Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Los Exploradores en Casa de Mica (18:1-6).
1
En aquellos días, la tribu de Dan andaba buscando dónde establecerse, pues no le había tocado hasta entonces heredad en medio de las otras tribus de Israel. 2
Mandaron, pues, los hijos de Dan de entre los suyos a cinco exploradores, hombres fuertes; los mandaron de Sora y de Estaol para que recorriesen la tierra y la explorasen, diciéndoles: Id a reconocer la tierra. Llegaron los cinco hombres, por los montes de Efraím, hasta la casa de Mica, y pasaron allí la noche. 3
Estando cerca de la casa de Mica, conocieron por la voz al joven levita, y, acercándose a él, le preguntaron: ¿Quién te ha traído a ti aquí? ¿Qué haces aquí y qué tienes aquí? 4
El les contestó: Mica ha hecho por mí esto y lo otro, y me he ajustado con él y le sirvo de sacerdote. 5
Ellos le dijeron: Entonces consulta a Dios para que sepamos si prosperará el viaje que hemos emprendido. 6
Y les dijo el sacerdote: Id tranquilos; está ante Yahvé el camino que seguís.
Acosados los danitas por el exterior y reducidos a un espacio vital totalmente insuficiente, fueron constreñidos a emigrar. Con estos acontecimientos se tienen ya los elementos de juicio para entender la expresión ambigua (
Jos_19:40-48) de que no le había tocado hasta entonces heredad en medio de las otras tribus de Israel. Cinco hombres del clan de Sora y Estaol (
Jos_13:2-25;
Jos_16:31) fueron escogidos y enviados a explorar la tierra en busca de un territorio donde poder colocar cierto número de danitas. En su viaje hacia el norte pasaron por los montes de Efraím y llegaron a un villorrio donde estaba la casa de Mica (
Jos_17:8), y pasaron allí la noche. A la mañana siguiente, ya en trance de proseguir su viaje, reconocieron la voz del joven levita, o porque le habían tratado personalmente en su región, o porque fueron sorprendidos al oír la voz de un hombre que hablaba con el mismo acento que ellos. Entraron en conversación con él, que les informó de los buenos tratos que le daba Mica,
a quien servía como sacerdote. Porque los levitas eran expertos en el arte de la consultación, le pidieron consultara a Yahvé acerca del éxito de su viaje. El levita lo hizo no se dice qué rito empleó , dándoles una respuesta ambigua, que ellos interpretaron como de buen augurio. Debe descartarse la opinión de Hummelauer, según la cual el levita consultó al diablo, de quien fue la respuesta.
Los Cinco Exploradores llegan a Lais (Jos_18:7).
7
Reemprendieron su camino los cinco hombres y llegaron a Lais. Vieron que la gente de ella vivía en seguridad, a modo de los sidonios, pacífica y tranquilamente, sin que nadie dañase a nadie, y que eran ricos y estaban alejados de los sidonios y no tenían relación con la Siria.
Los cinco exploradores continuaron su viaje en dirección al norte hasta llegar a Lais (
Jos_19:47), ciudad situada en las fuentes del Jordán, a cinco kilómetros de Banías (Cesárea de Filipo), en el Actual Tell-el-Qadi. Allí nace el manantial que da origen al río Jordán, Nahr-el-Leddán, que conserva el nombre que se dio más tarde a la ciudad, Dan, en memoria de su conquista por los danitas. La ciudad, situada en una llanura
y con abundancia de agua, era rica, no faltando nada de cuanto produce la tierra. Sus habitantes vivían en paz y seguridad, a la manera de los sidonios, es decir, habitantes de Fenicia (
Jos_3:3), tranquilos y confiados. Tal vez la ciudad fuera colonia de Sidón (v.28), pero en caso de ataque p0r sorpresa no era fácil a la metrópoli prestarle ayuda, por hallarse a una distancia de cincuenta kilómetros y por mediar entre ambas ciudades la depresión de Nahr-el-Litani. Con respecto a los Estados árameos del este, Lais no mantenía ninguna relación con ellos. Los cinco exploradores comprendieron las ventajas que ofrecía el terreno para la emigración.
Emigración de los danitas (Jos_18:8-13).
8
Volviéronse, pues, a sus hermanos, a Sora y Estaol, que les preguntaron: ¿Qué traéis? Ellos contestaron: 9
Hemos ido y recorrido el país hasta Lais y hemos visto un pueblo que mora tranquilo según las costumbres de los sidonios, alejado de éstos y sin comunicación con la Siria. Subamos luego contra ellos. Hemos visto la tierra y es muy buena. ¿Os estáis quietos? No dilatéis la ida, para apoderarnos de esa tierra. 10
Daréis con un pueblo que vive seguro. La tierra es amplia, y Dios la ha puesto en vuestras manos. Es una tierra que produce de todo. 11
Salieron, pues, de Sora y Estaol seiscientos hombres de las familias de Dan, armados en guerra, 12
y subiendo, acamparon en Quiriat-Jearim, de Judá, por lo cual se llamó hasta hoy este lugar Majane Dan, al occidente de Quiriat-Jearim. 13
Pasaron de allí a los montes de Efraím y llegaron hasta la casa de Mica.
