Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
2. Providencia de Yahvé sobre Su Pueblo.
Infidelidad de Israel a Yahvé (2-5).
2 (4) Protestad de vuestra madre, porque ni ella es mi mujer ni yo soy su marido. Que deje de su rostro sus fornicaciones y de entre sus pechos sus prostituciones, 3 (5) no sea que yo la despoje, y, desnuda, la ponga como el día en que nació, y la convierta en desierto, en tierra árida, y la haga morir de sed. 4 (6.) Y no tendré piedad de sus hijos, porque son hijos de prostitución. 5 (7) Su madre se prostituyó; la que los concibió se deshonró y dijo: Me iré tras de mis amantes, que ellos me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. El profeta, después de dramatizar su situación familiar, quiere sacar la lección que de ella se desprende. El matrimonio suyo con Gomer simbolizaba el matrimonio de Yahvé con Israel. Este (la esposa infiel) se había ido tras de los ídolos, engendrando hijos bastardos, simbolizados en los nombres de los tres supuestos hijos de Oseas. Yahvé, por el profeta, invita a sus hijos bastardos (los israelitas) a echar en cara a su madre (Israel) su vergonzosa conducta:
Protestad de vuestra madre. (v.2), pues por sus
fornicaciones, o flirteos con los cultos idolátricos, se ha divorciado de su verdadero Esposo, Yahvé: Ni
ella es mi mujer ni yo soy su marido. Si no deja su conducta deshonrosa, Yahvé la abandonará y la dejará sola, abandonada como
un desierto., como el día en que nació (v.5). Estas palabras aluden a la estancia de Israel en el desierto, cuando estaba abandonada de todos y sólo la especial providencia de Yahvé la salvó de la muerte, llegando su prodigalidad a darle una tierra feraz, la de los cananeos. Una vez que Israel logró organizarse como nación en Canaán, se creyó ya suficientemente fuerte y se olvidó de su Dios, yéndose tras de los ídolos cananeos. Pero Yahvé le puede castigar y volverla
en tierra árida, quedando totalmente desamparada, con peligro de
morir de sed 1
. Israel se fue tras
de sus amantes (v.6), los ídolos, porque creía que así se multiplicarían sus bienes, su dote:
me dan mi pan.,
mi lana., mi aceite. La feracidad exuberante de Canaán, en comparación de las estepas del Sinaí, había fascinado la imaginación rudimentaria de los israelitas al instalarse en Canaán, los cuales habían creído que los dioses locales eran más pródigos con sus adoradores que el adusto Dios del Sinaí. Esto exaspera al verdadero Esposo de Israel, que no va a tener piedad de los israelitas
porque son hijos de prostitución (v.4).
Yahvé castiga a Israel para atraerle (6-13).
6 (8) Por eso voy yo a cercar sus caminos con zarzas y a alzar un muro para que no pueda ya hallar sus sendas. 7 (9) Irá en seguimiento de sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, mas no los hallará, y se dirá: Voy a volverme con mi primer marido, pues mejor me iba entonces que me va ahora. 8 (10) No ha querido reconocer que era yo quien le daba el trigo, el mosto y el aceite, y la plata que yo pródigamente le di, igual que el oro, se lo consagró a Baal. 9 (n) Por eso voy a recobrar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su sazón, y me tomaré mi lana y mi lino, que habían de cubrir su desnudez, 10 (12) y voy a descubrir sus vergüenzas a los ojos de sus amantes. Nadie la librará de mi mano. J1 (13) Haré cesar todas sus alegrías, sus fiestas, sus novilunios, sus sábados y todas sus solemnidades. 12 (l4) Talaré sus viñas y sus higuerales, de los que decía: Es el salario que mis amantes me dan. La reduciré a un matorral y la devorarán las bestias del campo. 13 (15) La castigaré por los días en que incensaba a los baales y, adornándose con sus anillos y sus collares, se iba con sus amantes y me olvidaba a mí, dice Yahvé. Puesto que Israel está ciega, siguiendo a sus
