Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 132 (Vg 131): Bendición Sobre la Dinastía
Davídica.
E ste salmo se divide en dos partes netas:
a) en forma de plegaria expone el salmista lo que David ha hecho en favor de Yahvé, jurando construir el templo (1b-5) y trasladando el arca santa a Jerusalén (6-10);
b) lo que Yahvé ha hecho por David: juramento de perpetuar su dinastía (10-13), bendición de su morada y de los habitantes de Jerusalén
y promesa del Mesías (14-18).
Los comentaristas no están de acuerdo al determinar quién habla en esta bella composición: ¿Salomón, Josías, Zorobabel? Probablemente se trata de un alma piadosa que medita en
las promesas de Yahvé a su pueblo en el pasado y su proyección mesiánica hacia el futuro. Como abundan las transiciones bruscas, no pocos autores suponen que el presente salmo está formado de fragmentos heterogéneos que tuvieron su vida literaria independiente antes de ser incorporados al poema actual. Pero podemos sorprender una unidad ideológica marcada, aunque el estilo es abrupto, en consonancia con su distribución dramática. El salmista quiere exhortar a los israelitas a confiar en Dios, que ha elegido a David y ha santificado con su presencia la ciudad de Jerusalén. La restauración después del destierro babilónico ha probado que Dios no ha abandonado a su pueblo, y es una prenda de destinos futuros gloriosos conforme a las antiguas promesas.
Algunos de los versos de este salmo aparecen reproducidos en la oración de Salomón recogida en
2Cr_6:40-42, con reminiscencias de
Isa_55:3. Parece que el salmo fue compuesto cuando las promesas hechas a David habían ya sido olvidadas por la mayor parte de los israelitas. Por su contenido se asemeja esta composición al salmo 89. El ritmo y el tono elegiaco de los anteriores salmos graduales desaparecen en este salmo, que, en cambio, toma una forma dramática y dialogada; así, unas veces habla Yahvé, y otras el salmista o un coro de peregrinos. Por lo que se dice en los v.6-10 se deduce que esta composición se cantaba en alguna procesión litúrgica en la que se conmemoraba el traslado del arca a Jerusalén.
Juramento de David a Yahvé (1-5).
1
Cántico gradual. Acuérdate, ¡oh Yahvé! de David y de todos sus afanes. 2
Cómo juró a Yahvé e hizo voto al Fuerte de Jacob: 3
No entraré en la tienda de mi casa ni subiré al lecho de mi descanso; 4
no daré a mis ojos el sueño ni reposo a mis párpados 5
mientras no halle un lugar para Yahvé y una morada para el Poderoso de Jacob. El salmista recuerda la solicitud de David por establecer una morada digna a Yahvé1. Los libros históricos de la Biblia no mencionan este
juramento relativo a la erección del santuario de Yahvé. Quizá el salmista se hace eco de una tradición oral, o mejor, dramatiza poéticamente el deseo que David manifestó de edificar un templo digno a su Dios 2. A Yahvé se le designa con la expresión arcaizante
Fuerte de Jacob, que recuerda el poder excepcional del Dios de Israel,
manifestado en su protección al pueblo elegido 3.
La traslación del arca a Jerusalén (6-10).
6
He aquí lo que hemos oído en Efrata, lo que hemos hallado en los campos de Yaar: 7
Vamos a su morada, prosternémonos ante el escabel de sus pies. 8
Levántate, Yahvé, y ven a tu morada, tú y el arca de tu majestad. 9
Vístanse tus sacerdotes de justicia y exulten tus piadosos. 10
Por amor de David, tu siervo, no rechaces la faz de tu ungido. Con estilo dramático, el poeta describe el traslado del arca, y hace hablar a los portadores de la misma. El arca estaba en Gariatiarim 4, que se englobaba en la región de
Efrata al noroeste de Jerusalén 5. Los
campos de Yaar o del bosque parecen ser los alrededores de Gariatiarim. Así, el salmista se hace eco de la existencia del arca en esa región, y presenta a los que han de ser sus portadores, manifestando su prontitud para trasladarla al lugar indicado por David:
Vamos a su morada... Después repite las palabras que se pronunciaban en el desierto cuando se ponía en marcha la comitiva sacerdotal con el arca:
Levántate, Yahvé... 6 En la nueva
morada, Yahvé ha de mostrar su
majestad, irradiando su santidad sobre el
arca7. Los
sacerdotes debían usar ornamentos blancos cuando cumplían sus ministerios sagrados en el santuario. El salmista ve en el color blanco el símbolo de la
justicia; por eso invita a los sacerdotes a
vestirse de justicia, pues representan la justicia de Dios8. Los
piadosos deben manifestar su alegría al asistir a la entronización del arca de Yahvé escoltada por sus sacerdotes.
El salmista hace una súplica a Yahvé para que no abandone a su
ungido o rey, retirando su protección y favor,
conforme a la antigua promesa 9.
Promesa de la bendición divina a la dinastía de David y a la ciudad de Jerusalén (11-18).
