II Reyes  23, 4-5

El rey ordenó a Jilquías*, al segundo de los sacerdotes* y a los encargados del umbral que sacaran del santuario de Yahvé todos los objetos fabricados para Baal y Aserá, y todo el ejército de los cielos. Los quemó fuera de Jerusalén, en los yermos del Cedrón, y llevó sus cenizas a Betel. Suprimió los sacerdotes paganos que los reyes de Judá habían designado para quemar incienso* en los altozanos, en las poblaciones de Judá y alrededores de Jerusalén, y los que ofrecían incienso a Baal, al sol, a la luna, a las constelaciones y a todo el ejército de los cielos*.
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