I Corintios 10, 1-13

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube y que todos atravesaron el mar, de modo que todos quedaron vinculados a Moisés al ser bautizados en la nube y en el mar. Además todos comieron el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual*, pues bebían de la roca espiritual* que les seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no fue del agrado de Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron para que nos sirvieran de ejemplo* y no codiciemos lo malo, como ellos hicieron. No os hagáis idólatras, como algunos de ellos, conforme dice la Escritura: Sentóse el pueblo a comer y a beber y se levantó a divertirse. Tampoco forniquemos, como algunos de ellos, pues su conducta hizo que cayeran muertos veintitrés mil en un solo día. Ni tentemos al Señor*, como algunos de ellos, por lo que perecieron víctimas de las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos, que perecieron bajo el exterminador. Todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos. Así pues, el que crea estar en pie, mire no caiga. No habéis sufrido tentación superior a la medida humana; y fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados por encima de vuestras fuerzas. Antes bien, junto con la tentación os proporcionará el modo de poderla resistir con éxito*.
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