Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
49. El Siervo de Yahvé. Gloria de Israel. Consolación de Sión.
Elección del Siervo de Yahvé (1-4).
Este fragmento, que versa sobre un misterioso
Siervo de Yahvé, encuentra su relación lógica en el otro
Deu_42:1-4. Ese
Siervo de Yahvé tiene un mensaje que transmitir a las naciones.
1Oídme, islas; atended, pueblos lejanos: Yahvé me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi madre me llamó por mi nombre. 2Y puso mi boca como cortante espada, me ha guardado a la sombra de su mano, hizo de mí aguda saeta y me guardó en su aljaba. 3El me ha dicho: Tú eres mi siervo, en ti seré glorificado. 4Yo me dije: Por demás he trabajado, en vano y por nada consumí mis fuerzas; pero mi causa está en manos de Yahvé, mi recompensa en mi Dios. La introducción es enfática y solemne. Lo que el profeta va a proclamar es tan importante que se invita a las
islas (v.1) a prestar atención a las palabras del
Siervo de Yahvé, el cual tiene una misión universal que desempeñar (v.6). Las
islas son los países costeros del Mediterráneo en general (cf. 41:1). Todos los pueblos van a recibir un mensaje inaudito de parte de un enviado de Dios, cuya misión se extiende hasta los confines de la tierra (
pueblos lejanos, v.1). Y su condición es tan excepcional, que no ha sido elegido, como Moisés y otros profetas, durante su vida, sino que desde
el seno materno le ha llamado Yahvé para confiarle una misión única. Jeremías había sido designado para profeta entre los pueblos (
Jer_1:5); aquí el Sierro
de Yahvé ha recibido una misión más concreta y sublime, ya que por su misión hará que la salvación llegue hasta los confines de la tierra (19-5). Por su entrega total a esta misión divina merecerá el nombre por antonomasia de
Siervo de Yahvé. Para ello le ha dotado de cualidades excepcionales de predicador. Tendrá tal penetración su palabra en el auditorio, que será como
espada (
Heb_4:12;
Rev_1:16). Este símil también insinúa el efecto doloroso de su palabra, en cuanto creará una situación de angustia y de contradicción en los corazones de los oyentes, sobre todo en los que se opongan a ella. Además, en la imagen del profeta parece contraponerse el modo de conquistar los corazones por parte del
Siervo de Yahvé, por la persuasión, la modestia y la palabra, y el de los conquistadores orientales, por la espada y la violencia. El
Siervo de Yahvé no tendrá otra espada que su palabra insinuante e incisiva. Y sigue el símil militar:
me ha guardado a la sombra de su mano (v.2), e.d., como el guerrero acaricia la empuñadura de la espada y la protege para que no se la arrebaten, así Dios protege y acaricia al
Siervo de Yahvé, instrumento de su especialísima providencia en un momento dado de su historia, convirtiéndole en
aguda saeta. en su aljaba, dispuesta a lanzarla para ganar los corazones de las gentes para su causa. A continuación explica, sin metáforas, lo anterior:
me ha dicho: Tú eres mi siervo (v.3), e.d., el instrumento por el que Yahvé será
glorificado, aludiendo al resultado favorable de la misión de dicho Siervo, la cual, por otra parte, será ardua y llena de obstáculos. En 44:43 se dice que Yahvé será
glorificado en Israel por la liberación portentosa que Yahvé
va a realizar en el pueblo elegido. En cambio, aquí Yahvé es
glorificado por la prodigiosa obra realizada por el misterioso Siervo objeto de sus complacencias.
El v.4 nos transporta ya a otra fase de la actividad del Sierro, pues ya ha cumplido en parte su misión. Su obra ha sido tan ardua, que por un momento parece desfallecer. El fruto conseguido en la conversión de Israel ha sido tan escaso que parece que su labor ha sido un fracaso:
en vano consumí mis fuerzas (v.4); pero reacciona inmediatamente ante el pensamiento de que su
causa está en manos de Yahvé. Ha cumplido la voluntad de éste, y, por tanto, al ser juzgado (
mi causa)
recibirá la
recompensa del mismo Yahvé 2.
