Levítico 8, 22-35

Hizo luego traer el segundo carnero, el carnero del sacrificio de investidura, y Aarón y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del carnero. Moisés lo inmoló y, tomando parte de su sangre, untó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho. Después Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón, les untó con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho; y derramó la sangre sobre el altar, todo alrededor. Tomó luego la grasa, el rabo, toda la grasa que cubre las entrañas, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y la pierna derecha. Sacó del canastillo de los ázimos que estaba ante Yahvé un pan ázimo, una torta de pan amasada con aceite y otra torta untada, y los puso sobre la grasa y sobre la pierna derecha. Lo puso todo esto en manos de Aarón y en manos de sus hijos, e hizo con ello el rito de balanceo ante Yahvé. Luego Moisés lo tomó de sus manos y lo quemó en el altar, encima del holocausto. Fue el sacrificio de investidura, calmante aroma, manjar abrasado en honor de Yahvé. Moisés tomó entonces el pecho e hizo con él el rito de balanceo ante Yahvé; era ésta la porción del carnero de la investidura que correspondía a Moisés, como Yahvé se lo había mandado.
Después Moisés tomó óleo de la unción y sangre de la que había encima del altar, y roció a Aarón y sus vestiduras, así como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos. Así consagró a Aarón y sus vestiduras, así como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos.
Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: «Coced la carne a la entrada de la Tienda del Encuentro y comedla allí mismo; comed también el pan del canastillo de la investidura tal como lo he mandado diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán. Quemaréis las sobras de la carne y del pan. Y no os apartaréis de la entrada de la Tienda del Encuentro por espacio de siete días, hasta que se cumplan los días de vuestra investidura; porque siete días durará vuestra investidura. Yahvé ha mandado que se proceda como se ha procedido hoy para hacer expiación por vosotros. Así os quedaréis siete días, día y noche, a la entrada de la Tienda del Encuentro, guardando la norma de Yahvé, y así no moriréis, pues así me fue ordenado.»
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