Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 73 (Vg 72): El Enigma de la Felicidad de los Malvados.
E n este salmo se plantea el gran escándalo para las almas justas del A.T.: ¿Por qué prosperan los impíos en esta vida? ¿Cómo es que Dios no les da el merecido según sus obras? El salmista aborda el problema y lo resuelve a las luces del A.T., cuando aún no había esperanza de retribución en ultratumba: el triunfo de los impíos es efímero, pues cuando más eufóricos están les llega leí hora del castigo fulminante divino. El poema, de tipo sapiencial, se divide en cinco secciones netas:
a) prosperidad de los malvados (1-5);
b) sus malas acciones son un escándalo para los justos (6-11);
c) los sufrimientos del justo (12-17);
d) la suerte desgraciada de finiüva de los perversos (18-22);
e) la suerte del justo: unión con Dios (23-28).
El problema planteado en este salmo es semejante al del libro de Job y al de los salmos 38 y 49. El salmista muestra su inquietud por la anomalía de la prosperidad de los impíos; es una piedra de escándalo que está a punto de hacer debilitar su fe. Por razones estilísticas, los críticos comúnmente suponen que este poema sapiencial es de época tardía: su lenguaje es poco clásico y abundan los arameísmos.
La escandalosa prosperidad de los malvados (1-5).
1
Salmo de Asaf. Ciertamente Dios es bueno para el hombre recto 2
, para los limpios de corazón! 2
Estaban a punto de deslizarse mis pies, por nada resbalaban mis pasos, 3
pues tuve envidia de los insensatos viendo la paz de los impíos. 4
Pues no hay para ellos tormentos; están sanos y rollizos. 5
No tienen parte en las humanas aflicciones y no son atribulados como los otros hombres. Antes de iniciar la descripción de la prosperidad del pecador, el salmista da la clave final de solución al problema,
declarando que Dios es bueno para el que le es fiel, que será la tesis de todo el salmo. A pesar de las apariencias que va a exponer, Dios es bondadoso con los justos. Sólo exige
pureza de corazón y rectitud íntima para otorgar su favor al hombre 3.
Con tocia sinceridad, el poeta declara que ha estado a punto de perder su fe en la Providencia al ser testigo de la prosperidad de los malvados, pues ha llegado hasta tener envidia de su situación prevalente en la sociedad.
Su paz y bienestar contrastan con la inquietud del justo4. Gozan de buena salud y parecen libres de las tribulaciones que afectan al común de los hombres (v.5).
Desvergonzada insolencia de los impíos (6-11).
6
Por eso la soberbia los ciñe como collar, y los cubre la violencia como vestido. 7
Sus ojos se les saltan de puro gordos 5
y dejan traslucir los antojos del corazón. 8
Motejan y hablan malignamente, y altaneramente declaran sus propósitos perversos. Q Ponen su boca en el cielo, y su lengua se agita por la tierra. 10
Por eso el pueblo se vuelve tras ellos, y e sorben ? boca, llena esas aguas, 11
Y dicen: ¿Lo sabe acaso Dios, lo conoce el Altísimo? Consecuencia de esa prosperidad desbordante es la insolencia y orgullo que los caracteriza ante la sociedad. Se creen con derecho, en su prepotencia, para
violentar y oprimir a los demás6. Con una bella metáfora, el poeta describe la
soberbia de los impíos, que se destaca en ellos como un
collar brillante o como un
vestido llamativo. En su mirada altiva y saltona se reflejan las demasías y
antojos injustos de su corazón (v.7). Lejos de ocultar sus perversos pensamientos, los declaran con altanería para herir a los demás. Con toda insolencia se atreven a hablar contra Dios
ponen su boca en el cielo y contra los hombres en la tierra. Como consecuencia, la masa del pueblo los sigue y acepta sus juicios superficiales y blasfemos (v.10). La prosperidad de los malvados atrae a las gentes irreflexivas, y aceptan sus
modos de obrar prescindiendo de la Ley divina. Para ellos, Dios no se preocupa de las cosas que aquí pasan, y, en consecuencia, no tiene providencia de los seres humanos (v.11). Es inútil, pues, seguir el camino de la virtud, ya que en esta vida triunfan los oportunistas sin escrúpulos de conciencia.
La inquietud del salmista (12-17).
12
Helos ahí: son impíos, pero tranquilos constantemente aumentan la fortuna. 13
En vano, pues, he conservado limpio mi corazón y he lavado mis manos en la inocencia; 14
y fui flagelado de continuo y castigado cada mañana. 15
Pero si dijere: Hablaré como ellos, renegaría de la generación de tus hijos. l6
Púseme a pensar para entender esto, pues era cosa ardua a mis ojos; 17
hasta que penetré en el misterio de Dios 7
y puse atención a sus postrimerías.
El gran escándalo: a pesar de ser impíos, prosperan y viven
tranquilos, acumulando riquezas sin cuento8. Esta realidad le turbó al principio, pues cree que su vida de virtud no sólo no le reporta ventaja alguna, sino que le trae calamidades
cada mañana. El ser fiel a Dios y a su Ley supone gran sacrificio,
pues es exponerse a la pobreza y a la incomprensión 9. Aparentemente, la piedad no le ha traído sino incomprensiones sin cuento. Esta es la realidad de cada día.
Pero la reacción del salmista es mucho más profunda: si se dejara llevar de las apariencias, aceptando sus juicios superficiales apartándose de Dios , sería traidor a los de su
comunidad de yahvistas fervorosos 10.
