Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 25 (Vg 24): Confianza del Justo en el Señor.
E ste salmo tiene una estructura especial, ya que se presenta como una colección de jaculatorias, de consideraciones morales y de súplicas en forma sentenciosa, unidas entre sí por el artificio de la distribución alfabética. Se puede dividir en tres partes la composición heterogénea:
a) súplica de protección y guía (1-7);
b) reflexiones sobre Dios y sus relaciones con los que le temen (8-14);
c) nueva súplica de liberación de una situación angustiada (15-21).
Literariamente, el salmo se caracteriza, más que por los arrebatos líricos y recursos poéticos,
por la profunda fe que preside el alma del salmista. Abundan los paralelismos sintéticos y no faltan los antitéticos y sinónimos. La sucesión ideológica muchas veces no es muy clara, pues la unión de los dísticos obedece más bien a las exigencias de la distribución acróstica.
Según el título, el salmo es de David; pero el estilo refleja más bien la época sapiencial posterior al exilio babilónico l.
Súplica de protección y de perdón (1-7).
1
De David. 2
Alef. A ti elevo mi alma, Yahvé, mi Dios. Bet. En ti confío, no sea confundido, no se gocen de mí mis enemigos 2
. 3
Guímel. No; quien espera en ti, no es confundido; serán confundidos los que en balde faltan a la fidelidad. 4Dalet. Muéstrame, Yahvé, tus caminos, adiéstrame en tus sendas. 5 He. Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres mi Dios, mi Salvador, y en ti espero todos los días. 6
Zain. Acuérdate, ¡oh Yahvé! de tus misericordias y de tus gracias, pues son desde antiguo. 7
Jet. No te acuerdes de los pecados de mi mocedad y de mis transgresiones. Acuérdate de mí conforme a tu benevolencia y según tu bondad, ¡oh Yahvé! El salmista se dirige a Dios pidiéndole protección para no ser burlado de sus enemigos. La causa del justo es la causa de Yahvé; por eso, si los impíos prevalecen sobre aquél, en el fondo es una victoria contra Yahvé, ya que,
en la mentalidad de los pecadores, Dios es impotente para hacer salir airoso a su protegido. En la tradición israelita está demostrado que
el que confía y espera en Yahvé no queda defraudado en sus esperanzas, y, por tanto, no es avergonzado o
confundido ante sus
enemigos. Al contrario, serán
confundidos y puestos en evidencia los que abandonan a Yahvé, faltando a
Infidelidad a El debida (v.3). El salmista habla conforme a la mentalidad de su época. Para él penetrado del sentimiento de la justicia divina existe una ecuación entre la virtud y la felicidad, el pecado y la desgracia. Es la tesis de los amigos de Job, que es discutida por el protagonista del libro de Job y por el autor del Ecle-siastés. Los justos del A.T., sin perspectiva sobre la retribución en ultratumba, tienen fe ciega en la justicia de Dios, que se ha de manifestar en esta vida, de forma que su
virtud sea reconocida, y la maldad de los pecadores, castigada 3.
Obsesionado con
la idea de ser fiel a su Dios, le pide encarecidamente que le enseñe sus caminos, sus mandamientos, para no desviarse de ellos y asegurar así la protección divina. Moisés había pedido a Yahvé que le mostrara su camino para acomodarse a sus exigencias 4. El salmista, sin duda que por
caminos y
sendas de Yahvé entiende no sólo los preceptos escritos de la Ley, sino los secretos de su providencia respecto de su vida personal para responder mejor a sus insinuaciones 5.
El módulo de la vida práctica del salmista lo constituyen las exigencias de la
verdad de Yahvé, vinculadas a las promesas de protección al que se conforma a sus leyes.
No se trata sólo de la verdad especulativa sobre la realidad divina, sino de sus relaciones a las almas justas tal como se habían manifestado en la historia de Israel, el pueblo elegido. Yahvé siempre se ha manifestado como
Salvador de las almas justas angustiadas. La
verdad, pues, de
Yahvé va vinculada a su fidelidad a las promesas 6. Por eso el salmista pide a su Dios que se acuerde de sus
misericordias, que desde tiempos antiguos se han manifestado sobre los justos en Israel. Yahvé es inmutable a través de los siglos 7, y, por tanto, las
misericordias antiguas o eternas pueden ponerse ahora a favor del salmista atribulado. El amor de Yahvé de los tiempos antiguos no se ha agotado 8, y es ahora cuando debe manifestarlo para que los enemigos del justo lo reconozcan.
