Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Salmo 91 (Vg 90): A la Sombra del Todopoderoso.
E ste poema tiene un marcado carácter didáctico y canta la protección
qué dispensa Dios al que se confía a su providencia. Se divide en dos partes netas:
a) seguridades conferidas al que se confía a Dios (1-13): habla el salmista dirigiendo la palabra al fiel;
b) confirmación de las declaraciones anteriores por un oráculo divino (14-16): habla directamente Dios. La primera parte se caracteriza por el estilo brillante con atrevidas metáforas: el salmista enumera las ventajas de confiarse al Altísimo. Las expresiones son muchas veces hiperbólicas, y, por tanto, no se han de tomar al pie de la letra, como si el fiel tuviera un procedimiento talismánico de evitar las calamidades de la vida. La confianza en Dios no evitará al justo morir de la peste, la guerra y el hambre, ni estará al abrigo necesariamente de las desgracias de la vida. Pero el salmista quiere recalcar que la Providencia divina vela paternalmente por el fiel que a ella se confía, y, en consecuencia, le salvará cíe muchas situaciones de peligro.
El lenguaje del salmo tiene muchas analogías con Dt 32 y con otras composiciones sapienciales 1. La doctrina del poema se resume en la frase de San Pablo: Si Dios
está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros? 2
El fiel se encuentra a la sombra de la protección divina como el huésped en casa bien abastecida y segura. Se halla como el pajarillo bajo las alas de la madre, como el soldado apostado en inexpugnable fortaleza. El Omnipotente pone a disposición de sus fieles a los ángeles para que les guíen y protejan. Dios no abandona a los suyos. En la perspectiva del salmista no está la retribución en ultratumba, y por eso urge la necesidad de que la protección divina se extienda en esta vida al fiel. En la perspectiva cristiana, esta vida está condicionada a las exigencias de la eterna, y, por tanto, Dios puede permitir que sus fieles sufran aquí toda clase de calamidades, con tal de preservarlos incólumes para el más allá
. La panorámica neotestamentaria difiere grandemente de la del A.T., aun en los
espíritus más selectos desde el punto de vista religioso, como son los salmistas.
No es posible determinar la época de composición del salmo. Las concomitancias literarias que tiene con el Deuteronomio hace pensar que sea posterior a este libro (redactado probablemente en el siglo VIII a.C.) 3. El poema parece traslucir una situación de paz sin grandes contorsiones político-sociales, y, por tanto, bien puede atribuirse a los mejores tiempos de la monarquía israelita.
Las ventajas de confiarse a Dios (1-13).
1
El que habita al amparo del Altísimo y mora a la sombra del Todopoderoso, 2
diga a Dios: Tú eres mi refugio y mi ciudadela, mi Dios, en quien confío. 3
Pues El te librará de la red del cazador y de la peste extermin adora 4
; 4
te cubrirá con sus plumas, hallarás seguro bajo sus alas, y su fidelidad te será escudo y adarga. 5 No tendrás que temer los espantos nocturnos, ni las saetas que vuelan de día, 6
ni la pestilencia que vaga en las tinieblas, ni la mortandad que devasta en pleno día. 7
Caerán a tu lado mil, y a tu derecha diez mil; a ti no te tocará. 8
Con tus mismos ojos mirarás, y verás el castigo de los impíos. 9
Teniendo a Yahvé por refugio tuyo, al Altísimo por tu asilo 5
, 10
no te llegará la calamidad ni nc acercará la plaga a tu tienda. 11
Pues te encomendará a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos, 12
y ellos te levantarán en sus palmas para que tus pies no tropiecen en las piedras; 13
pisarás sobre áspides y víboras y hollarás al leoncillo y al dragón.
Algunos autores suponen que el salmo comenzaba con la frase consabida: Bienaventurado el que habita..., como en otras piezas del Salterio6. Sin embargo, hace sentido tal como está ahora el principio del salmo. El poeta invita al fiel que se halla bajo la protección del Altísimo a que estreche más sus relaciones afectivas con El, reconociéndole como único sostén de su vida. Los vocablos
Altísimo (en heb.
Elyon)
y Todopoderoso (en heb.
Shadday)
son arcaizantes y muy del gusto de los poetas aún recientes 7; por eso, de suyo no prueban arcaísmo de la composición. La metáfora de la
sombra aplicada a Dios es corriente en la Biblia 8, lo mismo que la de la
ciudadela 9. Son símiles muy expresivos para reflejar la confianza que
inspira la protección divina. Después el salmista enumera los diversos peligros que pueden sobrevenir al hombre; y en primer lugar la hostilidad de los que buscan su ruina. Estos son comparados a
cazadores que colocan la red para capturarlo como a ingenuo pajarillo 10. La
peste exterminadora vuelve a aparecer en el v.6 como uno de los grandes peligros que acechan al hombre. Si se lee según los LXX, de la palabra nociva, se aludiría a las calumnias de los enemigos que conspiran contra el justo, y haría perfecto paralelismo con el estilo anterior, exactamente como se dice en
Sal_38:18 :
Tiénden me lazos los que buscan mi vida..., todo el día están maquinando engaños.
Con una nueva metáfora, el salmista enseña que el que se confía a Yahvé está en la situación del pajarillo bajo las alas de la madre n. La
fidelidad de Yahvé a sus promesas de protección será siempre como un
escudo protector contra toda eventualidad 12. Y especifica.a continuación los posibles peligros imprevistos: los
espantos nocturnos, provenientes, o bien de un ataque enemigo por sorpresa en las altas horas de la noche, o las pesadillas perniciosas durante el sueño. Las
saetas que vuelan de día pueden ser las flechas del enemigo que ataca en pleno día, o, metafóricamente, los rayos solares, que en pleno día fomentan la transmisión de las epidemias 13, las cuales pueden ser enviadas por el mismo Dios 14. El salmista, quizá, inspirándose en el relato sobre la mortandad de los asirios durante la noche cuando asediaban Jerusalén 15, habla de los estragos nocturnos y diurnos de las epidemias.