amantes, los ídolos, Yahvé, su verdadero Esposo, movido de extrema solicitud y amor por su esposa, va a tomar medidas extremas, privándola de muchas cosas, hasta que vea la inutilidad de seguir su conducta idolátrica. Yahvé se comporta aquí como un Esposo celoso y enamorado de su esposa, extraviada en amores adulterinos. Podía abandonarla, pero la ama tanto, que la va a hacer volver empleando medios extraordinarios. Yahvé va a sembrar de
zarzas y de obstáculos, levantando un
muro para que Israel se extravíe en su camino emprendido tras de sus amantes, los ídolos. El profeta presenta a Israel saliendo de su hogar, caminando en busca de sus ídolos; pero le sale al paso Yahvé, bloqueando sus sendas, para que se extravíe y no acierte con el camino acostumbrado hacia los santuarios de los ídolos. Después de probar diversas nuevas sendas extraviadas, se convencerá de la inutilidad de sus esfuerzos
en seguimiento de sus amantes (v.7-9), y al no alcanzar su objetivo, se acordará de su legítimo hogar, y, volviendo en sí, retornará a su legítimo Esposo:
voy a volverme con mi primer marido. La decepción ha sido completa, y en la amargura de su alma comprende que su bien estaba en ser fiel a su verdadero Esposo.
Su conducta ha sido tan alocada, que ni siquiera se ha dado cuenta que sus bienes venían de Yahvé, su Esposo (v.8-10), y en su extravío llegó a utilizar su
plata para consagrarla a
Baal (utilizándola para hacer ídolos). Así, no sólo no ha reconocido los beneficios recibidos, sino que ha abusado de ellos, poniéndolos al servicio de los
baales de Canaán. En castigo a su pérfida conducta, Yahvé la va a privar de todos los bienes que le había prodigado:
por eso voy a recobrar mi trigo a su tiempo y mi mosto a su sazón. (v.9-11), es decir, en la época de recolección. Al verse en la total indigencia, comprenderá que de nada le sirvieron sus coqueteos con los ídolos. Yahvé le privará de todo, para que aparezca en toda su
desnudez e indigencia.
Israel será privada de cosechas y de todo medio de subsistencia, y entonces será despreciada de todos los pueblos paganos. Nadie podrá ayudarla, porque Yahvé ha decidido castigarla:
nadie la librará de mi mano. Israel será reducida a un estado de indigencia tal, que desaparecerán sus acostumbradas alegrías en las solemnidades tradicionales, en los
novilunios y sábados (v. 11-13). Las
solemnidades anuales, es decir, las fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos, tenían por objeto festejar la presentación y recolección de los cereales y frutos. Eran fiestas originariamente agrícolas. Yahvé ahora, al privar a su pueblo de la recolección de los bienes agrícolas, convertiría en días de luto los tradicionales días de algazara. Particularmente en la fiesta de los Tabernáculos, en el otoño, la alegría popular se desbordaba, porque coincidía con la vendimia y la recolección de frutos en general 2.
Israel, al entregarse a sus amantes los ídolos cananeos, consideraba los frutos de las
viñas e higuerales como el
salario que como a cortesana le pagaban aquéllos: Es
el salario que mis amantes me dan (v.12-14). La idolatría es considerada aquí como una prostitución espiritual. En los profetas posteriores, esta comparación aparece reiteradamente. Es una consecuencia de considerar las relaciones entre Yahvé e Israel como las íntimas de dos esposos unidos solemnemente por la alianza matrimonial del Sinaí. Así anuncia Oseas que-Yahvé va a privar a su esposa, Israel, de sus bienes, convirtiéndola en un
matorral, expuesto a todas
las bestias del campo (v.12-14). Y todo ello ha sido por
los días en que incensaba a los baales (v. 13-15), o dioses cananeos, que se multiplicaban según las localidades. La idolatría ha sido la causa de la ruina de Israel como nación. Yahvé no podía transigir con un pecado que implicaba un abandono total de sus intereses, reconocidos en la alianza del Sinaí.
