Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
42. La Rehabilitación de Job.
E ste capítulo final constituye el epílogo del libro, y, como el prólogo, está también en prosa. Después del desarrollo del drama, es preciso cerrarlo y volver las cosas a su punto por exigencias convencionales de la tesis del libro.
Job ha sido probado por Dios sin que hubiera cometido culpa, y ahora debe ser reconocida su inocencia al serle restituida la salud, la familia y la prosperidad perdida, pero todo en grado superior. Job reconoce sus juicios ligeros; Dios amonesta a los amigos por haber insinuado falsas acusaciones contra el desventurado varón, y les exige pública reparación con sacrificios, siendo ellos perdonados por intercesión de Job. Este recupera su hacienda duplicada, vuelve a tener numerosa familia, y sus allegados celebran su rehabilitación plena ante la sociedad. Así se cierra, conforme a un esquema convencional rígido de una tesis teológica, el drama del libro de Job. La tesis ha quedado perfectamente probada: el justo puede sufrir en esta vida sin haber cometido pecado; el dolor es independiente del pecado. Por tanto, la tesis tradicional de la ecuación entre la virtud y la prosperidad, el pecado y la desventura, es falsa.
Respuesta de Job (1-6).
1
Respondió Job diciendo: 2
Sé que lo puedes todo y que no hay nada que te cohiba. 3
(¿Quién es este que empaña la Providencia sin saber?) Por eso proferí lo que no sabía, cosas admirables para mí, que no conocía. 4
(Escucha, pues, y yo hablaré, yo te preguntaré y me adoctrinarás.) 5
Sólo de oídas te conocía; mas ahora te han visto mis ojos. 6
¡Por eso me retracto y hago penitencia sobre polvo y ceniza! Estas reflexiones puestas en boca de Job pueden ser obra de un escriba posterior al drama original. Los v.3 a 4 son idénticos a 38:2; 33:31 y 38:3b, y están evidentemente trastrocados, fuera de contexto.
Ante el despliegue de las obras portentosas de la naturaleza obra de Dios , Job reconoce su insignificancia e ignorancia, al mismo tiempo que declara la omnipotencia divina. Hasta ahora sólo había tenido referencias lejanas de ellas sólo de oídas te conocía pero ahora las ha escuchado del propio Dios, y le ha contemplado con sus ojos (v.5). El resultado de su nueva ciencia es un profundo sentimiento de compunción y arrepentimiento (v.6).
Epílogo: Reconocimiento de la inocencia de Job (7-17).
7
Después de haber hablado Yahvé a Job estas palabras, dijo Yahvé a Elifaz, temanita: Se ha encendido mi ira contra ti y contra tus dos compañeros, porque no hablasteis de mí rectamente, como mi siervo Job. 8
Así, pues, tomad siete becerros y siete carneros e id a mi siervo Job y ofreced por vosotros sacrificios; y Job, mi siervo, rogará por vosotros, y en atención a él no os haré mal, pues no hablasteis de mí rectamente, como mi siervo Job. 9
Vinieron, pues, Elifaz, temanita; Bildad, suhita, y Sofar, namatita, e hicieron lo que les mandara Yahvé, y Yahvé atendió a los ruegos de Job. 10
Yahvé restableció a Job en su estado, después de haber rogado él por sus amigos, y acrecentó Yahvé hasta el duplo todo cuanto antes poseyera. n Vinieron a él todos sus hermanos y hermanas y todos sus conocidos de antaño, y comieron con él en su casa, se condolieron y le consolaron por todo el mal que sobre él hiciera venir Yahvé, y le regalaron cada uno una moneda y un anillo de oro. 12
Yahvé bendijo las postrimerías de Job más que sus principios, y llegó a poseer Job catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13
Tuvo catorce hijos y tres hijas; 14
a la primera le puso por nombre Yeminá (Palomita); a la segunda, Quesiah (Casia), y a la tercera, Queren-Happuj (Cuerno de afeites). 15
No había en toda aquella tierra mujeres más hermosas que las hijas de Job, y su padre les dio herencia entre sus hermanos. 16
Vivió Job después de esto ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación, 17
y murió Job anciano y colmado de días. Después de la humillación de Job sigue la amonestación de sus amigos, que habían deducido la culpabilidad de aquél del hecho de sus sufrimientos. En consecuencia, deben ofrecer sacrificios en expiación de sus juicios temerarios. Job, por su parte, vuelve a aparecer como el siervo y amigo de Dios, y, como tal, se ofrece de intercesor por sus equivocados amigos. La humillación no puede ser mayor para éstos. Los tres amigos no habían considerado más que la superficie del problema.
Job confió en la justicia divina y esperó en su Libertador l, y ahora se cumplen sus deseos: el Abogado que está en los cielos, y que es a su vez el Juez del universo, le ha rehabilitado plenamente, devolviéndole la salud; y en este sentido, en su carne vuelve a ver a Dios 2, es decir, a participar de su protección y benevolencia, recibiendo duplicada la hacienda perdida.
En este epílogo no se menciona a Elihú, cuyos discursos son, sin duda, una adición redaccional al drama primitivo; Elifaz, como primer interlocutor, es nombrado expresamente.
Recuperada la antigua prosperidad, vuelven a aparecer los parientes y antiguos amigos de Job, que le habían abandonado en la adversidad (v.11). En este detalle hay, sin duda, un rasgo irónico del hagiógrafo. No se menciona a la mujer de Job, que aparece en el prólogo. En recuerdo de su rehabilitación le ofrecen un presente de oro (v.11). Los hijos de Job son duplicados, como su hacienda; pero el número de las hijas es el mismo del prólogo, pues darle más hijas en la apreciación oriental antigua hubiera sido un castigo, ya que el signo de la bendición divina son los varones 3. Los nombres de las hijas expresan su singular belleza (v.15); y cosa singular, Job les dio herencia viviendo sus hermanos 4. Para colmo de felicidad, Job pudo ver a sus descendientes hasta la cuarta generación, y así vivió ciento cuarenta años (cuatro generaciones de treinta y cinco años) 5. José había visto tres generaciones 6, pero Job fue más colmado de días, muriendo en plena ancianidad, conforme a la fórmula consagrada en la literatura bíblica7.
Todas estas cifras reflejan el carácter convencional del libro, que está concebido en función de una tesis teológica bien definida: Dios, aunque pruebe al justo, al fin le hará justicia y le premiará. Y, al contrario, la tesis tradicional sobre la relación entre el sufrimiento y la culpabilidad queda descartada a la vista de la historia personal del paciente y justo varón de Hus, que sufrió para aquilatar su virtud en manos del enemigo del hombre, Satán. No encontramos, pues, en el libro de Job la verdadera solución al problema del sufrimiento del justo, la retribución en ultratumba. Esta perspectiva aparece por primera vez claramente enunciada en el libro alejandrino de la Sabiduría 8. En el drama de Job queda flotando el misterio de la Providencia, que permite que los justos sean probados y que los impíos prosperen en la vida presente.
1 19:24-27. 2 Job 19:26. 3 En
1Cr_25:5 aparece un personaje, Heimán, con 14 hijos y tres hijas. 4 En
Num_27:8 se ordena dar herencia a las hijas caso de que éstas no hayan tenido hermanos varones. 5 Los LXX leen ciento setenta años. 6 Cf.
Gen_50:23. 7 Cf.
Gen_25:8;
Gen_35:29. 8 Sab 3:1s.