Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 74 (Vg 73): La Desolación del Templo Destruido.
E sta lamentación colectiva responde a la tragedia del pueblo escogido: la ciudad en ruinas y el templo de Dios profanado. El poeta evoca las glorias del pasado; parece como si Yahvé hubiera abandonado a su grey; incluso ya no se oye la voz reconfortante de los profetas, que comunicaban los oráculos de parte de Dios, que es el Creador de todo y ha elegido a Israel como pueblo suyo; pero ahora parece que se ha olvidado de las antiguas promesas. ¿Valía la pena haberlo rescatado de Egipto para ahora dejarle abandonado, sin culto ni vida religiosa? ¿Es que no tiene el poder mostrado en otras ocasiones en favor de Israel? Por otra parte, las maravillas de la creación pregonan su omnímodo poder para hacer los mayores portentos no sólo en la naturaleza, sino también en la historia de los pueblos y de los hombres.
El poema se divide netamente en cuatro estrofas, aunque la distribución rítmica es desigual.
Respecto de la fecha de composición del salmo, los críticos no convienen en sus opiniones, ya que, mientras unos autores creen que fue redactado después de la destrucción de Jerusalén por el ejército de Nabucodonosor en el 586 a.C., otros, en cambio, creen que la situación refleja más bien la persecución de los tiempos macabeos, aludiéndose a la profanación del templo por los emisarios de Antíoco IV Epífanes (en el 168 a.C.) 1. Una tercera opinión de compromiso supone que, sustancialmente, el salmo es de la época de la cautividad babilónica, pero que fue retocado con adiciones posteriores. Así se explican las alusiones a la existencia de las sinagogas y la afirmación de que ya no hay profetas, cosa difícilmente inteligible en los tiempos de Jeremías y Ezequiel.
La profanación del santuario de Yahvé (1-8).
1
Maskil de Asaf. ¿Por qué, ¡oh Dios! nos has rechazado para siempre? ¿Por qué arde tu furor contra las ovejas de tu redil 2
Acuérdate de tu comunidad, que desde antiguo adquiriste, la que redimiste como tribu de tu heredad; del monte Sión, en que pusiste tu morada. 3
Dirige tus pisadas hacia estas ruinas sin fin. El enemigo lo ha saqueado todo en el santuario. 4
Rugían tus enemigos en el lugar de tu asamblea y pusieron allí por trofeos sus enseñas. 5
Parecían como gente que alza el hacha en medio de tupido bosque. 6
Y hasta las esculturas a una destruyeron con hachas y martillos. 7
Prendieron fuego a tu santuario y echaron a tierra y profanaron la morada de tu nombre. 8
Decían en sus corazones: Destruyámoslos de un golpe. Han quemado todos los lugares de asamblea de Dios en el país. La actitud de Yahvé es desconcertante para las almas justas: ¿Los ha abandonado definitivamente? ¿No son los israelitas las
ovejas de su redil? 3 ¿Puede un pastor abandonar totalmente a su rebaño? Estos son los interrogantes que el salmista eco de la parte más religiosa de la sociedad judía se plantea ante la destrucción y profanación de lo más sagrado: el templo de Yahvé. Si Israel es el rebaño de Dios, tiene derecho a ser guardado y protegido4. Por otra parte, Yahvé lo ha comprado para ser su porción y
heredad 5, y ha establecido su
morada en Sión. No puede, pues, abandonarla y permitir que sus enemigos la profanen impunemente. ; De modo patético describe las ruinas humeantes de la ciudad y del santuario e invita al Señor para que las visite y tome las decisiones pertinentes (v.3). Las
enseñas militares del ejército pagano han sido colocadas en el templo (v.4). Quizá se aluda aquí a la erección de las divinidades paganas por los emisarios de Antíoco IV Epífanes 6. El ejército invasor talaba y destrozaba todo como leñadores en el bosque 7; todo fue pasto del fuego, quedando así profanada
la morada que se honraba con el nombre de Yahvé (v.7) 8. Y no sólo se ensañaron con el templo de Jerusalén, sino que también destruyeron las sinagogas o
lugares de asamblea religiosa del país 9.