11
Juró Yahvé a David una verdad que no retractará: Del fruto de tus entrañas pondré sobre tu trono. 12
Si guardan tus hijos mi alianza y mis preceptos que yo les enseñaré, también sus hijos por siempre se sentarán sobre tu trono. 13
Pues eligió Yahvé a Sión, le plugo para morada suya: 14
Esta será para siempre mi mansión; aquí habitaré porque me plugo, 15
Bendeciré largamente sus provisiones y saciaré de pan a sus pobres. 16
Revestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus piadosos se alegrarán jubilosos. 17
Allí haré germinar un cuerno a David y prepararé una lámpara a mi ungido. 18
A sus enemigos los vestiré de ignominia, y brillará sobre él mi diadema. En contraposición al juramento de David en favor de su Dios está el de Yahvé en favor de su dinastía y de su pueblo. Es la respuesta a la súplica expresada en el v.1. Tampoco en el relato de 2
Sam 7:1s
se menciona un juramento de Yahvé, sino una simple promesa de protección sobre su descendencia. Por tanto, las expresiones del poeta se han de tomar como una dramatización literaria para establecer un lenguaje dialogado y oracular que impresione más al lector 10. Es un modo de destacar la solemnidad e inmutabilidad de las promesas divinas.
Pero esta promesa solemne de bendición sobre la descendencia davídica está condicionada al cumplimiento de los mandatos divinos 11. En
Sal_89:303 se dice que la infidelidad del hombre no puede frustrar los designios divinos. La razón está en la
elección de
Sión como lugar de morada del propio Dios en la tierra (v.1s). Aquí como en
Sal_78:675, la elección de Sión es considerada como anterior a la elección de David y como algo más fundamental. En efecto, la dinastía davídica tiene una misión mesiánica en función de los destinos excepcionales históricos de Israel como sacerdocio real y nación santa 12. Este pensamiento era particularmente consolador para los repatriados judíos, que habían visto la reconstrucción del templo de Yahvé, lo que era prenda de una restauración de la dinastía davídica según, las antiguas promesas divinas. La presencia de Yahvé en medio de su pueblo en el templo de Jerusalén, su
mansión era fuente de bendiciones de toda índole, y en primer término de una gran prosperidad material: al pueblo humilde se le asegura el sustento cotidiano (v.15) 13. Los pertenecientes a la clase
sacerdotal representantes de Yahvé ante el pueblo participarán de un modo especial de la bendición
salvadora divina. En el V.9 se decía que serían revestidos de justicia; aquí se completa el pensamiento diciendo que participarán de la
salvación enviada por Yahvé (v.16) 14. Y todo el pueblo
piadoso se alegrará de esta situación esplendente de la clase sacerdotal. Estas afirmaciones sobre el papel preponderante de los miembros de la clase sacerdotal hacen pensar que el salmo es obra de un poeta que vivía cuando los sacerdotes eran los arbitros de los destinos nacionales después del exilio.
Pero juntamente con la elevación de la clase sacerdotal triunfará de nuevo la dinastía de David. La metáfora
germinará un cuerno a David alude a esta preponderancia de la descendencia davídica 15. La palabra
germinará puede tener una relación con los vaticinios proféticos en los que se habla de un
germen de justicia que será objeto de las bendiciones divinas 16. A David se le llama
ungido (
mahiaj:
Mesías) y se le promete una
lámpara que permanezca luciendo a través de las edades, como la lámpara del santuario 17. Es el anuncio de la preservación de su dinastía. Indudablemente que en la perspectiva del salmista hay en este contexto una alusión al advenimiento del
Mesías, procedente de la dinastía davídica conforme a las antiguas promesas y vaticinios proféticos (desde Natán hasta Zacarías). En efecto, sobre ese
cuerno que germina de la ascendencia davídica, Dios colocará su
diadema, que
puede implicar la potestad regia y la sacerdotal 18. Esto supondrá la derrota total de
sus
enemigos, que conspiran contra sus privilegias a través de la historia, pero principalmente en el momento
de la manifestación mesiánica. 1 Cf. 1
Par 22:14. 2 Cf.
2Sa_7:2. 3 Cf.
Isa_49:26;
Isa_49:6o, 16;
Isa_1:24. 4 Cf. Sam 7:1;
2Sa_6:3. 5 Según
1Cr_2:19.50, Cariatarim es nieto de
Efrata. 6
Cf.
Núm_10:33-35. 7 Cf. Sam 5:7; 6:193. 8 Cf.
Isa_26:2;
Job_29:14. 9 Cf.
2Sa_7:1s;
Sal_61:8;
1Re_2:16;
2Re_18:24;
Sal_84:9. 10 Cf.
Sal_89:3.35.49;
Sal_110:4; 11 Cf. Sam 7:14;
1Re_8:25. 12
Exo_19:6. 13 Cf.
Age_1:6s.45:23-. 14 Cf. Ts 61:10;
Sal_67:3. 15 Cf.
Sal_89:17.24;
Eze_29:21. 16 Cf.
Jer_23:5;
Núm_33:15;
Zac_3:8;
Zac_6:12. 17 Cf.
Sal_18:28;
1Re_11:36;
1Re_15:4;
2Sa_21:17 18 Cf.
Exo_29:6;
Jer_30:21;
Zac_6:11s.