Promesas de rehabilitación (14-24).
14 (16) Así, la atraeré y le llevaré al desierto y le hablaré al corazón, 15 (17) y fuera ya de allí, yo le daré sus viñas y el valle de Acor como puerta de esperanza, y allí cantará como cantaba los días de su juventud, como en los días en que subió de la tierra de Egipto 16(18) Entonces, dice Yahvé, me llamará!shí, no me llamará Baalí. 17 (19) Quitará de su boca los nombres de los baales, para que rio vuelva nunca a mencionarlos por su nombre. 18 (20) En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros. 19 (21) Seré tu Esposo para siempre y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y piedades, 20 (22) y yo seré tu Esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yahvé. 21 (23) En aquel día yo seré propicio, dice Yahvé, a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra, 22 (24) la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael. 23 (25) Yo sembraré en la tierra para mí, y me compadeceré de Lo-Rujamá 24 y diré a Lo-Ammí: Tú eres mi pueblo; y él me responderá: Tú, mi Dios. Como es ley en los vaticinios profetices, después de anunciar el más duro castigo, se presenta el horizonte más luminoso. Las relaciones entre Yahvé e Israel descansaban sobre las promesas mesiánicas. Israel se había comprometido en el Sinaí a ser fiel a su Dios; de lo contrario, habría de sufrir los rigores de la justicia divina ultrajada. Pero el castigo de Yahvé sobre su pueblo nunca es de exterminio total, sino de
purificación y expiación. Por eso, después que Israel haya reconocido sus yerros, Yahvé volverá a tener intimidades con él como en la época del desierto.
Yahvé se presenta aquí como un Esposo que, después de haber atraído de nuevo a su esposa, en un tiempo extraviada, la invita a la intimidad amorosa, y para ello la lleva
al desierto, aislándola de las influencias paganas de la vida sedentaria en Canaán, La vida.sencilla de Israel en las peregrinaciones por las estepas del Sinaí era nostálgicamente recordada por los profetas como la época ideal de la historia de Israel, pues en el
desierto, Israel, totalmente impotente, vivía de la providencia especialísima de su Dios. Cuando se constituyó en nación en Canaán, se creyó fuerte para prescindir de su Dios, y de ahí su tragedia histórica 3.
El profeta aquí presenta a Yahvé llevando a Israel al desierto para hacerla reflexionar sobre sus caminos, mientras le habla
al corazón, siguiendo el símil del matrimonio. Quizá en la palabra
desierto haya una alusión al futuro exilio babilónico con sus privaciones, similares a las de Israel en la vida campamental por las estepas del Sinaí. De todos modos, anuncia claramente que después de la dura prueba vendrá de nuevo la esperanza, recuperará sus
viñas; y como en otro tiempo hizo su entrada en Canaán por
el valle de Acor 4, así también en el futuro Israel retornará a su patria con la alegría con que en otro tiempo pasó el Jordán y se adentró por el
valle de Acor, que se convertirá en
puerta de esperanza (v. 15 -17)· Israel volverá a sentirse optimista y vigorosa como en los
días de su juventud. al salir de Egipto. Y aleccionado por la prueba sufrida, no volverá a tener veleidades idolátricas (
quitaré de su boca los nombres de los baales.).
Y sentirá tal repugnancia Israel por los
baales, que no llamará a Yahvé más
baalí (mi dueño), sino ishí (mi esposo). El nombre genérico de
baal entrañaba como una alusión a los
baales cananeos y no debía aplicarse en adelante a Yahvé. De hecho, después del exilio, Israel no volvió a caer en la tentación de la idolatría. Es el cumplimiento literal de la. profecía.