A las preguntas de sus compatriotas, a su regreso, respondieron los exploradores que el territorio era rico y fácil de conquistar. El laconismo de la respuesta, según el texto hebraico, contrasta con la larga descripción que hacen los LXX, cód. A. L., de las condiciones de vida que han observado en Lais. Según
Num_1:39;
Num_26:43, la tribu de Dan contaba con más de sesenta mil hombres aptos para las armas. Esto indica que no todos los danitas emigraron a Lais, sino únicamente parte del clan residente en Sora y Estaol. La primera etapa fue Quiriat-Jearim (
Jos_9:17;
1Sa_6:21;
1Sa_7:1;
2Sa_6:2), a quince kilómetros al noroeste de Jerusalén, actualmente Abu-Gosch. Mahaneh-Dan significa campamento de Dan (
2Sa_13:25); su emplazamiento no puede determinarse de manera exacta.
Robo en el santuario de Mica (2Sa_18:14-26).
14
Los cinco hombres que habían ido a explorar la tierra de Lais dijeron a sus hermanos: ¿Sabéis que en esta casa hay un efod, y terafim, y una imagen tallada y chapeada? Ved vosotros lo que se ha de hacer. 15
Pasaron adelante; y entrando en la casa del joven levita, la casa de Mica, le preguntaron por su salud. 16
Los seiscientos hombres de los hijos de Dan, armados en guerra, se quedaron a la entrada de la puerta. 17
Subieron los cinco exploradores y entraron para apoderarse del efod, de los terafim, y de la imagen chapeada, mientras estaba el sacerdote a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados en guerra. 18
Después que entraron en la casa de Mica, se apoderaron del efod, de los terafim, y de la imagen tallada y chapeada, les dijo el sacerdote: ¿Qué hacéis? 19
Ellos le dijeron: Cállate; ponte la mano en la boca; vente con nosotros y serás nuestro padre y nuestro sacerdote. ¿Qué te es mejor, ser sacerdote de la casa de un solo hombre o serlo de una tribu y de una familia de Israel? 20
Alégresele al sacerdote el corazón, y, tomando el efod, los terafim, y la imagen tallada, se fue con aquella gente. 21
Pusiéronse en marcha de nuevo, llevando por delante a los niños, a los animales y las cosas de precio; 22
y estaban ya lejos de la casa de Mica, cuando éste y los hombres que habitaban las casas vecinas de la de Mica se reunieron para salir en persecución de los hijos de Dan. 23
Gritaron a los hijos de Dan; y éstos, volviendo la cara, dijeron a Mica: ¿Qué te ocurre, para que nos vengas dando voces? 24
El contestó: Mi dios, el que yo he hecho, me lo habéis quitado junto con el sacerdote, y os marcháis. ¿Qué me queda entonces? ¿Y todavía me preguntáis qué me ocurre? 25
Dijéronle los hijos de Dan: No nos hagas oír más tu voz si no quieres que hombres irritados se arrojen sobre vosotros y pierdas tu vida y la de los de tu casa. 26
Prosiguieron los hijos de Dan su camino; y Mica, viendo que eran más fuertes que él, se volvió y tornó a su casa.
La composición de los v.16-18 es singular. El sentido de la perícopa parece ser el siguiente: Habitaba Mica en un villorrio o caserío en el que las casas, dispuestas en forma circular, dejaban un patio en el centro, con la casa de Mica en el fondo del mismo y frente a la única puerta de entrada (v. 16-17). Los seiscientos hombres se aglomeraron en la puerta del caserío, donde saludaron y conversaron largamente con el levita (v. 15-16). Entre tanto, los cinco exploradores aprovecharon la coyuntura de hallarse el levita enzarzado en la conversación con el grueso de la tropa para deslizarse hacia el interior del patio, con ánimo de desvalijar el santuario instalado en la casa de Mica (v.17). Viendo ellos que el levita seguía en la puerta del caserío (v.17c), se filtraron en la casa de Mica, llevándose la imagen tallada (
pesel),
el efod y los
terafim y, acaso (véase v.2), el ídolo de metal (
massekah; v.18). De regreso, obligados a salir por la única puerta de acceso a la ciudad, en donde se hallaba el levita, no pudieron evitar que éste se diera cuenta del robo y les increpara, diciendo: ¿Qué hacéis? Ellos y el grueso de los danitas le impusieron silencio y le invitaron a seguirles
para ser su padre espiritual (
2Sa_17:10)
y sacerdote. Las propuestas que le hicieron le parecieron más lucrativas que las de Mica, por lo cual cargó él mismo con los objetos sagrados y, en medio de la tropa, como personaje distinguido, comenzo a recorrer el camino.
Toma de Lais (2Sa_18:27-29).
