Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 35 (Vg 34): Plegaria del Justo contra los Perseguidores.
Este salmo es un mosaico de expresiones que ya hemos encontrado en otras composiciones de esta colección atribuida a David. En el fondo es una súplica individual de un justo que se siente enfermo, perseguido y acusado por sus adversarios. Puede dividirse bien esta composición en dos partes, terminando cada una de ellas con una promesa de acción de gracias:
a) súplica de castigo sobre los enemigos perseguidores (i-ßï);
b) maquinaciones injustas de los adversarios del salmista (11-28). Esta segunda parte puede dividirse en dos fragmentos: las acusaciones de los enemigos del salmista son injustas (11-18); deseos de que se manifieste la justicia divina sobre ellos (19-28). En la primera parte se insiste sobre la
injusticia del odio que le tienen; en la segunda, en la ingratitud de sus adversarios, y en la tercera, sobre la crueldad y alegría maligna de los que se gozan de sus males. En este sentido se puede hablar de cierta unidad de tema, que se desarrolla gradualmente.
La métrica no es fácil de establecer, y el estilo es oscuro y monótono, aunque no carente de expresión vigorosa. Según el título, es de David; y en este supuesto se buscan las circunstancias de la persecución sañuda de Saúl o de su hijo Absalón como sugeridoras de este poema salmódico 1. Los críticos modernos ven en este salmo dependencias literarias de Isaías y Jeremías, y por ello creen que es de la época sapiencial postexílica 2.
Invocación contra los perseguidores injustos (1-10).
l De David. Contiende, ¡oh Yahvé! con mis contrincantes, combate a los que luchan contra mí. 2
Empuña el escudo y la adarga y álzate en ayuda mía. 3
Enristra la lanza y cierra al encuentro de mis enemigos; di a mi alma: Yo soy tu salvación. 4
Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida. Retrocedan, cubiertos de ignominia, los que maquinan el mal. 5
Sean como paja al viento; persígalos el ángel de Yahvé. 6
Sea su camino tiniebla y resbaladero, y el ángel de Yahvé los acose. 7
Porque sin causa me tendieron la red, sin motivo cavaron una fosa a mi alma 3
. 8
Sorpréndalos inesperadamente la ruina, y sean capturados en la red que tendieron, y caigan en la fosa que cavaron. 9
Y mi alma se alegrará en Yahvé y se gozará en su salvación. 10
Todos mis huesos dirán: ¿Quién semejante a ti, ¡oh Yahvé! que libras al desvalido del poderoso, al pobre y al afligido de quien le despoja? En estilo vigoroso y metafórico, el salmista, acosado por sus adversarios,
pide a Yahvé que se levante en su ayuda como invencible guerrero y campeón de la justicia, reivindicando los derechos de los afligidos. Su causa se decide en el campo de batalla y en la sala de juicio4, Es necesario que resplandezca la razón del injustamente perseguido; y para ello, si es preciso, Yahvé debe intervenir violentamente con sus adversarios. Las metáforas son bellas y atrevidas, conforme a la mejor tradición de la literatura poética bíblica. Yahvé es presentado como un hombre de guerra que sale en defensa de los suyos5; es el mejor modo de
decir a su alma que
El es su salvación. Después de pedir el auxilio divino, el salmista se desahoga, conforme al módulo vindicativo de la literatura punitiva del A.T., contra sus enemigos, a los que desea ver
confundidos, presa de la justicia divina6; incluso desea la intervención justiciera del
ángel de Yahvé. En
Sal_34:8 se decía que
el ángel de Yahvé acampa en torno a los justos para defenderlos contra sus adversarios; aquí el salmista desea que no sólo le defienda, sino que ataque y
acose a sus enemigos, lanzándolos lejos como
paja al viento 7, llevada sin consistencia en todas las direcciones. Su camino sea lleno de
tinieblas, para que a causa de sus obstáculos se les convierta en verdadero
resbaladero (v.6), cayendo a cada paso bajo el peso del infortunio. En
Jer_23:12 encontramos expresiones semejantes: sus caminos se les van a volver en
resbaladeros en medio de
tinieblas. Serán empujados por él y caerán, pues voy a hacer sobrevenir sobre ellos males el año de la cuenta, dice el Señor. La dependencia literaria de este fragmento es clara por parte del salmista. A nosotros nos resultan duras estas expresiones, porque vivimos en un estadio de revelación muy superior, cual es el de la moral evangélica, basada en el perdón de las injurias y en el amor al enemigo; pero hemos de tener en cuenta que el nivel moral y espiritual de lo más selecto del A.T. está muy lejos del ideal evangélico, y, por tanto, sus reacciones morales son más primarias. Por otra parte, no debemos perder de vista que las frases son radicales y extremosas, conforme al módulo literario de los autores orientales; y, además,
el salmista ve en su causa la del propio Dios de justicia; por ello desea que en su caso se manifieste la justicia divina contra los enemigos del orden moral. Los impíos se han portado dolosamente con el salmista, pues, como cazadores expertos, se han dedicado a tender la
red para que caiga en ella como en traidora
fosa. También aquí encontramos dependencia del estilo de Jeremías: Me cavan una hoya..., me han cavado una trampa donde cogerme y tendieron a mis pies lazos ocultos 8. Sin embargo, este símil no es raro en el Salterio 9.