El profeta, después de haber anunciado que Israel volverá a reinstalarse en Canaán con sus finas, se traslada mentalmente a la venturosa era mesiánica y la idealiza imaginariamente conforme al estilo oriental. El temor desaparecerá totalmente, y la paz reinará de modo absoluto, en tal forma que hasta las bestias
del campo perderán sus instintos feroces en virtud de un pacto que Yahvé hará con ellas (v. 18-20). Isaías desarrollará la idea con más imaginación: habitará el lobo con el cordero, y el leopardo se acostará con el cabrito, y comerán juntos el becerro y el león, y un niño pequeño los pastoreará. La vaca pacerá con la osa, y el león, como el buey, comerá paja; el niño de teta jugará junto a la hura del áspid, y el recién destetado meterá la mano en la caverna del basilisco. No habrá ya más daño ni destrucción, porque estará la tierra llena del conocimiento de Yahvé, como llenan las aguas el mar5. El cuadro idílico se completa con la destrucción de todo artefacto de guerra:
quebraré en la tierra arco, espada y guerra. (v.9-11). Este ideal de paz edénica será repetido reiteradamente en los profetas posteriores6.
Oseas presenta este cuadro deslumbrador mesiánico como consecuencia de unas bodas eternas que va a sellar Yahvé con su esposa Israel:
Seré tu esposo para siempre y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y en piedades (v. 19-21). Es la
nueva alianza indestructible, que nos describirán otros profetas, caracterizada por el reinado de la justicia 7. Y todo ello será consecuencia de las misericordias
y piedades de Yahvé. Oseas es el profeta afectivo por antonomasia, quizá sólo superado en esto por Jeremías, y concibe siempre las relaciones de Yahvé con su pueblo como un
matrimonio íntimo, surgido del puro amor. En la nueva era mesiánica,
el conocimiento de Yahvé será la base de esas relaciones mutuas de amor.
Como consecuencia de esa entrega total a Yahvé por parte de Israel, Yahvé le colmará de toda clase de bienes: en aquel día yo seré propicio a los cielos; los cielos serán propicios a la tierra; la tierra, propicia al trigo, al mosto, al aceite. (21-23); es decir, Yahvé será propicio a la llamada de los cielos, enviándoles nubes; éstos a la tierra, enviando agua, y la tierra, propicia al trigo, mosto, aceite, ofreciéndolos con prodigalidad; y estos productos serán propicios á Jezrael, es decir, al pueblo de Israel, castigado en otro tiempo cruelmente, cuyo castigo estaba simbolizado en el nombre de
Jezrael, que recordaba la matanza de Jehú. Las relaciones armoniosas entre Yahvé y su pueblo tendrán como efecto que los nombres siniestros de
Lo-Rujamá (sin misericordia) y
Lo-Ammi (no mi pueblo) desaparecerán, porque Yahvé volverá a tener
misericordia de Israel, y éste podrá ser llamado por Dios:
Tú eres mi pueblo; a lo que responderá éste:
Tú, mi Dios. 1 Como adúltera, debía ser despojada de sus vestiduras (
Eze_16:39;
Lev_20:10;
Deu_22:12). El
día del nacimiento de Israel es el día que salió de Egipto, completamente inerme. En n,is, Oseas recordará que Israel era un niño que no podía valerse ni defenderse (cf. 2:17). Israel como nación surgió en las estepas del Sinaí (
Ose_9:10;
Ose_12:10). En
Eze_16:5 encontramos un cuadro muy similar al presentado por Oseas, pero mucho más detallado y realista: Israel fue hallado en el desierto como una recién nacida en su sangre, y fue la solicitud de Yahvé la que le limpió y crió hasta organizaría como nación fuerte. 2 Cf.
Jue_21:195;
1Sa_1:3ss;
1Sa_7:20;
Exo_34:22. 3 Cf.
Ose_2:5;
Eze_16:45;
Ose_7:12;
Eze_12:13;
Eze_17:20;
Eze_20:345. 4 Cf.
Jos_7:24-26. 5 Cf.
Isa_11:6ss. 6 Cf.
Isa_9:55;
Miq_5:95;
Zac_9:10. 7 Cf.
Isa_55:3;
Jer_31:3 :-34;
Jer_32:40;
Eze_16:60;
Eze_34:25;
Eze_37:26. Esta alianza traerá la paz y la segundad (
Isa_11:19;
Eze_34:25;
Miq_5:9).