La misión del Siervo de Yahvé (5-7).
5 Y ahora dice Yahvé, el que desde el seno materno me formó para siervo suyo, para devolverle a Jacob, para congregarle a Israel 3, pues soy honrado a los ojos de Yahvé, y mi Dios es mi fuerza. 6 Dijo: Ligera cosa es para mí que seas tú mi siervo, para restablecer las tribus de Jacob y reconducir a los salvados de Israel. Yo te he puesto para luz de las gentes, para llevar mi salvación hasta los confines de la tierra. 7 Así dice Yahvé, el Redentor de Israel, su Santo, al menospreciado de alma, abominado de las gentes, al esclavizado por los soberanos: Reyes verán y se levantarán, príncipes se prosternarán a causa de Yahvé, que es fiel; el Santo de Israel, que te ha elegido. La primera misión del
Siervo de Yahvé es hacer retornar a Jacob-Israel a Yahvé, convirtiéndolo (cf.
Mat_15:24). Dios responde a la reflexión del Siervo (
yo dije: Por demás he trabajado v.4) con una nueva intimación (
Y ahora dice Yahvé)
: su misión no se limitará a
devolver a Jacob, sino que es de mucho más alcance:
yo te he puesto para luz de las gentes (v.6). Para Dios, la restauración de Israel es
cosa ligera (v.6) en comparación con la otra de ser misionero de los gentiles. Lejos de sentirse decepcionado por la obra realizada en su pueblo, considerándola infructuosa, debe prepararse para otra obra de mayor envergadura, como es la de llevar la
luz a las gentes. hasta los confines de la tierra (v.6). Dios tiene unos planos salvíficos sobre todos los hombres
(llevar mi salvación hasta los confines de la tierra, v.6). Los
salvados de Israel son los que se han librado de las sucesivas pruebas a que Dios sometió al pueblo elegido, lo que en la literatura profética aparece bajo la denominación de
resto de Israel (cf. 10.20;
Eze_6:12).
La misión del Siervo de Yahvé, cuando logre todo su fruto, será objeto de la admiración de los reyes y príncipes, que se
levantarán y se
prosternarán (v.7), reconociendo su calidad de enviado de Dios. Y todo esto será obra de
Yahvé, que es fiel., que te ha elegido. Es la
recompensa (v.4) a toda su obra misionera4.
Liberación de los exilados (8-13).
8 Así habla Yahvé: Al tiempo de la gracia te escucharé, el día de la salvación vendré en tu ayuda y te formaré y te pondré por alianza de mi pueblo, para restablecer al país, para repartir las heredades devastadas. 9 Para decir a los presos: Salid, y a los que moran en tinieblas: Venid a la luz. En todos los caminos serán apacentados 5 y en todas las alturas peladas tendrán sus pastos. 10 No padecerán hambre ni sed, ni les afligirá el viento solano ni el sol, porque los guiará el que de ellos se ha compadecido, y los llevará a manantiales de agua. n Yo transformaré todos los montes en caminos, y se levantarán mis calzadas. 12 He aquí que vienen ellos de lejos, éstos del septentrión y del mar, aquéllos de la tierra de Sinim. 13Exultad, cielos, y salta de gozo, tierra; que los montes prorrumpan en júbilo, porque ha consolado Yahvé a su pueblo, ha tenido compasión de sus afligidos. Yahvé se muestra complaciente
al tiempo de gracia (v.8),
el día de la salvación del pueblo elegido como fruto de la misión del Sierro
de Yahvé. Este será la
alianza de un pueblo (cf. 42:6), e.d., el intermedio en las nuevas relaciones entre Dios e Israel, en la nueva teocracia que seguirá al retorno del exilio, es decir,
en la era mesiánica. La misión del
Siervo de Yahvé aquí vuelve a centrarse en torno a Israel:
para restablecer al país (v.8) y
repartir las heredades devastadas, hacer una nueva redistribución de Tierra Santa después del exilio, como en otro tiempo al entrar Israel en Canaán. Para ello, la labor primera es liberar a los presos (v.8), que están en las
tinieblas, e.d., cárceles tenebrosas. Después sigue la descripción ideal del retorno con las imágenes conocidas de Israel
volviendo bajo la protección de Dios. Hasta