El salmista pide a Dios que sus enemigos caigan en las trampas que le tienden en pago a sus malignas maquinaciones 10. Quizá el salmista en estos desahogos
representa no sólo su situación personal, sino la colectividad de los justos perseguidos en la sociedad israelita.
El castigo de los enemigos perseguidores será ocasión de alegría en el justo perseguido,
porque en su salvación verá la manifestación de la justicia divina, en la que tanto tiempo confió frente a las burlas de sus adversarios H. Sus mismos
huesos es decir, todo su cuerpo
participarán de esta íntima alegría, pues en su salvación se manifestará la omnipotencia de Yahvé, que no tiene par cuando se trata de hacer justicia y
librar al
desvalido y
afligido frente a su despojador 12. Quizá en la palabra
huesos haya una alusión a un estado de postración física del salmista como consecuencia de su enfermedad 13, pero puede ser una metáfora
para recalcar la gran alegría que recibirá al ser liberado.
Los perseguidores del salmista son crueles e ingratos (11-18).
11
Alzáronse testigos violentos para demandarme lo que no sabía. 12
Pagáronme mal por bien para abatir mi alma. 13
Yo, empero, cuando ellos estuvieron enfermos, me vestí de saco, afligiendo con el ayuno mi alma, y repetía en mi pecho las plegarias. 14
Me porté (con ellos) como con un amigo, como con un hermano; como si llevase luto por mi madre, (andaba) sombrío y encorvado. 15
Pero ellos se alegraban de mi vacilación y se confabulaban y reunían contra mí, hiriéndome sin yo saberlo, gritando sin descanso14
. 16
Se burlan de mí, haciendo mofa. y rechinan contra mí sus dientes. 17
¿Hasta cuándo, ¡oh Señor! estarás de espectador? Libra mi alma de los que rugen 15
, mi única de los cachorros de león. 18
Te alabaré en medio de la gran asamblea, te ensalzaré en medio de un pueblo poderoso. En esta segunda parte parece que se insinúa que los adversarios del salmista han lanzado contra él falsos testimonios, comprometiendo su fama y su situación social. Le achacan acciones de las que él no tiene conciencia. Son gentes
violentas, que no tienen consideración con las exigencias de la justicia 16; por ello no tienen inconveniente en atrepellar violentamente al justo. Los que suponen que el salmo es de David, creen que aquí se alude a las maquinaciones de sus enemigos en la corte de Saúl, que le acusaban de conspirar contra el rey 17. En realidad, la afirmación del salmista puede aplicarse a cualquier situación de un inocente injustamente acusado. Esta conducta maligna tiene la agravante de su ingratitud, pues
pagaron al salmista
mal por bien (v.12) 18. Y a continuación explica su conducta anterior con sus actuales enemigos: cuando estaban enfermos, oró fervorosamente por ellos a Dios, sin ahorrar
ayunos y demostraciones externas de penitencia, como el vestirse de
saco 19. En su exceso de compasión se mostraba con vestidos de
luto, como si fuera un familiar querido 20. A esta conducta generosa y desinteresada han respondido ellos
alegrándose de su
vacilación o infortunio en la vida, ya sea una enfermedad o una desgracia 21; y, además, se
confabulaban conspirando contra él,
considerándole como un desamparado y maldito de Dios 22. Como a tal le calumnian y atacan,
rechinando los dientes contra él, como la fiera que se apresta a lanzarse sobre la presa 23. Así acosado, el salmista se considera rodeado de leones
rugientes, ávidos de caer sobre su
única, es decir, su vida, que constituye su único bien 24. Por ello pide
ansiosamente a Dios que le libre de sus enemigos, prometiendo expresar solemnemente sus gracias en la
gran asamblea del pueblo, reunido sin duda en el templo 25.
Súplica ardiente para que se reconozca su inocencia (19-29).
