Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 76 (Vg 75): Canto Triunfal Después de la Victoria.
E ste poema refleja la euforia nacional y épica después de una singular victoria reportada sobre un poderoso enemigo. El contexto no da pie suficiente para la identificación de éste. En el título de los LXX se alude a los asirios; y, en ese caso, la ocasión apropiada sería la victoria sobre el ejército de Senaquerib, que en el 701 tuvo que abandonar el cerco de Jerusalén l
. Sin embargo, los críticos modernos, por razones estilísticas, prefieren retrasar la época de composición a una época más reciente.
El estilo literario es el de oda triunfal. El lenguaje es vivido y pintoresco: se canta la majestad de Yahvé, que habita en Jerusalén, y su excelso poder para quebrantar a los enemigos. Se divide en cuatro estrofas:
a) Yahvé se manifiesta en toda su majestad en Sión (2-4);
b) manifestación de su poder venciendo a los enemigos de Judá (5-7);
d) nadie puede resistir a su poder (8-10);
e) reconocimiento de su poder (11-13).
Yahvé se manifiesta en Jerusalén (1-4).
1
Al maestro del coro. A las cuerdas. Salmo de Asaf. Cántico 2
. 2
Dios se da a conocer en Judá, grande es su nombre en Israel. 3
Tiene en Salem su tabernáculo, su morada en Sión. 4
Allí rompe los rayos del arco, el escudo, la espada y todo aparato bélico. Dios muestra su poder y majestad, sobre todo, en Judá, su heredad, poniendo al servicio de su pueblo toda su omnipotencia. Nadie, pues, puede atentar contra el baluarte de Yahvé, que es Israel, ni empañar su
nombre, que sintetiza la protección que a través de las edades ha dispensado al pueblo elegido 3. El poeta considera estrechamente vinculados los reinos de
Judá e
Israel, como formando una misma entidad nacional y religiosa en los planes de su Dios. Separadas incidentalmente después de la muerte de Salomón4, están destinados a unirse y constituir el pueblo de Yahvé en su integridad. Estas ansias de unión se reflejan en los tiempos profetices, y el salmista se hace eco de ellas. En
Salem - abreviación
de Jerusalén tiene su morada permanente, porque allí está su
tabernáculo, su templo 5. Desde su morada defiende a su pueblo contra todos los ataques. Frente a su poder nada son los
rayos fulgurantes de las saetas, ni la espada, ni todo lo que sirve de instrumento bélico. Con toda facilidad los rompe y desmenuza 6.
Victoria sobre los enemigos (5-7).
5
Eras resplandeciente y majestuoso más que los montes eternos7
. 6
Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño, y no encontraron los hombres de guerra sus manos. 7
A tu amenaza, Dios de Jacob, quedaron pasmados carros y caballos. El salmista se refiere aquí a una victoria resonante sobre los enemigos de Judá. El recuerdo de la derrota del ejército de Senaquerib quedó en la épica popular como ejemplo de la brillante intervención divina en favor de su pueblo: el ángel exterminador había matado 185.000 asirios. Estos se vieron sorprendidos, sin poder echar mano de sus armas para defenderse:
durmieron y no despertaron. El poeta, utilizando este glorioso recuerdo de la historia de Israel, canta la victoria del Dios
de Jacob sobre los enemigos de su pueblo. La intervención divina paralizó los
carros y los
caballos, y el pueblo escogido salvó una vez más su destino histórico gracias a la protección de Yahvé.
Es inútil resistir al poder divino (8-10).
8
Eres terrible, y ¿quién puede mantenerse ante ti frente a la violencia de tu cólera? 9
Desde los cielos, tú haces oír la sentencia, y la tierra se estremece y calla. 10
Cuando se levanta Dios para juzgar, para salvar a todos los oprimidos de la tierra. Seldh. Nadie puede oponerse a la decisión divina 8. Dios es el supremo Juez, que habita en los cielos, y no hay apelación posible por encima de El. Por otra parte, su cólera desatada siembra el terror por doquier, y hasta la tierra se estremece y enmudece a su voz. El poeta
juega con las manifestaciones de Dios en las tormentas, que dejan oír su voz, el trueno 9. La sentencia divina no es una decisión jurídica teórica, sino que al punto se cumple para
salvar a los injustamente oprimidos. La reciente victoria contra los opresores de Israel es una simple manifestación
de estas intervenciones justicieras de Dios en la historia. El Dios de justicia no puede olvidar a los oprimidos, en el sentido colectivo nación israelita o individual; los justos vilipendiados en la sociedad.
11
Aun el furor del hombre redunda en tu alabanza, y de los salvados de la cólera te ceñirás10
. 12
Haced votos a Yahvé, vuestro Dios, y cumplidlos; cuantos están en derredor traigan dones al Terrible, 13
pues él abate el coraje de los príncipes 11
y es terrible a los reyes de la tierra. La rebelión de los hombres contra Dios
redunda, al final, en su gloria, pues es la ocasión de manifestar su poder soberano y de
ceñir la corona gloriosa de los
salvados de la cólera, los rescatados de Sión, libertados por su intervención justiciera (v.11). Estos constituirán como una guirnalda de honor para su salvador.
El salmista exhorta después a ofrecer
votos al Dios
terrible y poderoso a todos los israelitas y aun pueblos circunvecinos. Instintivamente dado su esquema mesiánico de la historia los hagiógrafos se proyectan hacia los tiempos futuros; y en su perspectiva mesiánica conciben a los
príncipes de todos los pueblos afluyendo con dones a rendir homenaje al Dios de Israel (v.13) 12. Impresionados los
reyes de la tierra por la derrota sufrida, se les invita a reconocer la soberanía del Omnipotente y
terrible, pues es inútil querer resistir a su voluntad.
1 Cf.
2Re_18:13-19.37;
Isa_36:1-37.38. 2 Sobre los títulos cf.
Sal_75:1;
Sal_73:1. 3 Cf.
Sal_48:18. 4 Cf. 1 Re i2:1s. 5 Cf.
Gen_14:18; Sal no.is.
Salem es designación arcaica poética. 6 Cf.
Sal_48:7;
Ose_2:18;
Isa_9:4;
Jer_49:35. 7 Así según los LXX; cf.
Hab_3:6. 8 Cf. Sal 90.11;
Nah_1:6;
Mal_3:2. 9 Cf.
Sal_46:7. 10 Asi según el TM. Los LXX leen te hará fiesta. No pocos críticos modernos creen que en este extraño texto se mencionan pueblos circunvecinos, y así, cambiando un tanto las letras, Icen: Porque Hamat de Ararn te alabará, y el resto de Hamat temblará (Graetz). En cambio, Konig lee: La cólera de Edom te alabará y el resto de Hamat te festejará. Hipótesis seguida por Calés y Podechard. 11 Lit. reprime el soplo de los príncipes. 12 Cf.
Sal_68:30;
Isa_18:7.