El pueblo israelita, vinculado a Yahvé por un pacto solemne, es llamado hijo de Dios. 11 El salmista se siente íntimamente relacionado con los destinos de la familia de Dios, y por eso,
reflexionando más sobre el problema, creyó llegar a la solución verdadera del enigma penetrando en el misterio
de Dios: la clave del problema, está en la consideración de las postrimerías del pecador, el fin siniestro que le espera (v.17). Su prosperidad es momentánea, pues
a la hora de la verdad se encontrará con la justicia divina.
La inestable prosperidad de los impíos (18-22).
18
Ciertamente los pones tú en resbaladero y los precipitas en la ruina. 19
¡Cómo en un punto son asolados! Acaban, y son consumidos por el espanto. 20
Son como sueño del que se despierta; y tú, Señor, cuando despertares, despreciarás su apariencia. 21
Cuando se exacerbaba mi corazón y sentía un aguijón en mis riñones, 22
es porque era un necio y no sabía nada; era para ti como un bruto animal. La prosperidad cíe los malvados, en realidad, es un
resbaladero, un camino engañoso que los lleva a la ruina total, a la muerte afrentosa. Es la vía más expedita para la ruina, aunque aparentemente parece lo contrario. Cuando están más desprevenidos, les sobreviene la muerte, y entonces toda su prosperidad les resulta como un sueño, del que no queda más que la
apariencia: un fantasma sin consistencia.
Esta es la gran realidad que se impone después de la madura reflexión. Por eso, los sentimientos de envidia que el salmista tenía por la prosperidad de los malvados resultaba fruto de la irreflexión. Las impaciencias e inquietudes 12 antes sentidas eran fruto de un espíritu poco inteligente, pues reaccionaba como un bruto animal (v.22).
Confesión de fidelidad a Dios (23-28).
23
Pero yo estaré siempre a tu lado, pues tú me has tomado de la diestra. 24
Me gobiernas con tu consejo y al fin me acogerás en gloria. 25
¿A quién tengo yo en los cielos? Fuera de ti, en nada me complazco sobre la tierra. 26
Desfallece mi carne y mi corazón; la roca de mi corazón y mi porción es Dios por siempre. 27
Porque los que se alejan de ti perecerán; arruinas a cuantos te son infieles. 28
Pero mi bien es estar apegado a Dios, tener en el Señor Yahvé refugio para poder anunciar todas tus obras (en las puertas de la hija de Sión) 13
. Frente a toda veleidad posible por la prosperidad momentánea del pecador, el salmista declara mantenerse fiel siempre a su Dios. Esta fidelidad probada al Señor tendrá por resultado
que al fin será acogido en gloriat es decir, se reconocerá su virtud y se la premiará, siendo así glorificado ante la comunidad social. No encontramos aquí declarada la esperanza de la glorificación en la otra vida como nosotros la entendemos en la perspectiva cristiana; ésta es, en realidad, la clave para resolver el enigma de los sufrimientos del justo en esta vida, pero no la encontramos hasta el libro de la Sabiduría 14. Si el salmista hubiera llegado a estas claridades, de seguro que hubiera sido más explícito en el planteamiento del problema sobre la inestabilidad de la prosperidad de los pecadores. El pensamiento central del salmo versa sobre el hecho de que esta prosperidad es momentánea, pues Dios se la quitará cuando menos lo piensen. No va más lejos la perspectiva del hagiógrafo. La palabra
gloria tiene aquí, como en otros lugares, el sentido de honor 15, y no el de glorificación espiritual después de la muerte en el sentido de la teología cristiana.
El salmista declara su adhesión inquebrantable al que está en los cielos, y fuera de El no encuentra nada digno de su amor,
porque Dios es el centro de su corazón. Fuera de El no hay seguridad; por eso los impíos perecerán inexorablemente. Bajo su protección espera el salmista vivir tranquilamente para poder anunciar las obras maravillosas de Dios a sus contemporáneos.
1 Cf.
1Cr_15:16-19;
1Cr_16:4.5.7.37:
2Cr_41:43;
2Cr_5:12. 2 El TM lee: para Israel. Así la
Bib. de ]ér. No obstante, no pocos autores Cales, Podechard, Herkenne corrigen para el recto, leyendo layyáshar El en vez de leyi$ráel. 3 Cf.
Sal_24:3s. 4 Cf.
Job_21:7s;
Sal_37:1;
Pro_3:31;
Pro_23:17;
Pro_24:1.19. 5 La
Bib. de Jet,: La malicia les sale de la grosura*, Así los LXX y Podechard
. 6 Cf.
Sal_10:2-4;
Pro_1:9;
Sal_109:17. 7 Lit. el TM: santuarios de Dios. No pocos autores lo entienden del templo de Jerusa-lén, en cuyos atrios habría el salmista entendido el enigma cíe la prosperidad de lúa impíos, 8 Cf.
Job_3:26;
Job_3:12.7 9 Cf.
Sal_39:9-10;
Job_7:18. 10 cf.
Deu_14:1; Os 2,t. 11 Cf.
Exo_4:32; Gal 3:
Gal_2:6. 12 Los
ríñones son considerados como centro de emociones (cf.
Sal_7:8). 13 Falta en el TM, pero está en los LXX. 14 Sab 3:1s. 15 Cf.
Sal_62:6;
Sal_84:10;
Sal_112:8;
Sal_149:4.