I Pedro 2, 4-8

*Vosotros acercaos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios; y así, como piedras vivas que sois, formad parte de un edificio espiritual, de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. Pues dice la Escritura: Voy a colocar en Sión una piedra elegida, angular y preciosa, y el que crea en ella no será confundido. Para vosotros, los creyentes, eso es motivo de orgullo; pero para los incrédulos, la piedra que los constructores desecharon se ha convertido en piedra angular, en piedra de tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella porque no creen en la palabra; para esto han sido destinados*.
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