las alturas peladas (v.8) se cubrirán de pastos como los
caminos para que el rebaño de Israel no sufra
hambre (v.10) ni sed, pues Yahvé los llevará
a manantiales de aguas (v.10), los dos grandes peligros para los que atraviesan los desiertos. Tampoco el siroco, o
viento solano, los atormentará. Incluso Dios les facilitará el camino tortuoso
(tornaré todos los montes en caminos, v.11). Dios establecerá rutas nuevas,
mis calzadas (v.11), para que la marcha se facilite en todo lo posible. La descripción es totalmente ideal. En realidad, el retorno que conocemos por la historia fue bien penoso; pero ya hemos indicado que los profetas suelen simplemente conocer el hecho futuro sin las circunstancias concretas.
Con su mente oriental idealizan las situaciones para despertar anhelos e ilusiones en el pueblo.
Y el profeta asiste asombrado al espectáculo del retorno. Vienen de todas partes, no sólo de Babilonia. La dispersión ha sido muy amplia, y ahora llega el momento de volver al hogar patrio. Vienen del norte y del oeste (
el mar, e.d., Mediterráneo, v.12) y de la
tierra de Sinim6
. Son diversas las opiniones sobre la localización de esta región. Para unos sería la lejana China (
Sina: Sinim), opinión generalmente abandonada, pues esa región parece fuera del alcance de los conocimientos geográficos de la época del autor. La opinión más generalizada es la que identifica
Sinim con
Syene o Asuán actual, en el alto Egipto (cf.
Eze_29:10). Algunos identifican
Sinim con
Sin (
Pelusium), en la frontera nordeste de Egipto, o con Fenicia (
Gen_10:17 : Sin)7.
Por fin, el profeta prorrumpe en una explosión lírica, semejante a la
Deu_44:23, ante el horizonte luminoso de la próxima liberación, ya que Yahvé se ha compadecido de sus
afligidos (v.13) israelitas, trayéndoles un mensaje de consolación.
Especial solicitad de Dios sobre Israel (14-19).
14 Sión decía: Yahvé me ha abandonado, y mi Señor se ha olvidado de mí. ¿Puede acaso una mujer olvidarse de su mamoncillo, no compadecerse del hijo de sus entrañas? 15Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaría. 16 He aquí que te tengo grabada sobre las palmas de las manos, y tus muros están siempre delante de mí. 17 Vienen aprisa tus reconstructores8, y tus aseladores y destructores se van de ti. 18 Levanta en torno tus ojos y mira, todos se reunieron para venir a ti. Por mi vida, dice Yahvé, que te revestirás de ellos como de ornamento, y te ceñirás de ellos como novia, 19 Porque tus ruinas y devastaciones y tu país asolado serán estrechos para los moradores, y se alejarán los que te devoraban. El profeta se considera en la situación de Sión, deprimida por el espectáculo de la desolación, pensando en que Yahvé la había
abandonado (v.14), y se considera como una madre sin hijos,
y no-puede creer en las esperanzas gloriosas precedentes que le anuncia, el profeta. A esto contesta el mismo Yahvé que no puede olvidar a Sión, pues le profesa un amor más fuerte que el maternal, el amor más sincero y profundo:
¿puede una mujer olvidarse de su mamoncillo? (v.14); y con acento enfático le dice confidencialmente que la tiene
grabada en las palmas de sus manos (v.16), aludiendo con ello a los tatuajes que los devotos se hacían en señal de consagración a sus divinidades, por lo que se consideraban como propiedad de éstas (
Deu_44:5). Yahvé lleva en las
palmas de sus manos grabado en el plano de la ciudad de Sión, de modo que pueda tenerla siempre presente para no olvidarla; por eso sus
muros están siempre delante de él, como una invitación constante a la reconstrucción. Y, en efecto, anuncia ya la llegada de la cuadrilla de
reconstructores (v.17), que no son otros que los mismos israelitas, que vienen a sustituir a los
aseladores y destructores, que debían salir definitivamente de la ciudad. Quizá se refiera a los caldeos, que tenían aún sus destacamentos en la Ciudad Santa.