Llevado de este espíritu de confianza y de la fe en la misericordia tradicional de Yahvé, el salmista se atreve a pedir perdón por los
pecados de su
mocedad, sus fragilidades y
transgresiones, cometidas en los años de irreflexión y de fogosidad juvenil; como tales, son más excusables 9. Lejos de aplicarle la medida de su justicia punitiva respecto de sus lejanas transgresiones, pide que le aplique la medida de su
bondad y benevolencia (v.7). En la Sagrada Escritura constantemente se realza la
misericordia divina, que prevalece sobre la justicia, pues Yahvé castiga hasta la cuarta generación y premia hasta la milésima 10.
Yahvé es bueno y bienhechor para con los que le temen (8-14).
8
Tet. Bueno y recto es Yahvé; por eso señala a los errados el camino 11
. 9
Yod. Y guía a los humildes por la justicia y adoctrina a los pobres en sus sendas. 10
Caf. Todas las sendas de Yahvé son benevolencia y verdad para los que guardan su alianza y sus mandamientos. 11
Lámed. Por amor de tu nombre, oh Yahvé! perdona mis ofensas, por grandes que sean. 12
Mem. ¿Quién es el hombre temeroso de Dios? El le enseñará el camino que ha de elegir. 13
Nun. Su alma morará en el bienestar, y su descendencia heredará la tierra. 14
Sámec. Los secretos de Yahvé son para los que le temen, que les dará a conocer su alianza. Sigue la exposición sentenciosa de las buenas cualidades de Yahvé en sus relaciones con los que son fieles a sus preceptos. Su bondad llega hasta orientar a loa extraviados hacia el buen camino de su Ley. Sus preferencias están por los
humildes y lo;s pobres, guiándolos por el camino de la
justicia o de la rectitud moral. La palabra pobres, en la literatura sapiencial y rabínica posterior,
equivale a piadosos o fieles a la Ley de Dios 12, que se caracterizan por su espíritu de humildad y pequenez ante Dios. Las maneras de obrar
de Yahvé, para con ellos, están dirigidas por las exigencias de su
benevolencia y verdad o fidelidad a sus promesas. Pero estas relaciones amorosas están condicionadas a la fidelidad a su
alianza y sus mandamientos. Su
alianza fue sancionada primero con la circuncisión, impuesta a Abraham y su descendencia 13 y después renovada solemnemente y concretada en el Sinaí14. Signo externo de ella era el arca con las tablas de la Ley 15. Por eso junta aquí la
alianza y los
mandamientos de Yahvé, que son la base de sus relaciones con los fieles.
De nuevo el salmista se acuerda de
sus pecados, y confía en que por el nombre de Dios, es decir, a causa de las cualidades de la bondad y fidelidad inherentes al nombre glorioso de Yahvé, sean perdonadas sus ofensas (v.11). Consciente de su culpabilidad, declara que
la felicidad consiste en temer a Dios, pues entonces El le mostrará el camino conveniente que ha de
elegir en las encrucijadas de la vida para adaptarse a los misteriosos designios de su providencia.
El temor del Señor es el camino de la sabiduría l6. Al amparo de la Providencia encontrará el justo su
bienestar, y, dejando numerosa
descendencia, heredara la tierra, conforme a las promesas hechas a Abraham 17 y a Israel18. Como siempre, la perspectiva del salmista no trasciende a la retribución en ultratumba. Sólo en esta vida podrá el fiel encontrar su recompensa, bien personalmente, disfrutando de los bienes temporales otorgados por Yahvé, o en su
descendencia 19. Los temerosos de Yahvé son, en realidad, los iniciados en los secretos divinos, pues al amoldarse a sus preceptos descubren los caminos secretos de la Providencia en la vida de los hombres y en la historia de Israel 20. A ellos da a conocer
su alianza, es decir, su contenido íntimo en lo que implica de
bendiciones y protección en esta vida.
Súplica de liberación (15-22).
15
Ayin. Mis ojos siempre están en Yahvé, porque es quien saca mis pies de la red. l6
Pe. Vuélvete a mí y ten de mi piedad, que estoy solo y afligido. 17
Tsade. Ensancha mi angustiado corazón y sácame de mis estrechuras. 18
Qof. Mira mi miseria y mi pena y perdona todos mis pecados. 19
Res. Mira cuan numerosos son mis enemigos. Me odian con odio violento. 20
Sin. Guarda mi vida y sálvame, no tenga que confundirme de haberme acogido a ti. 21
Tau. Protéjanme la integridad y la rectitud, pues que en ti espero, Yahvé. 22
Redime, ¡oh Dios! a Israel de todas sus tribulaciones. Después de las afirmaciones sentenciosas didácticas de tipo sapiencial, el salmista urge su situación personal de peligro.