19
No se alegren de mí mis falsarios enemigos, no se guiñen el ojo los que sin motivo me aborrecen. 20
Pues tú tienes palabras de paz, y contra los mansos de la tierra traman palabras fraudulentas. 21
Abren contra mí sus bocas, diciendo: ¡Ah, ah! Lo vieron nuestros ojos. 22
¿No lo ves, Yahvé? ¡No calles! ¡Señor mío, no te alejes de mí! 23
¡Despierta y álzate en favor de mi derecho, Dios mío y Señor mío, (sal) en mi defensa! 24
Júzgame según tu justicia, Yahvé, Señor mío, y no se alegren de mí. 25
Que no puedan decir en su corazón: ¡Eah! (Este era) nuestro deseo. Que no digan: ¡Lo hemos devorado! 26
Sean juntamente confundidos y avergonzados cuantos se gozan de mi mal. 27
Sean cubiertos de vergüenza y confusión los que se muestran arrogantes contra mí. 28
Exulten y alégrense los que aman mi justicia, y digan siempre: ¡Ensalzado sea Yahvé, que se deleita en la paz de su siervo! 29
Y mi lengua proclamará tu justicia, todo el día tu alabanza. El salmista pide ser librado de las manos de los que fraudulentamente se confabulan contra él, inventando falsos testimonios; maliciosamente
guiñan el ojo en signo de inteligencia contra
el afligido justo 26, mostrando su satisfacción al verle abandonado y postrado. Inquietos y ambiciosos, conspiran contra los mansos
de la tierra, que pacíficamente se entregan a su vida, respetando los derechos de los demás. Satisfechos de ver arruinado al piadoso,
abren la boca en signo de desprecio 27, y se sienten dichosos al ver cumplido lo que tanto deseaban:
Lo vieron nuestros ojos (v.21). El salmista, ante esta cínica actitud, clama a su Dios para que se decida a intervenir: ¿No
lo ves?. Es el único Salvador, y, por tanto, ansiosamente le pide que no permanezca más como simple y mudo espectador ante tanta injusticia:
¡No calles...! ¡No te alejes de mí! 28 Consciente de su inocencia, le pide que salga a favor de su
derecho y le juzgue conforme a su
justicia 29;
sabe que Dios da a cada uno lo suyo, y, por tanto, en su caso tiene que hacer brillar sus derechos y su inocencia ultrajada.
Sus enemigos son como fieras, que quieren hacerle desaparecer
devorándolo o borrando todas las huellas de su existencia. En
Lam_2:16 encontramos una frase similar: Todos tus enemigos abren la boca contra ti, silban y dentellean contra ti, y dicen: Lo
hemos devorado, es el día que esperábamos, ya llegó, ya lo vimos. 30 El salmista víctima de esta encarnizada hostilidad
pide a Yahvé que se haga justicia sobre sus opresores, que se gozan de su mal; en su arrogancia, pretenden monopolizar el derecho frente al justo, que ahora por su estado de postración
se halla como alejado de su Dios. En realidad, sus cálculos no pueden prosperar,
porque por encima de ellos está el Dios de justicia, y llegará la hora en que serán confundidos y avergonzados al ver que en definitiva es Yahvé quien dice la última palabra en favor de sus fieles 31. Frente a esta legión de malvados se levantan los que
aman la justicia, y, como tales, saben apreciar la situación de inocencia del salmista; éstos se llenarán de gozo
al ver que Yahvé proporciona la paz a su siervo. La liberación del salmista será, en realidad,
la manifestación de la justicia de Yahvé (v.28), y, por ello, aquél entonará
un himno de alabanza perpetua a su Dios. Es la acción de gracias que cierra la mayor parte de las composiciones salmódicas que giran en torno a las aflicciones de los justos 32.
1 Cf. Sam 19:5; 20,1; 24:9.11; 26:18.19. 2 Cf. E. Podechard, O.C., I 102. 3 Así teniendo en cuenta una corrección de la versión siríaca, comúnmente seguida por los críticos. 4 Cf.
Sal_9:4; Sam 24:15; 25:39. 5 Cf.
Isa_49:25;
Exo_15:3;
Deu_32:41s. 6 Cf.
Sal_40:15;
Sal_38:13. 7 Cf. Sai 1:4. 8
Jer_18:22. 9 Cf.
Sal_7:16;
Sal_9:16. 10 Cf.
Sal_7:16;
Sal_9:16; 47:7- 11 Cf.
Exo_15:11-12;
Sal_18:34;
Sal_71:20;
Sal_86:9. 12 Cf.
Exo_15:11 ;
Miq_7:18. 13 Cf.
Sal_6:4;
Sal_31:12. 14 Lit. el TM heridos. Leyendo
qor'u en vez de
qor'u (desgarraron), tenemos gritaron. 15 Así leyendo misho'agim (rugientes) en vez de
misho'e(y)hem (sus mentiras). 16 Cf.
Exo_23:1;
Deu_19:16;
Sal_27:13. 17 Cf.
1Sa_24:9. 18
Sal_38:11;
Sal_109:4-5;
Jer_18:20. 19 Cf.
Sal_30:12. 20 Cf. 2 Sarn 12:15-23;
Sal_69:11-12;
Neh_1:4;
Est_4:153. 21 Cf.
Sal_38:18;
Jer_20:10. 22 Cf.
Sal_38:18;
Ose_13:8. 23 Cf.
Sal_37:12;
Sal_112:10;
Job_16:9;
Lam_2:16. 24 Cf.
Sal_22:21;
Sal_22:14-22. 25 Cf.
Sal_22:22.25;
Jer_40:9.10. 26 Cf.
Pro_6:12-14;
Eco_27:22;
Pro_10:10. 27 Cf.
Isa_57:4. 28 Cf.
Sal_28:1;
Sal_29:13;
Sal_22:12. 29 Cf.
Sal_7:9;
Sal_26:1. 30 Cf.
Sal_124:3;
Pro_1:12. 31 Cf.
Sal_40:16;
Sal_50:3-5;
Pro_109:29. 32 Cf.
Sal_71:8.15.24.