Apocalipsis  12, 9-11

El gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo o Satanás, el seductor del mundo entero, fue arrojado a la tierra junto con sus ángeles. Oí entonces una voz potente que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y al testimonio que dieron de palabra y obra, porque despreciaron su vida ante la muerte.
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