Y el profeta invita enfáticamente a Sión a que contemple el fascinador espectáculo de los que vienen en masa:
levanta en torno tus ojos. (v.18). Es una descripción similar a la
Deu_60:4. Dios jura (
por mi vida.)
que se cumplirán las promesas de repatriación de sus exilados, que constituirán el
ornamento de Sión. Antes ésta se consideraba como una madre sin hijos; ahora debe exultar, pues se ve, como nueva desposada, rodeada de numerosos hijos (
y te ceñirás de ellos como novia),
que constituirán su orgullo y alegría, como lo son para la novia sus aderezos nupciales.
El v. 19 está incompleto. El sentido parece ser la contraposición de la actual situación de Sión, asolada, llena de ruinas (v.19), y su próxima restauración, pictórica de
moradores; resultará
estrecha para alojar a todos los que vienen a sustituir a los que antes
la devoraban.
Maravillosa fecundidad de Jerusalén (20-21).
20 Aún dirán a tus oídos los hijos de tu orfandad: El lugar es demasiado estrecho para mí,hazme sitio para que habite en ella. 21 Y tú dirás en tu corazón: ¿Quién me ha parido éstos? Yo no tenía hijos y era estéril. A éstos, ¿quién los ha criado? Yo había quedado sola; ¿de dónde vienen éstos? El profeta presenta a la madre admirada al ver tantos hijos, ella que se había considerado sola. Los nuevos hijos, al verse en Jerusalén, se sentirán en un lugar demasiado angosto. Se les llama hijos
de tu orfandad (v.20) porque han nacido lejos, en un tiempo en que Sión se sentía sola, y sin hijos. La época del destierro fue época de orfandad para Sión. Por eso ella se extraña de encontrar nuevos hijos que no ha criado:
¿Quién me ha parido éstos? (v.21). Quizá con esta frase se aluda a la antigua costumbre oriental de que las esclavas pudieran tener hijos del marido de la verdadera esposa, considerándolos como nacidos de ésta para los derechos de herencia, como Agar respecto de Sara, y las esclavas de Raquel y Lía (cf.
Gen_16:15;
Gen_30:1s). En el código de Hammurabi encontramos la misma costumbre. Los israelitas, pues, nacidos en el exilio, son considerados por Sión como hijos suyos, aunque se maravilla de su procedencia:
¿de dónde vienen? (v.21).
Los reyes de las naciones, al servicio de Israel (22.-23)
22 Así habla el Señor, Yahvé: He aquí que tenderé mi mano a las gentes y alzaré mi bandera a las naciones, y traerán en el seno a tus hijos, y en hombros a tus hijas. 23 Reyes serán tus ayos, y sus princesas tus nodrizas; postrados ante ti, rostro a tierra, lamerán el polvo de tus pies. Y sabrás que yo soy Yahvé y que los que en mí confían no serán confundidos.