Yahvé no sólo perdona, sino que salva a los justos de los momentos de peligro. Sus enemigos le han tendido
redes para hacerle caer en la apostasía, amenazando su vida;
y sólo Yahvé le puede librar de ellos 2l. El salmista tiene siempre los ojos expectantes y pendientes de las reacciones favorables de Yahvé:
vuélvete a mi (v.16).
Cuando Yahvé abandona a alguno, aparta su rostro de él 22; en cambio,
cuando quiere protegerle lo vuelve amorosamente hacia él 22 El salmista se siente
solo y afligido, y en su triste soledad
aspira a sentir la presencia amistosa de su Dios, con lo que se
ensanchara su angustiado corazón. Yahvé, para auxiliarle, no debe pensar tanto en sus pecados cuanto en su estado de
miseria y postración; sus
enemigos son muchos y le odian encarnizadamente. Después de haber descrito su precaria situación, el salmista perseguido acude a un último argumento para mover la omnipotencia divina. Está comprometido en ello
el honor divino, ya que, si prevalecen sus enemigos, éstos deducirán la impotencia de su protector, y entonces el salmista se verá
confundido de haberse acogido a Yahvé (v.20) 24. El salmista es consciente de que la mejor defensa para él es estar en buenas relaciones con su Dios, y por eso cree que, para su seguridad, los mejores guardianes son la
integridad moral y la rectitud de vida, con lo que se asegurará el auxilio protector divino. Sabe que Dios, justo,
no abandona a los suyos, y en razón de su conducta fiel a su Ley y por exigencias del honor divino será liberado del peligro.
La petición del v.22 en favor de Israel como colectividad es una adición litúrgica, pues, aparte de estar después de la última letra del alefato, su contenido ideológico de índole colectiva
no se acopla al personalismo del salmo. Los organizadores del culto, al emplear el salmo, creyeron hacer alusión a las
tribulaciones de Israel, del que sólo podía
redimirle el propio Yahvé, como en el caso del salmista 25.
1 Cf. Podechard, O.C., I 124. 2 Este v.
Alef está incompleto. El TM dice lit.: Hacia ti, ¡oh Yahvé! elevo mí alma, mi Dios... Podechard completa: En ti, Yahvé, espero, elevo mi alma hacia mi Dios. 3 Véase sobre el tema nuestro artículo
La tesis de la sanción moral y la esperanza de la resurrección en el libro de Job: XII Semana Bíblica Española (Madrid 1952) P-573-594' 4 Cf. EX 33:13- 5 Cf.
Sal_27:11;
Sal_93:8. 6 Cf.
Sal_26:3. 7 Cf.
Mal_3:6. 8 Cf.Jer2:2;31:3. 9 Cf.
Job_13:26;
Eze_23:21;
Isa_43:25;
Jer_31:34;
Eze_18:22;
Eze_33:16;
Sal_79:8-9. 10
Exo_20:5-6. 11 El TM dice lit.: los pecadores. Con un ligero cambio de letras tenemos "errados, lección aceptada por
Bib, de Jér. y Podechard. 12 Véase A. Gelin, Les
pauvres de Yahvé (París 1953) P-41ss. 13 Cf. Gen I7:2s. 14 Cf.
Exo_19:5;
Exo_24:7.8, 15 Cf.
Núm_10:33. 16
Eco_1:16. 17 Cf.
Gen_15:8. 18 Cf.
éxo_20:12;
Lev_26:33;
Deu_4:1.40. l9 Cf.
Sal_37:9-13;
Lam_57:13;
éxo_60:21. 20 Cf.
Pro_3:32;
Sal_111:10;
Pro_1:7;
Mat_11:25. 21 Cf.
Sal_9:15;
Sal_31:4. 22 Cf.
Sal_22:24. 23 Cf.
Sal_86:16;
Sal_119:32. 24 Cf.
Sal_7:2;
Sal_2:13. 25
En la distribución acróstica falta el
wau y el
qof; y el verso adicional (v.22) empieza con pe. Estas irregularidades reaparecen en el salmo 34.