I Pedro 1, 13-15

Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro espíritu y sed sobrios; poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os procurará mediante la Revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes, del tiempo en que eráis ignorantes*. Al contrario, que vuestra conducta sea santa en todo momento*, como santo es el que os ha llamado.
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