Yahvé hace un gesto de mando a las naciones (
tenderé mi mano a las gentes, v.22) para que dejen volver a los israelitas, y levanta su
bandera (cf. 5:26), señalando el punto de concentración de los rescatados en Sión. Los gentiles obedecerán dócilmente a la indicación de Yahvé, llevando a los exilados israelitas
en el seno, como las madres llevan cuidadosamente a sus niños pequeños (cf.Núm 11:12), y se ofrecerán a ser domésticos de los componentes del pueblo elegido (v.23), dispuestos a lamer
el polvo de sus pies (v.23). Sión será como una reina soberana, y sus hijos, todos príncipes, superiores a los reyes de otros pueblos.
La omnipotencia de Yahvé, causa de la liberación de Israel (24-26).
24 ¿Se le quita al guerrero el botín? ¿Se le escapan al poderoso los cautivos?9 25Porque así habla Yahvé: Si aun al guerrero se le quitaran los cautivos, si el botín del poderoso le fuera arrebatado10, con tus adversarios lucharé 11y salvaré a tus hijos. 26Y a tus opresores haré comer su propia carne, y se embriagarán de su sangre como de mosto, y reconocerá toda carne que yo soy Yahvé, tu salvador y tu redentor, el Fuerte de Jacob. La omnipotencia divina es la garantía de que se cumplirán las promesas de la liberación de Israel. Dios tiene un poder sobrehumano, y lo que parece imposible a los hombres (¿
se le quita al guerrero su botín? v.24) es muy posible tratándose de Dios, que es capaz de vencer todos los obstáculos. Los israelitas pensaban que sus opresores eran demasiado fuertes para que se les obligara a dejarlos libres. Cómo es difícil quitar a un guerrero fornido (es el sentido de
gibora del original hebreo), así es muy difícil hacer que los poderosos babilonios suelten su presa (¿
se le escapan al poderoso los cautivos? v.24). Yahvé recoge la objeción con la misma imagen y le da otro sesgo: Yahvé es en realidad el gran
guerrero y
poderoso, y no permitirá que le arranquen de sus manos los enemigos de Israel (v.25). Yahvé sale fiador de la causa de los israelitas:
con tus adversarios lucharé (v.25); Para ello esta dispuesto a desencadenar la guerra civil entre los enemigos y opresores de Israel:
y a tus opresores haré comer su propia carne, v.26); la sangre correrá a torrentes
(se embriagarán de su sangre como de mosto) 12, en tal forma que todos
(toda carne) reconocerán que Yahvé ha realizado la salvación de su pueblo y ha sido su
redentor o valedor de sus derechos (su
go'el en hebreo, con el sentido técnico de abogado) como
Fuerte de Jacob, expresión que ya hemos visto en 1:24 (cf.
Gen_49:24).
1 El texto hebreo y griego añaden
Israel, aunque falta en algunos manuscritos hebreos. En los v.5-6, este Siervo
de Yahvé es diferente de Israel. 2 Cf.
Mat_23:37s;
Jua_17:1. 3 En hebreo se dice Israel
no será reunido. Es la usual confusión de la vocalización de
lo' (no) y id (para él). 4 Algunos consideran el v.? como introducción a la sección siguiente, en la que se habla de Israel. 5 Con los LXX añadimos iodos. 6 Los LXX leen, de la tierra de los persas, y la Vg. de térra australi. 7 Cf. Skinner, o.c., II 104. 8 Así con LXX, Vg. y Targum. El hebreo tiene otra vocalización y lee tus hijos. 9
Así siguiendo a la Vg. y a la Peshitta. En hebreo, en vez de
poderoso, dice justo, lo que no hace sentido. La corrección es generalmente admitida por los autores modernos, Skinner, Condamin, etc. 10 Otros traducen: a un valiente puédesele arrancar los cautivos, y a un poderoso se le puede escapar la presa (Cantera, siguiendo a Dennefeld y a Skinner). 11 Otros, como Duhm, traducen, haciendo un ligero cambio de letras, querella, tu causa, en vez de tus
adversarios del texto masorético actual. 12 Esta imagen es corriente en la literatura apocalíptica:
Eze_38:21;
Age_2:22;
Zac_14:13.