Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
24. Las Demasías de los Impíos.
E l caso de Job no es más que uno de tantos, pues en la vida social se ve que el mal cunde por doquier: por todas partes, en las ciudades, en los campos, hay miserias, atropellos y exacciones. ¿Cómo conciliar esta realidad con la omnipotencia y justicia divinas? Este es el gran interrogante que se plantea Job en esta segunda parte de su respuesta a Elifaz.
Los humildes, atropellados en sus derechos (1-17).
1
¿Por qué el Omnipotente no señala los tiempos, y los que le reconocen no ven sus días? 2
Los impíos retrasan los lindes 2
, roban los ganados con su pastor 3
; 3
se llevan el asno del huérfano y toman en prenda el buey de la viuda; 4
los pobres se apartan del camino, y se esconden al mismo tiempo los humildes campesinos. 5
Como onagros en el desierto salen a su trabajo, en búsqueda de la presa. La estepa les (proporciona) pan para sus niños 4
. 6
Durante la noche recolectan los campos 5
y vendimian la viña del malvado. 7
Pasan las noches desnudos, sin ropa, sin abrigo contra el frío. 8
Se mojan con los aguaceros de los montes, sin más asilo que las rocas. 9
Arrancan de los pechos al huérfano y toman en prenda al pequeñuelo del pobre; 10
van desnudos, sin vestidos, y, hambrientos, acarrean las gavillas. n Entre dos muelas exprimen el aceite 6
, y, sedientos, pisan las uvas. 12
Desde la ciudad, los moribundos se lamentan7
; clama socorro el alma de los vejados, y Dios no atiende a estos clamores. 13
Forman parte de los rebeldes a la luz: no han conocido los caminos y no se volvieron por sus senderos 8
. 14
Al amanecer se levanta el asesino para matar al desvalido y al necesitado. De noche anda el salteador. 15
Espía la oscuridad el ojo del adúltero, diciendo: Nadie me verá, y se pone un velo a su rostro. 16
En las tinieblas perforan las casas, de día se ocultan, sin conocer la luz. 17
Para ellos el alba es la sombra, el clarear del día les aterra 9
. Job se pregunta por qué Dios no tiene señalados los tiempos de castigo a los impíos, de forma que los justos puedan ver sus días (v.1), es decir, la hora de la manifestación punitiva de Dios, que con su actuar muestra que tiene providencia sobre los hombres.
Después enumera las diversas tropelías de los malvados: cambian los lindes del campo, recortando la propiedad del prójimo lo que estaba severamente prohibido por la Ley y reiteradamente reprochado por los profetas 10 , roban los ganados, despojan al huérfano y a la viuda 11. Como no hay seguridad en el campo, los pobres y labriegos se esconden. Entonces se ven obligados a refugiarse como onagros en el desierto, saliendo de sus refugios en busca de comida, viviendo de la presa ocasional que les proporciona la estepa, con lo que pueden alimentar malamente a sus escuálidos niños (v.4 Gentes míseras, trabajan de noche en los campos como es frecuente en los meses de calor aún hoy en Oriente y las viñas del malvado o rico sin entrañas, que los explota como mercancía (v.6). Ni siquiera los provee de vestidos convenientes contra el frío (v.7). En esta situación, los miserables campesinos están expuestos a la más cruel intemperie, aguantando los aguaceros, sin más abrigo que las oquedades de las rocas (v.8s).
El v.9 está fuera de lugar, y parece la continuación lógica del v.3, donde se habla de los atropellos de los impíos. No contentos con oprimir a las indefensas viudas, se llevan al huérfano y al hijo del pobre como prenda en esclavitud.
Los v.10-11 continúan describiendo la vida dura del campesino, que trabaja para su exactor. Semidesnudos y hambrientos tienen que acarrear las gavillas, sin poder quedarse con parte de ellas para satisfacer su necesidad, y también deben pisar la uva en el lagar, sin poder probar el mosto y calmar su abrasadora sed.
Esta situación de injusticia en la campiña tiene su contrapartida en las miserias de las ciudades. En ellas, los moribundos y vejados
claman a Dios, sin ser oídos. Es el drama del dolor en toda su acritud. Sin embargo, Dios parece que está sordo a reclamos tan lastimeros (v.13). ¡Gran misterio de la Providencia!
El í.13 parece debiera ir después del í.16, y se refiere a los criminales, que, como tales, para facilitar sus fechorías,
son rebeldes a la luz, pues los crímenes suelen ser perpetrados en la oscuridad de la noche. Por eso evitan los caminos y senderos, en los que pueden ser fácilmente descubiertos.
El asesino comete sus tropelías antes de que la luz ilumine la tierra. Criminal de profesión matar por matar , cae sobre los indefensos: el desvalido y el necesitado (v.14). Como salteador, sus horas preferidas son las de la noche. Es también el tiempo en que anda libre el adúltero, amparándose en la oscuridad (v.1s)12.
