sudeste del mar Muerto, que fue poblada primero por los joritas y después por los edomitas (
Gen_14:6). Aquí aparecen los edomitas, o habitantes de Seir, inquietos, preguntando al profeta cuándo pasa la
noche de la tribulación:
Centinela, ¿qué hora es de la noche? Aquí noche parece tener el mismo sentido que en
Isa_8:22;
Isa_9:1, e.d., un tiempo de
desventura. La respuesta del profeta o centinela es enigmática. Parece decir que la presente
noche está para terminar, y que vendrá pronto la claridad del día, pero que no tardará en volver otra
noche de desventura:
Viene la mañana y también la noche (v.12), invitándoles a que vuelvan a preguntarle para poder precisarles más esto. Quizá quiera decir el profeta que aún no sabe detalles sobre la próxima
noche, pero que espera nuevas luces de Dios, que más tarde les podrá comunicar. Si se une esta profecía con la anterior sobre Babilonia, podemos considerar a los edomitas preocupados por la suerte de su aliada Babilonia, pues se comprometerá su comercio y bienestar.
Oráculo sobre Arabia (13-17).
Si esta profecía forma parte de las otras dos anteriores, podemos ver aquí las consecuencias de la invasión persa en el desierto, comprometiendo las caravanas comerciales de Arabia, ya que éstas se verían obligadas a salir de las rutas caravaneras ordinarias para vivir en lugares apartados. Arabia era famosa por su tráfico comercial en especias, y el ataque a sus rutas comerciales formaba parte de la estrategia de los antiguos conquistadores orientales.
13 Oráculo sobre Arabia 8. Pasad la noche en el bosque, en la estepa, caravanas de Dedán. 14 Al encuentro de los sedientes traed agua; habitantes de la tierra de Tema, con su pan id al encuentro de los fugitivos. 15 Porque van huyendo de la espada, de la espada desenvainada, ante los tensos arcos y ante la violencia de la batalla. 16 Porque así me ha dicho Yahvé: Dentro de un año, como año de jornalero, se acabará toda la gloria de Cedar, 17 y el resto del número de arcos de los valientes hijos de Cedar será reducido, porque Yahvé, Dios de Israel, ha hablado. El profeta invita a la tribu árabe de
Dedán a refugiarse en los lugares inaccesibles de la
estepa 9, y llama después a los habitantes de
Tema para que vayan en su socorro con agua y pan. Las caravanas de Dedán han tenido que abandonar la ruta caravanera regular, escalonada con puestos comerciales de auxilio, y se ven obligadas a vivir en la
estepa para no caer en manos de los asaltantes que controlan los caminos regulares (v.15). El profeta siente compasión por esas caravanas en situación crítica, y llama a los de
Tema, que está cerca, para que las auxilie 10.
Con su pan, e.d., el que necesitan los fugitivos. No se especifica quiénes son los invasores
de espada desenvainada. Los que creen que esta profecía es de Isaías suponen que los de Dedán huyen de alguna incursión asiría; en cambio, los que mantienen que el autor de la profecía vivía en la época del exilio, dicen que el invasor es el ejército persa, que se habría infiltrado en una
razzia por el desierto después de caer Babilonia.
En el í. 16 se da la interpretación de la profecía, y es considerado generalmente por los autores como un apéndice posterior, similar al
Deu_16:14 Que hemos visto.
Cedar es una famosa tribu del desierto siró-arábigo (
Isa_60:7;
Eze_27:21), y su nombre era sinónimo del desierto arábigo del norte. La principal arma de los árabes era el
arco (v.17; cf.
Gen_16:13).
1 Así el texto hebreo. 2 Cf. RB (1922) p.403ss. 3 Herod., 1:184. 4 El texto hebreo dice gritó el león, que algunos entienden gritó como león. Con un ligero cambio de vocalización, tenemos yo veo. 5
2Sa_1:21. 6 Cf. Herod., 1:80; Skinner, o.c., 171. 7 Cf. Skinner, o.c., 172. 8 En el texto griego falta Oráculo sobre Arabia, y en vez de estepa se lee en la tarde, que hace también sentido. Depende de un cambio de vocales. 9 Cf.
Gén_10:7; 25:3;
Eze_27:20;
Eze_38:13;
Jer_49:8;
Eze_25:13. Se supone que estaba al norte del golfo del Akaba actual. 10
Tema es la actual
Teima, al norte del Hedjaz, entre Akaba y el golfo Pérsico.