27
Lleváronse, pues, lo que había hecho Mica y el sacerdote que tenía, y marcharon contra Lais, contra el pueblo tranquilo y confiado, y los pasaron a filo de espada y prendieron fuego a la ciudad. 28
No hubo quien la librara, por lo lejos que estaba Sidón y por no tener relación con la Siria. Estaba en el valle que se extiende hacia Bet Rejobot. Los hijos de Dan reedificaron la ciudad y habitaron en ella, 29
y la llamaron Dan, del nombre de su padre, hijo de Israel, pues antes se llamaba Lais.
La ciudad fue consagrada al anatema (
2Sa_1:8-25;
2Sa_4:15). En la antigüedad, la guerra era total, y sigue siéndolo después de tres milenios. Después de la primera fase de la conquista israelita,
no se habla más de consagrar la población cananea, sino solamente de rechazarla o someterla a tributo 1
. El autor sagrado explica el éxito de la empresa debido al aislamiento de Lais, que se encontraba lejos de Sidón
y sin ninguna relación con la Siria. Bet Rejobot (
Num_13:22;
2Sa_10:8), probablemente sobre el sitio original de Banías, era el centro de un pequeño Estado arameo que se organizó durante el siglo XII a. de C. El lugar formaba parte del país de los árameos o sirios (
2Sa_10:8).
Fundación de Dan y de su santuario (2Sa_18:30-31).
30
Los hijos de Dan se erigieron la imagen tallada de Mica; Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos, fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo de la emigración de Dan. 31
Permaneció entre ellos la imagen tallada de Mica, que él se había hecho, todo el tiempo que estuvo en Silo la casa de Dios.
Los danitas reedificaron la ciudad, a la cual dieron el nombre de su antepasado epónimo, Dan, uno de los hijos de Jacob. La traducción literal de los v.30-31 es la siguiente: Los hijos de Dan se erigieron la imagen tallada (
pesel).
Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Moisés, él y sus hijos fueron sacerdotes de la tribu de Dan hasta el tiempo de la cautividad de la tierra. Y se instalaron para ellos la imagen tallada que hizo Mica, por todo el tiempo que la casa de Yahvé estuvo en Silo. Estos dos versos han retenido la atención de exegetas e historiadores. Manipulados por los especialistas, los versos han sufrido mucho. Los críticos dudan de que uno y otro figurara en el texto primitivo; a veces suprimen los dos. Sin acudir a operaciones quirúrgicas tan enérgicas, algunos los amputan parcialmente. A pesar de las incertezas de la crítica literaria, los dos versos son importantes para la historia del sacerdocio israelita2. Hasta ahora el autor sagrado había callado el nombre de este levita; pero, en el trance de poner de relieve el origen ilustre del santuario, declara que se llamaba Jonatán, hijo de Gersón, hijo de Moisés (
Exo_2:22;
Exo_18:3;
1Cr_23:15). Pero este detalle de que un descendiente de Moisés se prestara a una desviación del yahvismo auténtico indica la anarquía religiosa existente en aquella época. Por esto mismo, para salvaguardar el honor del gran caudillo de Israel, los masoretas reemplazaron más tarde su nombre por el del impío Manases (2 Re c.21). Esta es la razón que en el texto masorético haya un
nun suspendido entre la primera y segunda letra del nombre de Moisés
(m(n)sh) 3.
Descendientes de Jonatán continuaron
ejerciendo su sacerdocio, poco ortodoxo, en el santuario de Dan hasta que desapareció con Cautividad del reino del Norte en los años 733 ó 722. En tiempos de Jeroboam, la imagen tallada de plata fue reemplazada por un becerro de oro, lo que indujo al pecado,
pues iba el pueblo hasta Dan para adorar (
1Re_12:30). Los profetas Amos y Oseas levantaron su voz contra estos sacerdotes.
En estos capítulos puede verse la mano de un autor del reino de Judá, que condena el santuario de Dan.
Insiste en su carácter idolátrico (
1Re_18:30a;
1Re_18:31a). El mismo redactor ha impreso su pensamiento en varias partes del relato. Respeta en general
la vieja tradición danita; puede ser que haya añadido él los pasajes 17:6 18:1; 17:2-4. él redactor es un ferviente y ah vista, un partidario del
sacerdocio sadocita de Jerusalén 4.
1 Véase A. Fernández,
El santuario de Dan. Estudio critico-exegético sobre Jud. I7-l8
Bíblica, 15 (1934) 237-264; C. Hauret,
Aux origines du sacerdoce danite: Mélanges Ro-bert (París s.a.) 105-113; Murtonen, A.,
Some Thoughts on Judges 1755: VT 1 (1951) 223-224.
1 W. F. Albright,
De ? age de la pierre a la chrétienté (París 1951) 204-205.
2 Fiauret, l.c., 105-106,
3 Fernández, l.c., 253 11.2; Hauret, l.c., 107. Hauret, l.c., 112-113.