El í.16 parece unirse con el í.14c, donde se habla del salteador, que trabaja intensamente de noche en busca de la codiciada presa. Para conseguir su propósito no duda en perforar las casas construidas con adobes , siempre al amparo de la oscuridad 13. Así, pues, según el hagiógrafo, los enemigos de la luz son el asesino, el adúltero y el ladrón: el alba los aterra, porque inmoviliza su actividad.
El castigo del pecador (18-25).
18
Huye rápido sobre la superficie de las aguas; maldita es su posesión sobre la tierra; no se vuelve a pisar el fruto de su viña 14
. 19
La sequía y el calor llevan las aguas de la nieve, y el Seol al pecador. 20
Le olvida el seno materno, le chupan los gusanos 15
; ni se menciona su nombre. ¡Y, como árbol, es arrancada la injusticia! 21
Maltrataba a la estéril sin hijos 16
y no trataba bien a la viuda. 22
Pero el que sujeta con su fuerza a los poderosos se levanta y le quita la confianza en la vida. 23
Le permite apoyarse con seguridad, pero sus ojos están sobre sus caminos. 24
Están en auge un poco de tiempo, pero desaparecen, se inclinan como hierba que se recoge, y se mustian como cabezas de espiga. 25
Si no es así, ¿quién me desmentirá y reducirá mis discursos a la nada? Las ideas expuestas en los v. 18-24 sobre la triste suerte de los malvados son extrañas en boca de Job, que tantas veces declara que más bien prosperan en esta vida; más bien parecen de alguno de los interlocutores de turno. Como falta el discurso esperado de Sofar, se supone que este fragmento le pertenece; y su lugar propio parece debe ser después
Deu_27:13, donde se habla de la desventura que le está reservada al perverso. El desplazamiento del fragmento al lugar actual puede deberse a un folio que se traspapeló en manos del copista. Suponiendo que pertenezca a Sofar, encontramos perfectamente normales los tres ciclos de discursos.
La introducción al fragmento bien puede ser 27:13: He aquí la suerte que destina Dios al culpable... Inconsistente, sin base sólida, su vida se desliza insegura y rápida como barquichuela frágil sobre la superficie de las aguas (v.15). Y su posesión lleva el estigma de la maldición; su viña está abandonada, pues nadie se presta a pisar su fruto, idea que es justamente opuesta a lo expresado por Job en el discurso anterior 17. Por otra parte, la vida del pecador está a punto de extinguirse como las nieves bajo la acción del calor: el Seol será su pronta morada. En el sepulcro será pasto de los gusanos, y su nombre será entregado al olvido. Todo lo contrario de lo expresado por
Job_21:32, donde declara que aun en su tumba el impío es honrado por las muchedumbres.
Este fin prematuro y trágico del pecador es el castigo de sus tropelías: malos tratos a las mujeres estériles y a las indefensas viudas (v.21). La intervención súbita del Omnipotente, que tiene en su mano a los poderosos y tiranos, le quita toda esperanza de vivir (v.22). Aunque de momento le permite apoyarse en una cierta posición social, que le da una aparente seguridad, sin embargo, no cierra los ojos a los atropellos que cometen en sus falsos caminos (v.23). Su aparente prosperidad terminará por declinar y mustiarse como la hierba que se recoge. Es el triste fin que les espera.
El v.2 5 es la conclusión del discurso de Job, interrumpido por la sección de v.18-24. Seguro de sus razones, desafía a sus interlocutores a que le prueben lo contrario.
1 Es la versión de Driver-Gray. La Bib. de Jér.: ¿Por qué Shadday no tiene tiempos ? reserva, y sus fieles no ven sus días? Dhorme: ¿Por qué al Shadday le están ocultos los tiempos, y los que le conocen no han visto sus días? Basada en los LXX. 2 Los impíos: exigido por el contexto y expresado por los LXX. Así los LXX. El TM: roban el rebaño y lo pastorean. 4 Así Driver-Gray. Bib. de Jér.: Empujados por el hambre de sus hijos, buscan presa sobre la árida 'estepa. 5 Durante la noche: corrección propuesta por Dhorme. Driver: el forraje recolectan en el campo. 6 Así Dhorme y Driver-Gray. 7 Moribundos: corrección según el sir., aceptada por Driver-Gray, Dhorme y Bib. de Jér. 8 No se volvieron: corrección fundada en los LXX, Vg y sir. Aceptada por Dhorme. 9 Versión problemática, propuesta por Dhorme. Bib. de Jér.: Para todos ellos la maña-a es la hora negra, pues sienten de ella los terrores. 10 Cf.
Deu_19:14;
Deu_27:17;
Ose_5:10;
Pro_22:28;
Pro_23:10. 11 Cf.
Deu_24:17. 12 Cf.
Eco_23:25;
Pro_7:89. 13 Cf.
Exo_22:2. Véase Código de Hammurabi § 21s. 14 Traducción problemática. Dhorme: no vuelve el que pisa a su viña. 15 Así Driver-Gray. 16 Así Driver-Gray, Dhorme, Â ib. de Jér., siguiendo la lectura de los LXX y Targ. 17 Cf.
Job_24:6.