¿Israel abandonado de Dios? (9-17).
9
Ya no vemos señales prodigiosas a favor nuestro; ya no hay ningún profeta, ni nadie entre nosotros que sepa hasta cuándo. 10
¿Hasta cuándo, ¡oh Dios! insultará el opresor y sin cesar blasfemará tu nombre el enemigo? 11
¿Por qué retraes tu mano y retienes tu diestra en el seno? 12
Pues Dios es ya de antiguo mi rey, el que obra salvaciones en la tierra. 13
Con tu poder dividiste el mar y rompiste en las aguas las cabezas de los monstruos. 14
Tú aplastaste la cabeza del Leviatán y le diste en pasto a las fieras del desierto. 15
Tú hiciste brotar fuentes y torrentes y secaste ríos caudalosos 10
. 16
Tuyo es el día, tuya es la noche; tú estableciste la luna y el sol. 17
Tú marcaste los límites a la tierra; tú fijaste el verano y el invierno. La situación se torna angustiosa, porque no hay indicios de que Dios les muestre su solícita protección, como en otro tiempo en los momentos críticos. No hay
señales prodigiosas que muestren el interés divino por su causa. Para colmo, faltan los
profetas, que pudieron comunicar
hasta cuándo se extiende esta situación desesperada n. Esto tiene mejor explicación en los tiempos macabeos, cuando había desaparecido la institución profética; pero ya el autor de las Lamentaciones clamaba sobre las ruinas humeantes de Jerusalén después de la invasión babilónica: Los profetas no reciben visión de Yahvé.12
El salmista se encara con Dios, y, apelando a sus intereses divinos, le declara que ahora domina el opresor,
que blasfema de su nombre. Por su propia dignidad y honor debe, pues, salvar esta situación crítica (v.10). El no intervenir a favor de su pueblo puede interpretarse como impotencia por su parte, y entonces sus enemigos blasfemarán insolentemente contra El13. El salmista, en cambio, está seguro de que Dios es omnipotente ahora, como lo fue en la antigüedad, cuando mostró su poder contra los enemigos de Israel. ¿Por qué ahora
retrae su mano y no interviene castigando a los que le insultan y pisotean a su pueblo? Su
diestra, en otro tiempo extendida contra los egipcios 14, parece ahora paralizada y oculta en el seno.
Sin embargo, Yahvé es el
rey de su pueblo y en todo momento
obra salvaciones y portentos para liberar a los suyos. A pesar de su actual inactividad, sigue siendo el soberano único de Israel. Su omnipotencia se mostró en otro tiempo en el paso del mar Rojo,
dividiendo las aguas y aplastando la cabeza del
Leviatán el poder faraónico 15 , descuartizándolo y entregándolo a las
fieras del desierto (v.14). El poeta juega en estas metáforas con dos tradiciones antiguas: una folklórica, relativa a la leyenda de la lucha de Dios con los monstruos marinos y con el abismo primitivo para imponer el orden en el cosmos recién creado 16, y otra épica popular: la liberación milagrosa de Egipto con la victoria sobre el faraón y su ejército, simbolizado en el
Leviatán, monstruo marino que aparece en los escritos bíblicos simbolizando a Egipto 17 y también en los textos de Ras Shamra 18. El poder de Yahvé se mostró al matar al monstruo marino sacándolo a tierra, para que fuera pasto de las fieras salvajes.
El poder de Dios se manifestó también en la formación de las fuentes y torrentes, así como en la desecación de los ríos. Nada resiste a su fuerza: domina los elementos líquidos, alimentando misteriosamente a las fuentes de donde nacen los ríos; pero también muestra su poder secando a éstos, como lo hizo en el Jordán para que pasaran los israelitas a pie enjuto 19. Con la misma facilidad había hecho salir agua de la roca en el desierto 20.
La omnipotencia divina se extiende hasta determinar la distinción del
día de la
noche, haciendo aparecer el
sol o la
luna según su beneplácito. Las leyes que rigen la naturaleza son expresión de la voluntad divina. Con su omnipotencia señaló los
límites de la tierra frente al mar tumultuoso 21 y la distinción de las estaciones del año (v.17).