El poeta parece trabajar sobre el Cántico de Moisés, donde se anuncian los terribles castigos a los incumplidores de la Ley: Amontonaré sobre ellos males y males, lanzaré contra ellos todas mis
saetas, los consumirá el hambre, los devorará la fiebre y la nauseabunda pestilencia. Mandaré contra ellos los dientes de las
fieras y el
veneno de los reptiles, que se arrastran por el polvo; a los que fuera estén los matará la espada, y a los de dentro el espanto.16 Vemos que, en este fragmento lírico, las
saetas (hambre, fiebre y
pestilencia),
el
espanto y el peligro de fieras y de animales venenosos son castigos enviados por Dios. Son justamente los términos que utiliza el salmista para describir los diversos peligros que amenazan al hombre, contra los que es buen conjuro el confiarse a Yahvé. Las plagas y pestilencias son personificadas poéticamente en ángeles exterminadores mandatarios de Yahvé 17.
Para insistir más en el grado de seguridad conferida al fiel, el poeta presenta a éste en medio de la batalla, en la que cruje el venablo y caen las saetas por doquier, haciendo miles de víctimas, pero sin alcanzarle a él (v.7). Por otra parte, el justo tendrá la satisfacción de ver a sus enemigos, los
impíos, cayendo bajo los golpes mortíferos de Dios, conforme a la teoría de la retribución en esta vida comúnmente aceptada en el A.T. 18 El salmista insiste en que, contando con la protección divina, el fiel yahvista está libre de
calamidades y
plagas (v.10). La Providencia divina llega hasta poner a sus
angeles como custodios de los suyos para que no les alcance ningún mal. La expresión del poeta es bellísima: los ángeles levantarán en sus manos a los fieles para que al andar no tropiecen y caigan 19. Es más, el que está bajo la protección divina podrá caminar pisando animales venenosos sin ser mordido 20. La expresión ha de entenderse en sentido hiperbólico, para encarecer el cuidado excepcional que Yahvé tiene de los suyos.
Oráculo divino confirmatorio (14-16).
14
Porque se adhirió a mí, yo le libertaré; yo le defenderé, porque conoce mi nombre. 15
Me invocará él, y yo le responderé; estaré con él en la tribulación, le libertaré y le glorificaré. 16
Le saciaré de días y le haré ver mi salvación. Sin indicación alguna se introduce un oráculo divino para confirmar las declaraciones anteriores del salmista 21: Yahvé se siente obligado a
libertar y proteger al que en todas las circunstancias permanece
adherido a El, reconociéndole como Dios:
conoce mi nombre, expresión que equivale a hacer profesión de yahvismo 22. Por eso le invoca en la tribulación, seguro de que su Dios no le dejará abandonado. Yahvé promete escucharle y liberarle, rehabilitándole socialmente y
glorificándole ante los que han sido testigos del auxilio divino prestado 23. Finalmente, otorgará al fiel el mayor bien anhelado en el A.T.: una vida prolongada y feliz 24, cumpliendo así las antiguas promesas a los que fueran fieles a la Ley 25. La perspectiva es netamente viejotestamentaria, y no encontramos en el salmo atisbos mesiánicos. El ideal es la áurea mediocridad que caracteriza no pocos escritos sapienciales del A.T.
1 Cf.
Job_5:19-26;
Pro_3:23-26; Sal 121:1s. 2 Cf.
Rom_8:31. 3 Los LXX tienen por título del salmo: Alabanzas del cántico de David. 4 Los LXX y Vg: palabra, leyendo
mimddebar en lugar del
middéber del TM. 5
Asilo. Así según los LXX. El TM: morada. 6 Cf.
Sal_11:32; 41; 112; 119; 128. 7 Cf.
Gen_17:1;
Gen_28:3;
Gen_35:11;
Gen_43:14;
Exo_6:5. 8 Cf.
Sal_17:8;
Sal_36:8;
Sal_57:2;
Sal_61:5;
Sal_63:8. 9 Cf.
Sal_18:3;
Sal_31:4;
Sal_71:3;
Sal_144:2;
Sal_14:6;
Sal_46:2;
Sal_61:4; 68:8-Q. 10 Cf.
Sal_124:7;
Ose_9:8;
Sal_7:16;
Jer_18:22. 11 Para el símil cf.
Sal_17:8;
Deu_32:11;
Mat_23:37. 12 Cf.
Sal_5:13;
Sal_35:2;
Sal_84:12. 13 Cf.
Sal_121:6;
2Re_14:185. 14 Cf.
Sal_38:3;
Job_33:18;
Lam_3:123. 15 Cf. 37:36;
Exo_12:29, muerte de los primogénitos. 16 Cf.
Deu_32:233. 17 Cf.
Isa_37:36. Entre los babilonios existía la creencia de que Namtaru, mensajero de Nergal, dios de la región de los muertos, traía las pestilencias a los vivientes para poblar el Araliu. Cf. P. Dhorme, La
religión assyrobabylonienne p.?6. 18 Cf.
Sal_37:34. 19 Este texto es aducido por el tentador de Cristo en el desierto. Cf.
Mat_4:6. 20 Cf.
Isa_11:8;
Luc_10:19. 21 Cf.
Sal_12:6;
Sal_75:3;
Sal_95:8;
Sal_20:7-9;
Sal_85:93. 22 Cf.
Sal_9:11. 23 Cf.
Sal_50:1. 24 Cf 30:20;
Pro_3:3.16;
Sal_50:23. 25 Cf fix 20:12; 23:26.