Súplica angustiada de auxilio contra el insolente enemigo (18-23 ).
18
Acuérdate de esto: el enemigo blasfema de Yahvé, y un pueblo insensato ultraja tu nombre. 19
No entregues a las fieras el alma de tu tortolilla, no tengas por tanto tiempo en olvido a tus afligidos. 20
Mira a tu alianza, pues está la desdichada tierra llena de violencias. 21
Que no se vea confuso el afligido, y el pobre y el menesteroso alaben tu nombre. 22
álzate, ¡oh Dios! y defiende tu causa. Acuérdate de los ultrajes que continuamente te hace el insensato. 23
No olvides los gritos de tus enemigos, el tumulto siempre creciente de los que se alzan contra ti. Una vez declarada la omnipotencia divina, manifestada en las leyes de la naturaleza y en los prodigios de la historia en favor de Israel, el poeta vuelve a suplicar a Yahvé que intervenga para acallar las voces
blasfemas de sus enemigos, que se creen vencedores y fuera del alcance de su omnipotencia. él pueblo elegido ahora es como una tímida
tortolilla que es perseguida por todos y cuya
alma o vida está en peligro (v.19). Por otra parte está la antigua
alianza con los patriarcas 22 y con el pueblo en el Sinaí 23, que reclama las promesas de protección solemnemente selladas por Dios. La corrupción y la
violencia dominan la tierra; nadie puede salir por el
pobre y menesteroso sino el propio Yahvé 24.
Está en juego la
causa de Dios, ya que, si no sale en favor de los suyos, los impíos quedarán como triunfadores burlándose de la supuesta protección divina prometida a los que son fieles a su Ley (v.22). El
insensato el impío y descreído ultraja impunemente a Dios y a los suyos; la hostilidad de sus enemigos aumenta constantemente, y, por tanto, urge la inmediata intervención de la justicia divina en favor de los suyos.
1 Cf.
1Ma_1:21-24;
1Ma_4:38;
2Ma_5:16.21;
2Ma_1:8;
2Ma_8:33. 2
Maskil es generalmente interpretado en el sentido de didáctico. 3 Cf.
Jer_23:1;
Eze_24:31;
Sal_79:13;
Sal_95:7;
Sal_95:100,
Sal_95:3. 4 Cf.
Sal_80:1;
Sal_77:19;
Jer_31:10; éz 34:1ss. 5 Cf.
Exo_15:13.16;
Sal_77:141 Deu_32:6. 6 Cf.
1Ma_1:45-491Ma_1:-54;
1Ma_1:59;
1Ma_3:48. 7 Cf.
1Re_6:20-35;
1Re_14:26;
2Re_14:14;
2Re_16:5;
2Re_18:23. 8 Cf.
2Re_25:9;
Lam_2:2-3. 9 Cf.
Lam_1:4;
Lam_2:6. 10 Lit. ríos eternos, es decir, perennes, que no se secan. 11 Cf.
Eze_30:12. 12
Lam_2:9;
Ez 7:26. 13 Cf.
Isa_10:1-1;
Isa_36:18;
Dan_7:25;
Dan_11:36. 14 Cf.
Sal_78:42;
Sal_89:12;
Job_27:11;
Jer_16:21. 15 Cf.
Isa_37:1;
Isa_51:9;
Eze_29:3. 16 Cf. C. Jean,
Le Milieu Biblique II p.86-93; P. dhorme,
Choix des textes reí. assyro-bdbyloniens p.15-i7. 17 Cf.
Isa_37:1. En
Job_40:105 se le identifica con el cocodrilo, característico de Egipto. 18 Cf. R. Dussaud, Les découvertes de Ras Shamra et l'A.T. (1937) P-75- 19 Cf. Jos 3.1s;
Isa_4:23. 20 Cf.
Exo_17:6;
Num_20:8;
Sal_78:14;
Isa_48:21. 21 Cf.
Sal_104:8;
Job_38:85;
Jer_5:22. 22 Cf.
Gen_17:25. 23 Cf.
Exo_24:8. 24 Cf.
Sal_9:8;
Sal_10:17.